En los primeros días de este 2023, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó la venta de píldoras abortivas de mifepristona en diferentes farmacias del país. A pesar de que este es un paso importante luego de la restricción del aborto por parte de la Suprema Corte de ese país, hay ciertas limitantes que no permitirán que estos beneficios lleguen a todas las que lo necesiten.
De acuerdo con la FDA, la venta de mifepristona estará permitida para mujeres con hasta 10 semanas de embarazo. Estas mujeres necesitarán contar con una receta médica que, además, debe ser emitida por personal médico o farmacias certificados para prescribir el medicamento ya sea de manera personal o por correo postal.
No obstante, de acuerdo con Paula Avila-Guillén (directora ejecutiva de la organización Women’s Equality Center, WEC), la distribución de estas píldoras abortivas estará limitada únicamente a los estados de EEUU donde la interrupción del embarazo sea legal pese a la determinación de la Corte.
“El proceso no será diferente del de comprar píldoras anticonceptivas o medicamentos para la tensión arterial. Cabe resaltar que en Estados Unidos, contrario a varios países de América Latina, es necesario tener una receta médica para acceder a pastillas anticonceptivas. De este modo, la mifepristona y sus usos para la atención del aborto y el tratamiento del aborto espontáneo se tratarán como una atención de salud más.”
Paula Avila-Guillén
A pesar de estas limitantes, Avila-Guillén recuerda que existe una red de voluntarios del movimiento de derechos reproductivos dispuestos a ayudar a las mujeres a conseguir los medicamentos por correo, lo que aún es legal en los 50 estados de EEUU. También ofrecen apoyo para conseguir medicamentos en el extranjero y autogestionar los servicios de aborto.
Mifepristona no estará disponible en estados donde el aborto está prohibido
Según explicó Avila-Guillén a Cimacnoticias, si el aborto no está permitido en un estado en específico, las farmacias locales de dicho estado pueden no dispensar mifepristona para que las mujeres interrumpan un embarazo si lo desean. En todo caso, la directora ejecutiva de WEC afirma que el medicamento podría dispensarse en farmacias certificadas por razones no relacionadas con la atención del aborto, por ejemplo, la gestión de abortos espontáneos.
No obstante, aún no está completamente claro si la norma de la FDA afectará o no a las diferentes restricciones estatales sobre la interrupción del embarazo. Esta es una preocupación especialmente importante tomando en cuenta que el derecho al aborto se ha ido restringiendo estado por estado en casi la mitad del país de acuerdo con Paula Avila.
“Esta decisión de FDA no cambia la prohibición del aborto en los EEUU, pero ayudará a millones de personas a tener más acceso a la atención que necesitan cuando la necesitan”, afirma Paula Avila-Guillén. “Si bien no es todo lo que se podría lograr, sí es un paso en la dirección correcta.”
Pese a este avance, la abogada experta en derechos humanos afirma que cada día en Estados Unidos se niega el acceso al aborto a más mujeres. Esto desencadena situaciones de pobreza para ellas y para sus familias; además, perjudica especialmente a quienes ya estaban en situación de vulnerabilidad económica y a las personas de color o de grupos minoritarios.
Avila-Guillén también recuerda que, con o sin restricciones, el aborto siempre ha existido y seguirá existiendo. Lo que ha cambiado en Estados Unidos es la facilidad de acceder a él de manera segura. En este sentido, para ella es esencial que se restablezca el derecho al aborto a nivel federal. No obstante, apunta que esto no será suficiente si no hay una ley que establezca condiciones para un acceso real a nivel estatal.
Mientras esto no suceda, el aborto seguirá siendo cuestión de privilegios para las mujeres en Estados Unidos, pues solo aquellas que pueden cruzar las fronteras internacionales están tendiendo acceso a la interrupción segura de sus embarazos. Por otra parte, incluso aquellas que desean ser madres pero no pueden hacerlo por problemas de salud están arriesgando sus vida ante la restricción de sus derechos.
