Ciudad de México. En 57 países se les niega a las mujeres el derecho a decidir si desean o no tener relaciones sexuales, usar anticoncepción, buscar atención de la salud o simplemente decidir sobre su cuerpo, ya que la autonomía corporal de ellas está sujeta de manera cultural y normativa a las decisiones de terceros, es decir desde su pareja, hasta los órganos legislativos.
Así lo asegura el informe “Mi cuerpo me pertenece. Reclamar el derecho a la autonomía y la autodeterminación”, elaborado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) con el fin de visibilizar que a las mujeres y niñas no se les reconoce su derecho a decidir sobre sus cuerpos, lo que las limita de disfrutar de una vida sexual libre y segura.
Este informe del Estado de la Población Mundial es la publicación emblemática anual del UNFPA, que por primera vez desde que se publicó, en 2918, se centra en la autonomía de las mujeres y niñas.
El documento destaca que hoy en día ningún país del mundo puede afirmar que ha alcanzado la igualdad de género ya que en la mayoría persisten normas sociales discriminatorias por razones de género; en consecuencia, prevalece la violencia contra las mujeres y niñas; la desigualdad en la distribución en puestos directivos, cargas injustas de trabajo doméstico no remunerado, falta de servicios de salud reproductiva, así como los atentados contra su autonomía corporal.
Ejemplificó que las mujeres tienen, en promedio, sólo 75 por ciento de los derechos jurídicos en comparación con los hombres, por lo que carecen del poder de cuestionar esta diferencia debido a que su grado de participación en las decisiones políticas es aún reducida, situación que se agrava cuando las mujeres pertenecen a una etnia, o de la ubicación geográfica que tengan o si padecen una discapacidad.
De acuerdo con el informe, 20 países o territorios tienen leyes que obligan a las mujeres o niñas a contraer matrimonio con su abusador sexual; 43 países no cuentan con un legislación que aborde el problema de la violencia sexual durante las relaciones de pareja; y más de 30 restringen el derecho de las mujeres a desplazarse fuera del hogar.
También revelo que entre 4 y 29 por ciento de las mujeres que utilizan métodos anticonceptivos, lo hacen sin que sus maridos o parejas lo sepan; y sólo 75 por ciento de los países garantizan de forma legal el acceso pleno y equitativo de productos anticonceptivos; de los cuales 80 por ciento tiene leyes que apoyan la salud y 56 por ciento leyes que promueven la educación integral sexual, no obstante, en la mayoría de ellos, los hombres consideran que tienen el derecho a dominar a sus parejas.
Todas estas cifras, explicó UNFPA en su informe, demuestran cómo los sistemas patriarcales perpetúan una dinámica de poder desigual en las relaciones, en la que las exigencias sexuales de los hombres se anteponen a las de las mujeres. Por ejemplo, en Azerbaiyán, Rwanda y México, algunas mujeres aceptan renunciar a su derecho de no iniciar su vida sexual porque no son conscientes de que pueden hacerlo.
Asimismo, resaltó que en algunas partes del mundo las familias permiten que los hombres ofrezcan dinero y bienes para “comprar” a su hijas como sus esposas porque no pueden sostener los gastos de comida. En otros países las niñas aún son sometidas a la mutilación genital como parte de las tradiciones culturales. Hechos, que aseguró, demuestran que la falta de respeto a la autonomía corporal de las mujeres da lugar a que sus derechos sean vulnerados de manera grave.
Según cifras del documento hay 650 millones de mujeres vivas que se casaron antes de los 18 años, y cada año otros 12 millones de niñas se casan antes de llegar a la edad adulta. A pesar de que casi todos los países del mundo han ratificado la Convención sobre los Derechos de la Niñez, muchos siguen permitiendo el matrimonio de menores de 18 años.
Detalló que en países como Etiopía, Kenya, Nigeria y Sudán, las niñas corren un mayor riesgo de sufrir mutilación genital como paso previo al matrimonio. Estima que por el confinamiento de la pandemia pueden ocurrir alrededor de 2 millones de casos de mutilación genital femenina que podrían haber evitado si se trabajara de manera efectiva por los derechos de la niñez.
“Cuando diversos tipos de discriminación se intersecan, las mujeres y las niñas se ven aún más expuestas al riesgo de no poder disfrutar de su autonomía corporal y sus derechos, por lo tanto se encuentran más lejos que nunca de lograr la igualdad de género.
El que las mujeres no elijan qué hacer con sus cuerpos crea en los países déficits de productividad económica, impone costos más altos a los servicios de salud o judiciales, desperdicia competencias, perjudica los niveles escolares, entre muchas otras cuestiones que repercuten en el desarrollo y sostenibilidad del medio ambiente.
El informe recomienda que es necesario que los países inviertan en servicios de protección de salud, social, educación, y apoyen a las organizaciones civiles con el fin de desarrollar acciones efectivas que disminuyan las muertes maternas, la violencia y brechas de género y que además contemplen lo que pueda suceder cuando pase la pandemia.
Recordó que los Objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, representan un avance al hacer un llamado para que se mida el progreso en materia de igualdad de género, incluida la capacidad de las mujeres y las adolescentes de tomar decisiones sobre su cuerpo, sin embargo, las incongruencias en la recopilación impiden llevar a cabo un análisis esencial de la evolución de este problema a lo largo del tiempo.
Por ello el documento sugiere que los países incidan en sus gobiernos, instituciones sociales y económicas para generar cifras que ayuden a desencadenar soluciones ante cada problemática y así las mujeres ejerzan más su palabra y reconozca sus Derechos Humanos. “Todos deben esforzarse más. La nueva “Generación Igualdad” ya está aquí y no esperará a que se produzca el cambio”.
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