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Estadísticas de género para elaborar políticas públicas

Por Aline Espinosa Gutierrez

Ciudad de México. La pandemia por COVID afectó la participación laboral de las mujeres en la región toda vez que hubo un retroceso de 18 años en su participación en este campo, por lo que en 2020 ellas tuvieron un 11.9 por ciento de desocupación mientras que los hombres un 9.3 por ciento, informó la Oficial Asociada de Asuntos Sociales de la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Iliana Vaca Trigo.

Al participar en el segundo día del XII Encuentro Internacional de Estadísticas de Género, la funcionaria de la Cepal resaltó que en 2020, seis de cada 10 mujeres se encontraban en sectores de alto riesgo de pérdida de empleo por la pandemia: 23.1 por ciento se situaba en el comercio, 12.3 por ciento en la agricultura, 11.9 por ciento en la manufactura, 10.1 por ciento en el turismo, 8.3 por ciento en hogares particulares, 7.8 por ciento en la enseñanza, 6.3 por ciento en la salud, y 4.2 por ciento en la administración pública y defensa.
En 2021 la situación no mejoró, añadió Vaca Trigo, las mujeres en América Latina y el Caribe tuvieron una desocupación de 11.9 por ciento (en 2020) a un 12.7 por ciento para este año, por lo que es probable que el regreso de los hombres al campo laboral sea más rápido que el de ellas.

“Situación que alerta mucho a las políticas públicas de cómo atender estas altas cifras de desocupación, en especial en hogares donde hay presencia de menores de edad”, agregó.

Para Vaca Trigo, la reducción de la presencia de las mujeres en el ámbito laboral está relacionada con el cierre de las escuelas o instancias que ayudaban a aminorar las labores no remuneradas.

Ejemplificó que en algunos países como Argentina, esto conllevó a que 54 por ciento de las mujeres declararon tener una mayor sobrecarga de tareas, en el caso de Colombia sumaron una hora más a las 8 que ya destinaban para estas actividades, y las chilenas añadieron 2.3 horas semanales a las 18.9 horas que ya dedicaban a estas tareas. En el caso de las mexicanas destinaron 31.9 horas semanales a labores no remuneradas (limpiar la casa, cocinar lavar trastes, entre otras) mientras que los hombres sólo 11.6 horas.

Para la directora del Programa en Género y Trabajo de Cuidados del Instituto de Investigación de Economía, Nancy Folbre, las cifras sobre el uso de tiempo y del trabajo no remunerado deben considerar otros puntos a cubrir, como qué tantas dificultades enfrentan las mujeres para acceder o pagar los servicios públicos, ya que son obligadas culturalmente a pasar más tiempo en el cuidado de la familia y el hogar, que en incidir en el mercado laboral.

De esta forma, dijo, se podría generar un análisis mayor que visibilice cómo repercuten las labores no remuneradas en la economía y el uso del tiempo de las mujeres porque conlleva a que no accedan a otros Derechos Humanos. Es así como las estadísticas pueden ir más allá de sólo hacer una comparación entre cuánto tiempo destina cada sexo a las actividades de la casa, cuando la respuesta es que ellas tienen los mayores porcentajes debido a su rol de género.

Es importante, dijo, que se proporcione más presupuesto a las instituciones que se dedican a generar datos con perspectiva de género para que puedan innovar en la producción de estadísticas a través de las nuevas tecnologías y las propuestas ya existentes.


Afectaciones en la administración pública

La directora de Monitoreo y Evaluación del Instituto de las Mujeres (Inmujeres), Patricia Fernández Ham, detalló que se llevó acabo la “Encuesta sobre Necesidades de Cuidados en la Pandemia 2021” con el objetivo de encontrar cómo afectó la vida de las personas que se desarrollan en la Administración Pública Federal (AFP), ya que fueron ellas quienes no pudieron parar y tuvieron que buscar alternativas para llevar a cabo su labor.

Esta encuesta fue elaborada de abril a mayo de 2021 por el Inmujeres con ayuda de la Secretaría de la Fundación Pública (SFP), la cual demostró que aunque los hombres laboraron de manera presencial en un 28.6 por ciento más que las mujeres aún con la llegada de la pandemia, ellas (en particular quienes están divorciadas, viudas o solteras) se vieron obligadas a combinar el teletrabajo con las tareas domésticas y el cuidado de la familia, lo que dificultó que pudieran ascender a puestos de mayor jerarquía.

La encuesta demostró que en la APF las mujeres son superadas por los hombres conforme se asciende a cargos de liderazgo y de toma de decisiones, a pesar de que ellas cuentan con niveles escolares superiores, es decir 34.8 por ciento de las mujeres que se encuentran en puestos de jefatura de departamentos tienen un posgrado mientras que 28.7 por ciento de los hombres en este mismo rubro alcanzan esta escolaridad.

En los puestos operativos, señaló Fernández Ham, 57.4 por ciento de las mujeres tienen licenciatura mientras que los hombres sólo 46 por ciento. Estos datos revelan que la APF necesita incorporar la igualdad de género en los puestos de liderazgo al interior de sus instituciones debido a que posee una incidencia importante en la vida pública del país y es un importante generador de empleos.

La encuesta también demostró, dijo Fernández Ham, que sin importar el nivel del puesto o modalidad, las mujeres que se desempeñan en cargos de jefaturas de departamento laboraron: 9.7 horas a distancia, 9.6 horas de forma rotativa, y 9.8 horas de manera presencial mientras que los hombres 9.3 a distancia, 8.7 rotativos, y 9.5 presencial. Esta dinámica se repite en los cargos operativos o de enlace.

“Los efectos de la Covid-19 no son neutrales a las cuestiones de género. Resulta crucial que la AFP responda a las necesidades, los derechos y las expectativas diferenciadas que tienen tanto mujeres y hombres sobre cuestiones laborales. Las mujeres de la APF al igual que muchas otras en el país han recibido la sobrecarga que impuso la educación a distancia y los cuidados de la familia”, concluyó Fernández Ham.

Ante ello, la investigadora española de la Universidad Complutense de Madrid, María Ángeles Durán, llamó a las instituciones a reforzar los esfuerzos para generar más estadísticas con perspectiva de género para así encontrar respuestas hacia las necesidades y problemáticas que afectan a las mujeres en América Latina y el Caribe.

La funcionaria de Cepal, Vaca Trigo, concluyó que es importante fortalecer las alianzas interinstitucionales entre organismos productores y usuarios de la información, hacer un mejor uso de fuentes no tradicionales de datos, crear sistemas que vinculen la estadística con la geografía, lo que permitirá visualizar en el territorio dónde ocurren las desigualdades, incorporar nuevas mediciones, y mejorar la cobertura temática, desagregaciones, calidad, presupuesto y periodicidad de la producción de números con perspectiva de género.


21/AEG/LGL

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