Ciudad de México.- De acuerdo con la Encuesta Nacional de Financiamiento de las Empresas 2021, del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, en el país solo 37 por ciento de las empresas lideradas por mujeres recibieron financiamiento desde el inicio de operaciones, lo que obstaculiza la consolidación de pequeñas y medianas empresas (pymes) así como sus emprendimientos, ante esta brecha laboral, Yolanda Ramírez García fundó Adelitas empresarias, para contrarrestar esta situación.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, durante el cuarto trimestre de 2023, la población económicamente activa (PEA) por sexo en las mujeres fue de 24.9 millones, es decir, 47 de cada 100 en edad de trabajar fueron económicamente activas. Esta cifra refleja que en nuestro país aún queda mucho por hacer para cerrar las brechas de género en el mundo laboral.
Ante el panorama, Yolanda Ramírez García fundó Adelitas empresarias en 2017. Con esta consultoría ofrece apoyo a más mujeres que, como ella, desean conservar su autonomía económica y armonizarla con su desarrollo personal.
Yolanda Ramírez García es una pedagoga especialista en Capacitación Organizacional quien trabajó por 10 años en el ámbito corporativo. Ella contó a Cimacnoticias que, en el momento en el que decidió ser mamá, se dio cuenta de que no podría disfrutar momentos libres con su hijo debido a sus extensas jornadas laborales.
Pero, en lugar de buscar una solución únicamente individual, miró hacia lo colectivo y decidió emprender un proyecto que ayudara a más mujeres en la misma situación.
Así surgió Adelitas empresarias, un grupo de mujeres especialistas en diferentes ramas quienes ofrecen sus conocimientos y su experiencia a otras mujeres que deseen emprender su propio negocio pero no saben cómo hacerlo. También dan orientación y capacitación a emprendedoras con micro, pequeñas y medianas empresas.
“Adelitas empresarias surge con la intención de ser una alternativa para las mujeres que hoy en día han decidido ser madres y a veces por el contexto normal corporativo nos vemos frenadas. Porque las alternativas no son las mismas para los hombres que para las mujeres”, Yolanda Ramírez García.
El primer proyecto de las adelitas fue un Encuentro Nacional de Emprendedores en 2017. Desde entonces hasta ahora han realizado 28 eventos similares donde se reúnen para ofrecer sus productos y tejer redes entre mujeres empresarias a lo largo y ancho de la República Mexicana. Para ello trabajan bajo un eje rector: el reconocimiento y la difusión de la cultura mexicana.
“Nosotras impulsamos a aquellas mujeres mexicanas que lideran una marca que de alguna manera ponen muy en alto el nombre de México, ya sea a través de la gastronomía, las artesanías, las bebidas típicas como mezcal pulque, etcétera”, narró Yolanda.
Además de esto, constantemente, las integrantes de Adelitas empresarias ofrecen conferencias, talleres, capacitaciones y otras actividades para impulsar el desarrollo de las mujeres en diferentes esferas de su vida, que van desde lo psicológico hasta lo laboral y lo espiritual.
Desde la perspectiva de Yolanda, todas ellas han logrado crecer no solo laboralmente: también han adquirido otras habilidades que fortalecen su autonomía y su confianza en sí mismas.
Importancia del emprendimiento
Para la fundadora de Adelitas empresarias, una de las ventajas del emprendimiento es la oportunidad que te brinda para equilibrar y administrar tu tiempo. Esto es sumamente importante cuando hablamos de un país en el que las mujeres dedican 43 horas semanales a las labores domésticas, lo que las deja sin oportunidades de crecer laboralmente.
“Sabes que tienes que ser mamá y atender la casa y a los niños, pero también tu negocio y tus ventas. Vas buscando la manera y el camino de hacer que las cosas sucedan”, dice Yolanda. Así, emprender un negocio se convierte en una alternativa para que las mujeres no pierdan su autonomía económica después de convertirse en madres.
Esto repercute también en la autoconfianza y la autonomía personal, pues, tal como explica la pedagoga, “el emprendimiento te enseña a buscar más de una alternativa, a que las alternativas no se agotan; si no te funciona la A están la B, la C y si no la Z. Te enseña a ser resiliente y perseverante”.
Todos estos factores son determinantes para nosotras por diferentes razones. Una de ellas es, como mencionábamos al inicio, el cierre de brechas de género que frenan nuestra participación económica. Otra es que la autonomía económica y la seguridad en nosotras mismas juegan papeles centrales cuando las mujeres deciden salir de entornos violentos.
Daniela Balbino, investigadora del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), indicó que la esperanza de vida de las mujeres es, en promedio, 6.5 años mayor que la de los hombres.
Esto implica que, si bien las mujeres tienen una vida más larga, también enfrentan retos adicionales en términos financieros, pues tienen que costear durante más años su subsistencia, panorama que se complica por las limitaciones de sus ahorros por diferencias salariales o por las intermitencias en su permanencia en el mercado laboral.
En su estudio Futuro Equitativo: Pensiones y Brecha de Género, la especialista expuso que en México, en 2024, de acuerdo con las proyecciones demográficas, se espera que para 2050 el número de adultos mayores se duplique en comparación con 2024: pasará de 11.2 a 26.7 millones. Se estima que de esta población, 14.7 millones serán mujeres mayores de 65 años o más, mientras que 12.0 millones serán hombres.
Esto significa que las medidas adoptadas en el presente respecto a las pensiones, en algunos años, tendrán un impacto directo en los ingresos y en el sustento de una población envejecida, en su mayoría compuesta por mujeres.
En México, las mujeres viven numerosos desafíos en el ámbito laboral, que incluyen brechas salariales, empleo informal, segregación ocupacional y las barreras para acceder a la protección social. Además, se suma la violencia laboral, el acoso y el hostigamiento sexual, todas en conjunto, son una barrera importante para el pleno ejercicio de sus derechos.
Por tanto, si ante este panorama agregamos una brecha en el financiamiento y falta de acceso a servicios financieros, esto las va a afectar directamente en su capacidad para emprender negocios y contribuir al bienestar de sus familias y comunidades.
No podemos perder de vista que para abonar directamente a la igualdad de género, la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico inclusivo se debe invertir en el empoderamiento económico de las mujeres, quienes contribuyen de manera significativa a las economías, ya sea en empresas, granjas, como emprendedoras, empleadas o trabajando como cuidadoras domésticas no remuneradas.
En comparativa, la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (Enif) 2021, también del INEGI, las mujeres en las zonas centro-sur y oriente, y en la región sur del país enfrentaron mayores dificultades para acceder a productos financieros, con brechas de género de 53.1 por ciento y 57.7 por ciento, respectivamente.

La desigualdad de género en el ámbito laboral es una realidad innegable, ya que las mujeres enfrentan barreras significativas en comparación con los hombres. Desde menor participación en el mercado laboral hasta la asignación desigual de responsabilidades domésticas y de cuidado, estas disparidades tienen consecuencias directas en las oportunidades laborales y en los ingresos de las mujeres.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la igualdad de género es una asignatura pendiente en los mercados laborales a nivel mundial. La falta de oportunidades, la discriminación y la brecha salarial son solo algunas de las manifestaciones de esta desigualdad persistente.
En el caso de México, para abordar estos problemas, Inmujeres y Pro Mujer firmaron un acuerdo para fortalecer estrategias de autonomía económica de las mujeres, proporcionándoles herramientas financieras y de emprendimiento. A través de capacitaciones en temas como financiamiento, emprendimiento, autocuidado y salud financiera.
Este acuerdo tiene como meta fortalecer las estrategias para la autonomía económica de las mujeres con énfasis en el emprendimiento e inclusión financiera.
Se busca así crear un impacto sostenible en la autonomía económica de las mujeres, especialmente quienes viven situaciones de mayor vulnerabilidad, como mujeres rurales, indígenas, afromexicanas o migrantes.
Soluciones para mujeres emprendedoras
Diversos compromisos internacionales apoyan el empoderamiento económico de las mujeres, entre ellas la Plataforma de Acción de Beijing, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y diversos convenios sobre la igualdad de género de la Organización Internacional del Trabajo.
ONU Mujeres apoya el empoderamiento económico de las mujeres con base en estos compromisos, así como con la evidencia, cada vez más numerosa, que demuestra que la igualdad de género contribuye de manera importante al impulso de las economías y al desarrollo sostenible.

La discriminación de género implica que a menudo las mujeres acaban desempeñando trabajos no seguros y mal pagados, y siguen siendo una pequeña minoría en puestos directivos.
La discriminación también reduce el acceso a bienes económicos como la tierra, préstamos y limita su participación en el diseño de políticas sociales y económicas. Otro aspecto a considerar es que el grueso de las tareas domésticas recae en las mujeres, por lo que suelen tener poco tiempo libre para aprovechar oportunidades económicas.
Gracias al trabajo en conjunto con varios socios, los programas promueven la capacidad de las mujeres de asegurar trabajos decentes, acumular bienes e influir en las instituciones y las políticas públicas que determinan el crecimiento y el desarrollo.
Un aspecto fundamental de interés radica en impulsar que se cuantifique el trabajo no remunerado que realizan las mujeres como cuidadoras y tomar acciones para que las mujeres y los hombres estén más dispuestas a combinar estas tareas con el empleo remunerado.