Ciudad de México. Alrededor de cinco mil mujeres entre 15 y 24 años de edad contraen el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) cada semana en el mundo, debido a ello 53 por ciento de ellas sufren de violencia física o sexual o discriminación alguna vez en su vida, esto las aleja de acceder a servicios de salud dignos, educación, trabajo, una vida libre de agresiones, desarrollo personal, entre otros Derechos Humanos.
En el contexto del “Día mundial de la lucha contra el VIH/SIDA”, que se celebra el primero de diciembre de cada año (declarado por la Organización de las Naciones unidas en 1988 con el objetivo de concientizar sobre el virus y erradicar los estigmas relacionados con él), el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/SIDA (Censida) señaló en un comunicado que 2 de cada 4 mujeres son más vulnerables a infectarse de VIH a nivel mundial, 90 por ciento de ellas adquirieron esta enfermedad a través de una pareja estable.
Al cierre de 2020, enfatizó Censida, 37.7 millones de personas vivían con VIH, de las cuales 1.7 millones eran niñas y niños menores de 14 años y 28.9 millones tenían entre 15 años o más. Sólo en ese año 860 mil personas fallecieron a causa de esta enfermedad en el contexto de la pandemia, donde hubo desabasto de medicamentos, cierre de clínicas o no acceso a servicios o tratamientos antirretrovirales.
El pasado 29 de noviembre de 2021, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) advirtió en un comunicado que los gobiernos de cada país tenían que trabajar en acciones eficientes para abordar las desigualdades y asegurar la atención médica a pacientes con VIH, en particular a las mujeres, ya que de no hacerlo podrían haber más de 7.7 millones de muertes relacionadas con este virus en los próximos 10 años, resultado de la crisis de la Covid-19.
Tras casi 40 años, explicó ONUSIDA, el VIH es la principal causa de muerte para las mujeres entre los 15 y 19 años. Problemática que es consecuencia de la falta de acceso a una educación sexual integral y la prevalencia de la violencia de género. Prueba de ello es que en las zonas con altos números de violencia en la pareja, las mujeres corren el riesgo de contraer el VIH en un 50 por ciento o más.
“El hecho de ser seropositivo también desencadena violencia, y a menudo las mujeres que viven con el VIH confiesan ser víctimas de abusos por parte de sus parejas, su familia y miembros de la comunidad, así como en los servicios sanitarios. Para que la respuesta al Sida sea totalmente eficaz, las políticas y los servicios deben responder a lo que las mujeres necesitan”, detalló ONUSIDA.
En 105 países, mencionó este organismo, las menores de 18 años aún necesitan el permiso de sus padres o de un tutor para realizarse una prueba de VIH, y en otros 86 países, ellas necesitan ese consentimiento para acceder a un tratamiento y los cuidados para el VIH. Cuestiones que son un retroceso hacia sus derechos, en particular al de decidir por ellas mismas, e incrementa los riesgos de muerte.
Frente a este panorama, especificó ONUSIDA, es necesario que los gobiernos reduzcan las brechas de género en la educación, impulsen la autonomía económica y corporal de las mujeres, erradiquen la violencia de género, inicien campañas de difusión sobre el VIH y capaciten al personal médico para brindar una atención digna y respetuosa a estas pacientes aún en un contexto de pandemia, pues esta enfermedad no espera.
México y el VIH
En México, según datos del Censida, hay 322 mil 987 personas diagnosticadas con el VIH, de 1983 a noviembre de 2021, de las cuales 60 mil 315 son mujeres, quienes la mayoría son originarias de Ciudad de México, Estado de México, Baja California, Yucatán, Oaxaca,Chiapas, Jalisco y Veracruz, y sólo 32 mil 924 de ellas se encontraban en tratamiento antirretroviral en el país.
En el caso de embarazadas, mencionó Censida, la llegada de la pandemia dificultó que ellas pudieran acceder a sus tratamientos antirretrovirales, métodos anticonceptivos, atención médica, y apoyo en la lactancia, pues una mujer contagiada con VIH no puede amamantar a sus hijos e hijas, debido a que esto aumenta el riesgo de que contagiarlos.
De acuerdo con la Secretaría de Salud existe un 25 por ciento de peligro que una mujer embarazada con VIH transmita la enfermedad al producto si no dispone de un tratamiento y un 20 por ciento de peligro si lo alimenta con su leche materna. En cambio si dispone de un tratamiento, este peligro disminuye un 45 por ciento la transmisión vertical del VIH.
En 2020, el Censida reportó que en el país se realizaron tan sólo 190 mil pruebas de VIH, de las cuales 1.2 por ciento salieron positivas en embarazadas mientras que en el primer trimestre de 2021, se llevaron a cabo 31 mil pruebas, de las cuales 2.4 salieron positivas. De estos casos, cinco menores de edad resultaron con VIH debido a la transmisión vertical.
Ante este contexto, diversas organizaciones civiles han señalado que las y los pacientes con VIH no han podido acceder a sus tratamientos resultado de la falta de medicamentos y poca atención en los hospitales, por lo que en 2020, la Secretaría de Salud contabilizó 34 quejas provenientes de pacientes que no recibieron un tratamiento antirretroviral para VIH por parte de instituciones de salud en el país.
En consecuencia, ONUSIDA recordó que los servicios de VIH deberían estar disponibles para todas las personas que viven con el VIH o corren riesgo de contraer, por ejemplo las mujeres que han sido obligadas a estar en confinamiento con sus agresores debido a la pandemia. Esto incluye garantizar la disponibilidad de preservativos, terapia, pruebas de VIH, entre otros servicios médicos.
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