Ciudad de México.- De cara a la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia / Nueva Zelanda 2023 y a semanas de que arranque el Mundial Varonil de Qatar 2022, el panorama no es alentador para las futbolistas, pues el premio a repartirse para ellos será de 440 millones de dólares, mientras que ellas recibirán 60 millones de dólares, es decir, únicamente el 13.6 por ciento de lo que los hombres obtendrán.
Sumado a lo anterior, el presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) recientemente dio a conocer que ha rechazado ofertas por los derechos de transmisión televisiva del Mundial Femenil 2023 debido a que son “demasiado bajas”, ya que equivalen tan solo al uno por ciento de lo correspondiente al Mundial Varonil.
“No las aceptaremos porque sabemos que las cifras de audición para estas emisoras en algunos de los grandes países futboleros para la Copa del Mundo masculina o para la Copa del Mundo femenina son en realidad bastante parecidas, lo que significa que sus ingresos comerciales son muy similares para hombres y mujeres”, refirió el presidente de la FIFA.
Fotografía: Twitter @FIFAWWC
Pactos patriarcales limitan igualdad
Aunque en el mundo más de 13 millones de niñas y mujeres juegan fútbol de manera organizada, de acuerdo con cifras de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), las condiciones para ejercer esta actividad de manera profesional no son las adecuadas para ellas debido a los pactos patriarcales que este deporte supone.
Tan solo en México hay jugadoras profesionales que perciben un salario de cuatro mil 500 pesos al mes, acusa la comunicadora y especialista en fútbol femenil Adrianelly Hernández Vega. Lo anterior, señala, se debe a la persistencia de pactos patriarcales que continúan siendo una barrera para las deportistas.
El sueldo de Neymar da Silva Santos Júnior, jugador en el equipo PSG, es de 43.8 millones de dólares, lo cual equivale al salario de mil 693 futbolistas mujeres, todas de las ligas más importantes del mundo como: Francia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Suecia o Australia.
“Las futbolistas exigen un salario justo, no multimillonario. Pero todavía está muy lejano a nivel internacional, porque los directivos argumentan que ellas no generan la misma cantidad de dinero que los hombres y que no hay manera de que esto suceda, pretexto perfecto para no invertir en futbol femenil”.
El fútbol femenil sí genera ganancias
La afirmación patriarcal que dice que el fútbol femenil no genera recursos es falsa. Como ejemplo se tiene a la Selección Femenil de Estados Unidos, la cual marcó un parteaguas importante en el mundo deportivo.
En 2019 la Selección nacional de Estados Unidos acusó a la Federación de su país por discriminación salarial. Y es que se les pagaba únicamente cuando ganaban partidos amistosos, contrario a que al equipo varonil se le remuneraba ganara o perdiera cualquier encuentro. Además, eran enviadas a hoteles de menor calidad, sin importar que fueran consideradas las mejores del mundo, entre otras denuncias.
Recordemos que en los mundiales de Canadá 2015 y Francia 2019, la Selección Femenil de EU se llevó el triunfo. Sumado a lo anterior, la camiseta de Estados Unidos fue la más vendida en junio de 2019.
“Hablamos de balones de oro, jugadoras mediáticas, campeonas olímpicas, y ellas ganaban menos que la selección varonil. Se llegó a decir que el fútbol varonil era más difícil y se les tenía que pagar más a ellos. Todo era menor cuando ellas sí daban resultados, ellas rompieron récord de rating en la transmisión de un partido”.
Fue así como el pasado 7 de septiembre de 2022 finalmente las futbolistas firmaron los convenios colectivos con la Federación de Fútbol de Estados Unidos (USSF) que incluyen “compensación idéntica por todas competiciones incluyendo la Copa Mundial de la FIFA; además de la introducción de un mecanismo idéntico para compartir todos los ingresos comerciales de ambos equipos”. Sin embargo, estos documentos entrarán en vigor hasta 2028.
“Son las mejores del mundo, pero eso no es suficiente. Es una cuestión de género y un pacto patriarcal”, sentencia Adrianelly Hernández.
