Ciudad de México.- Por primera vez el Poder Judicial en México está encabezado por una mujer, Norma Lucía Piña Hernández, quien fue elegida como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) rompiendo así lo que parecía “un inaccesible techo de cristal”, como ella misma lo afirmó en su discurso inicial. Ahora que asumió el cargo, ¿cuáles serán los retos que enfrentará?
Especialistas realizaron un conversatorio en Twitter titulado Retos en la SCJN y su nueva presidenta, en el que debatieron el proyecto de la ministra Piña Hernández, llegando al consenso: el techo de cristal se rompió, pero son necesarias aliadas y aliados que sostengan los planes que la nueva presidenta trajo consigo y aquellos que la realidad cambiante en México empujará hasta la Suprema Corte.
Al respecto, Ana Lorena Delgadillo -directora de la Fundación Para la Justicia- aseveró que la presidencia solo es una parte de la SCJN y añadió que las distintas personas que la conforman deben asumir sus responsabilidades para que México pueda tener una Corte progresista.
En lo anterior coincidió Úrsula Indacochea, directora de Programa de la Fundación para el Debido Proceso, quien refirió que la ministra presidenta rompió el techo de cristal, pero la responsabilidad de todo un proyecto no debe recaer en una persona.
“Habló de la ruptura del techo de cristal, dijo que la rompieron quienes votaron por ella pero no hay que quitarle los méritos personales”, señaló Indacochea quien añadió se requieren órganos autónomos que logren entender las diversas realidades en México.
Ante este panorama, afirma Leticia Bonifaz, integrante del Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), algunos de los retos que se tienen desde el Poder Judicial son: equilibrar los cargos de mujeres y hombres en el interior de este, no sin antes analizar las “cuestiones que han dejado en posición de desventaja a las mujeres cuando se trata de concursos o adscripciones”.
Ana Lorena Delgadillo mencionó además que dentro de los grandes retos para la SCJN también se encuentra el tema de justicia digital, para garantizar a miles de personas el acceso a internet.
Los derechos humanos de las mujeres también podrán tener un gran avance, debido a que la ministra presidenta se mostró a favor de la despenalización del aborto al votar por declarar inconstitucional criminalizar a las mujeres por interrumpir su embarazo. En aquella ocasión, Norma Piña afirmó que lo que se castigaba no era el aborto sino la conducta sexual de la mujer.
En 2019 Piña Hernández también formó parte de la Sala Primera de la SCJN cuando se revisó el caso del feminicidio de Karla Pontigo, entonces el Tribunal ordenó que el caso fuera investigado como feminicidio luego de una serie de omisiones por parte de las autoridades de San Luis Potosí. Lo que significa que podrán verse grandes avances en materia de juzgar con perspectiva de género.
La impunidad en torno al delito de desaparición también será motivo de revisión, asegura Grace Fernández, directora de Buscando Desaparecidos México, quien señaló que en México únicamente hay 35 sentencias por desaparición aún cuando más de 100 mil personas no han vuelto a su hogar.
“Los jueces no hacen su trabajo, pareciera que es como una obligación que les imponen que para que ocupen esos cargos deben dejar su sensibilidad de lado cuando hemos dicho que deben ser jueces y ministros, magistrados, sensibles a los derechos humanos. No se expresan en un lenguaje que sea entendible para la sociedad civil y mucho menos dan explicaciones de sus decisiones”, acusó Fernández.
Por lo que apuntó la necesidad de transparencia en el Poder Judicial que permita a la ciudadanía confiar y acceder a la justicia con un cuidado irrestricto de sus derechos humanos.
Como parte de su proyecto la ministra presidenta también destacó que buscará mejorar el acceso a la justicia para personas afromexicanas, además de la creación de áreas de atención para pueblos y comunidades indígenas.
En su agenda también ha destacado la defensa por los derechos de la comunidad LGBTI, por lo que se espera que en los retos de la SCJN estarán a debate diversos temas y problemas que atañen a este sector.
De esta forma inicia el camino y los retos por delante para la Corte y la nueva presidenta, que se enfrenta a una realidad que exige una SCJN que vigile los derechos humanos de las mujeres.
