La práctica de los ejercicios para el rejuvenecimiento, la salud y la longevidad que llevan por nombre Tao Yin son parte del trabajo necesario para el cultivo taoísta de la energía sexual femenina (alquimia femenina).
Integrados en el Sistema Tao Curativo, son una de las formas de ejercicios más variadas y antiguas de la historia china y son también utilizados para prevenir los síntomas de la vejez y de la enfermedad, así como para curar determinadas dolencias, crónicas o agudas en el cuerpo humano en mujeres y hombres.
Para el tailandés Mantak Chia, fundador del Sistema Tao Curativo, el Tao Yin además de su potencial curativo es una forma de meditación en movimiento que relaja el cuerpo, abre los meridianos y despeja la mente.
«Los antiguos taoístas descubrieron la importancia de trabajar con todos nuestros recursos interiores y dominar el arte de explotar el potencial interior. Numerosos practicantes del Tai Chi, Chi Kung y artes marciales lo utilizan para abrir el cuerpo y así moverse con más poder interior», explica (Tao Yin, Sirio, 1999).
De ahí que en la ejecución de los ejercicios de Tao Yin es aconsejable mantener una actitud de sensibilidad poética, dice Dennis Huntington enel prólogo titulado Poesía en movimiento del libro de Chia, el objetivo es cultivar en el cuerpo flexibilidad (levedad) y fortaleza.
El resultado: una columna vertebral más flexible y tendones y músculos psoas (músculo que une la zona lumbar y las piernas a través de la región pélvica) con mayor elasticidad
«Al abrir la corriente chi (energía vital) por los meridianos, las nuevas pautas de alineación física y de movimiento reacondicionarán la columna vertebral y revitalizarán el cuerpo. Descubrirás y adiestrarás el ‘segundo cerebro’, situado en el abdomen, y conectarás con la fuerza portadora de vida del universo», agrega Huntington.
El Tao Yin se concentra en los tendones que son una fuente mucho más eficaz de fuerza que los músculos.
Según Matak Chia, los tendones proporcionan flexibilidad dinámica, como la posibilidad de «salir disparados» como la flecha lanzada por un arco o un disparo.
«Al observar un ciervo saltando con gracia en el aire, lo que estamos admirando es la fuerza y la flexibilidad dinámica de los tendones», explica.
Para aprender a ejecutar los movimientos de manera correcta es importante, como principios básicos: sonreír y captar el espíritu observado en la corriente natural de la energía en movimiento de la naturaleza o de determinados animales.
Al respecto, Chia señala.
«Al ser atentos observadores de la naturaleza, los taoístas del presente y del pasado han establecido un espacio común en el que compartir las prácticas de Tao Yin. Podemos observar la naturaleza para captar la idea y tener intuiciones acerca de cómo ejecutar los ejercicios. Podemos mirar en nuestro interior con una actitud relajada y sonriente para descubrir los beneficios de hacerlos bien».
Así los ejercicios de Tao Yin llevan por nombre en el caso de la naturaleza: «el río corre por el valle», «el bambú balanceándose en el viento» o «la montaña se alza desde el mar».
En la imitación a determinados animales, un ejemplo es la serie del mono que «juega en el suelo» y «sentado en una roca listo para saltar» o «el grillo descansa sobre una flor», «el ritual de amor de la cobra» y «el tigre descansando a la sombra».
Sobre este tema abundaremos en la próxima entrega.
* Periodista mexicana, narradora oral, facilitadora de grupos, terapeuta con Enfoque Centrado en la Persona y Gestalt, instructora asociada de Tao Curativo (www.taocurativomexico.com)
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