Ciudad de México.- La Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos informó que en 2020 fueron asesinadas 21 defensoras de México, Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador, por lo que aseguró que hoy más que nunca es momento de cuidarse colectivamente.
A propósito del 29 de noviembre, Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos, esta red expuso que, desde hace más de 11 años, la violencia en contra de esta población ha crecido y entre 2018 y 2019 se cometieron al menos 4 mil 119 agresiones en contra de ellas.
En este contexto, la Iniciativa Mesoamericana destacó que la Protección Integral Feminista ha sido la forma de enfrentar esta realidad y contribuir a la tarea urgente de cuidarse y cuidar sus luchas.
“La Protección Integral Feminista parte de un compromiso y mirada feminista de la violencia, el riesgo y la importancia vital de los cuidados, de una apuesta por la protección colectiva desde los saberes de las mujeres y las disidencias de género”, detalló.
Con este enfoque, las mujeres defensoras han construido redes, cuyo fin es acompañarse en momentos de riesgo y desgaste; promover el autocuidado, el cuidado colectivo y la sanación; registrar agresiones a defensoras y sus colectividades; organizar la comunicación y la incidencia para la protección; generar la movilización de recursos flexibles y oportunos; y sistematizar sus saberes.
Solo de enero a junio de 2021 la red desarrolló 2 mil 330 acciones de protección. Sin embargo, ante los impactos y los decesos por la pandemia de COVID-19 y como en todo proceso de sanación señalaron que es necesario mirar hacia adentro y reconocer la situación en la que están.
En este contexto, expusieron que llegan a esta conmemoración conscientes de la importancia de reconocer sus vulnerabilidades y generar respuestas colectivas para enfrentarlas.
Por ejemplo, en el informe «Des-hilar la crisis, tejer futuros. Impactos de COVID-19 sobre la vida y las luchas de las defensoras mesoamericanas de derechos humanos», se expone que el confinamiento para evitar la propagación del nuevo virus restringió al máximo el trabajo que realizaban las defensoras cotidianamente.
Durante la pandemia las defensoras se vieron obligadas a cancelar actividades y no pudieron acompañar a sus comunidades de la misma manera que antes, ni responder con la misma capacidad a la situación de indefensión que enfrentaron.
En este informe también se expone que en la mayoría de países de la región, la crisis por COVID-19 se convirtió en el pretexto perfecto para seguir debilitando la democracia, aumentando el autoritarismo y reforzando la militarización.
Como muestra de estos retrocesos, entre marzo y noviembre de 2020, las alertas de sobre agresiones a defensoras se incrementaron 123 por ciento respecto al año anterior (se registraron 136 en 2020 y fueron 61 en 2019).
En México, si bien el Gobierno federal no ha tenido un enfoque represivo, autoridades locales han usado las medidas para vulnerar el derecho a la protesta y acosar a activistas. Por ejemplo, el 5 de junio de 2020, la defensora Claudia Hernández fue detenida arbitrariamente por elementos de la policía estatal de San Luís Potosí mientras participaba en una manifestación para protestar por la ejecución extrajudicial de Giovanni López. Claudia acudió a la manifestación como integrante del colectivo #YoSoy132 para desarrollar labores de observación y mediación durante la marcha
21/RED
