Ciudad de México.- Luchadora por los derechos de las mujeres y constructora de redes en un estado teñido por la violencia: así es Rosa María Rodríguez Quintanilla, periodista y fundadora de la Red de Mujeres de Periodistas de Tamaulipas, una de las agrupaciones más sólidas en el gremio, en una de las entidades más conflictivas para ejercer la profesión. Rosy es periodista reportera y condujo una emisión en Radio Tamaulipas, dedicó más de dos décadas al oficio y la creación de redes de periodistas.
Ella forma parte de Aliadas, proyecto de Cimacnoticias que resuena la voz e historias de vida de defensoras y reporteras. Desde el año 2000, Rosy Rodríguez ha buscado mejorar las condiciones de su ejercicio periodístico y el de sus compañeras, pero también se ha enfrentado a riesgos derivados de la violencia en torno a su profesión, lo que la ha llevado a formar parte del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas del Gobierno de México.
Huir para salvar la vida
El esposo de Rosy Rodríguez, Francisco, dirigía uno de los medios de mayor influencia en Ciudad Victoria. Él ya había experimentado intimidación y violencia al ser secuestrado, pero esto nunca les causó el temor suficiente para abandonar la profesión.
Sin embargo, una publicación en un grupo de Facebook cambió todo, ya que las amenazas no solo estaban dirigidas a ella y su pareja, también hacia sus hijos adolescentes y su hijastro, un joven que se iniciaba también como periodista.
La reacción fue inmediata: recogieron a sus hijos más pequeños en su casa, advirtieron al mayor sobre el peligro y condujeron por horas hasta estar lo suficientemente lejos del estado.
Cuatro meses después de su salida de Tamaulipas, el gobierno estatal determinó enviar un representante ante el Mecanismo de Protección para resolver la situación de Rosy y su familia. Organizaciones como Comunicación e Información de la Mujer A.C. (CIMAC), Propuesta Cívica, Artículo 19 y otras más se reunieron para llegar a acuerdos y garantizar la seguridad de la periodista y los suyos, pero nada fue respetado.
La familia tuvo que desplazarse a Ciudad de México y posteriormente a Monterrey, donde el trabajo periodístico de Rosy se vio mermado. Hoy, a más de cinco años de los hechos, aún no existen condiciones seguras para que vuelvan a Tamaulipas.
Abrazar el periodismo
Para Rosy, el primer contacto con la carrera periodística fue gracias a Juan José Mata Bravo y otros integrantes de la Unión de Periodistas Democráticos, quienes llegaron un día a su escuela secundaria, “Manuel Ávila Camacho”, para hablar de la profesión e invitar a las y los estudiantes a un concurso de poesía y corridos que estaban patrocinando.
Desde ese momento, la ahora defensora tuvo claro cuál sería su camino. Tiempo después ingresó a la licenciatura en Relaciones Públicas, pero no logró obtener los aprendizajes que buscaba para convertirse en periodista, por lo que un día, con tan solo 18 años, se plantó en el periódico de mayor circulación de su ciudad y solicitó hablar con el dueño.
Fue así como Rosa María Rodríguez comenzó a labrar un camino que la llevó a convertirse en una reportera audaz y valiente. Años más tarde incursionó en Radio Tamaulipas, desde donde realiza la actividad que le apasiona y le permite crear las redes de apoyo y solidaridad necesarias para sus colegas ante los peligros de su profesión y la desprotección del Estado mexicano.
Si quieres conocer la historia completa de Rosa María Rodríguez, te invitamos a visitar Aliadas, historias de vida de periodistas y defensoras, el proyecto donde te compartimos las historias de vida de periodistas comprometidas con los Derechos Humanos; conocerás sus motivaciones, obstáculos y el origen de sus fortalezas, las violencias que han enfrentado y las estrategias para mantenerse de pie pese a los riesgos que viven cada día.