Durante 2022, al menos 20 defensoras fueron asesinadas, 788 defensoras y 201 organizaciones recibieron algún tipo de agresión en El Salvador, Honduras, México y Nicaragua, reveló la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos en su registro anual.
En el registro, la Iniciativa también detalló que casi la mitad de las agresiones registradas (dos 330) se dieron en el marco de acciones colectivas, mil 820 fueron dirigidas contra defensoras en lo individual y 653 contra organizaciones.
“Quienes defienden el derecho a la información y la libertad de expresión, las defensoras de los derechos de las mujeres, quienes buscan verdad, justicia y reparación, las que luchan por una vida libre de violencia y las defensoras de la tierra y el territorio son las más agredidas”.
Los hostigamientos (13 por ciento) representan la forma de agresión más frecuente, seguidos de diferentes formas de violencia física, psicológica o verbal (12 por ciento) y amenazas (9 por ciento).
Los Estados, a través de autoridades públicas (35 por ciento) y policías y fuerzas armadas (25 por ciento), son identificados como los principales agresores; seguidos de personas desconocidas, tanto físicas como virtuales (18 por ciento).
Violencia digital: una agresión cada vez más frecuente
La Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos destacó que cada vez es más frecuente la violencia hacia las defensoras y sus organizaciones en el ámbito digital. Durante 2022 destacaron las siguientes modalidades de agresión:
- A nivel personal sobresalen la divulgación de hechos falsos que generan desprestigio social de la imagen de las defensoras (13.5 por ciento); el ciberacoso o ciberbullying (12.7 por ciento); el doxing -publicación de información sensible en internet (12.7 por ciento); y el hackeo cuentas o de redes sociales (10.8 por ciento).
- En acciones colectivas, la divulgación de hechos falsos relativos al accionar de las víctimas de la agresión colectiva (9 por ciento) y la divulgación pública de información relativos a la vida privada y/o familiar de la defensora.
- Entre organizaciones o grupos sobresalen el hackeo no autorizado a las cuentas o red del sistema de la organización o grupo; las campañas de desprestigio; la incautación de insumos básicos para ejercer la labor de defensa de derechos humanos (equipos de comunicación audiovisual, computadoras, servidores, medios de transporte, entre otros).