Ciudad de México.- ¿Qué sucede al momento de un peritaje psicológico?, ¿quiénes realizan este trabajo y bajo qué contextos inician la pila de entrevistas con las personas juzgadas? De estos dos posturas surge la necesidad de cuestionar de qué manera las y los peritos desempeñan su trabajo, desentramando así, una verdad no tan oculta: El sistema judicial tiene arraigados valores patriarcales que obstaculizan, no sólo la justicia, sino también, la libertad y el derecho al esclarecimiento de los hechos.
Sobre esta línea, se desglosa un conversatorio impulsado por la Suprema Corte de la Justicia, donde pone en la mira cómo la formación profesional carece de rigurosidad en materia de género, derechos humanos y de qué manera, el privilegio juega en contra del trabajo pericial. Para entender mejor la importancia del debate y alejarse de la cientificidad de este proceso, la conversación se debe orientar a algo mas laxo, donde se empiece… por el principio.
El peritaje psicológico: ¿Cómo entenderlo
Podemos entender el peritaje psicológico de la SCJN como una hoja donde una persona especialista en psicología se da a la tarea de redactar, señalar y recopilar pruebas que apunten al estado emocional – mental de la persona acusada. Este trabajo es tan importante que una hoja de peritaje tiene el poder de abrir otras líneas de investigación importantes que no fueron vistas – reconocidas con anterioridad, asegurando así, incluso, la libertad o presunción de inocencia de una persona acusada.
La complejidad en el proceso aparece cuando, en lugar de reconocer otras experiencias de vida e historias de victimización, se ejerce una violencia institucional que revictimiza a la persona.
Durante la segunda mesa de discusión de la SCJN, Anahy Rodríguez González, licenciada y maestra en derecho por la UNAM, licenciada en psicología por la UAM y académica de ciencias forenses, derechos humanos y violencia de género. cuestiona qué sucede cuando en el proceso de peritación, la persona indaga en elementos como su intimidad sexual; preguntas que son irrelevantes para el caso, pero que, hasta la fecha, se mantienen vigentes a causa del sesgo de género que continúan manejando los peritos en nuestro país.
Un peritaje con perspectiva de género: Entendiéndolo desde los casos
Psicóloga víctima, perita adscrita y trabajadora del Instituto Federal de la Defensoría Pública, Zuleyma Santiago García señala durante su intervención que esta discusión data de una gran importancia, porque ya era hora de que se pusiera la lupa en el trabajo del peritaje.
«¿Por qué? Porque nosotras documentamos dolor y sufrimiento, tenemos que tener una deconstrucción personal que implica enfrentarnos a nuestros propios privilegios, renunciar a ellos y cuestionar porque unos grupos están en desventaja frente a otros. Tenemos que cuestionar el lugar en el que estamos», refirió la perita.
En el debate, se compartió el siguiente testimonio:
«Yo estoy muy agradecida con él porque me sacó del pueblo donde no me querían porque tengo una niña sin papá. Yo le obedezco en todo, las mujeres estamos en la casa para atender al hombre, para limpiar y atender a los niños y yo por estar agradecida lo hago, o obedezco. Tampoco pregunto porque no le gusta, me dice que él no tiene que dar explicaciones (sic)».
Esta es una declaración textual realizada por una mujer que ya ha sido procesada y se encuentra privada de su libertad por el cargo de delitos a la salud. La mujer vivía una situación de asimetría de poder y, sin saberlo, se vio involucrada en una detención donde fue criminalizada.
La perita, señala que en la mayoría de los delitos a la salud cometidos por mujeres en los que ha intervenido, existe una tendencia: Estas mujeres están atravesadas por contextos de vulnerabilidad.
«Es una constante donde la mujer es arrestada porque iba en el auto con su pareja que transportaba droga y ella no tenía,
siquiera, derecho a preguntar, ella aprendió que su deber era sólo obedecer. Las mujeres son amenazadas: Si tú no vas conmigo y me acompañas, no te voy a dar gasto. Estas razones que las llevan a acompañarlos, son por las que hoy están privadas de su libertad cumpliendo una sentencia de años. Es una realidad que urge ver, porque la violencia está allá afuera y duele»
Para la especialista pericial y psicóloga victimal, Zuleyma Santiago, es urgente que las y los peritos tengan la capacitación suficiente para realizar sus indagación sin perpetuar esta cadena de poder. Pero para hacerlo, se debe realizar un trabajo profundo de deconstrucción y también, apostar para que las mujeres que viven este proceso pericial no reciban diagnósticos de patologización que abonen a discursos machistas; las mujeres no están enfermas, pero el contexto de violencia doméstica, poder, abuso, manipulación han sido tierra de cultivo para erosionar la salud mental de las mujeres en circunstancias de vulnerabilidad.
«Nosotras trabajamos con los testimonios y ahí se puede advertir la misoginia y el machismo (..) Eso abre otras líneas de investigación, es este conocimiento en feminismo lo que nos da apertura. No basta con mencionar una convención o un instrumento en derechos humanos de las mujeres y creer que ya estamos cumpliendo, eso es completamente falso. Debemos alejarnos de esta cientificidad porque invalidamos otras realidades que si nosotras no las nombramos, no existen, como lo ha hecho el feminismo» (Zuleyma Santiago)
Es la académica, psicóloga y especialista en derechos humanos Anahy Rodríguez González quien secunda este escenario, atajando que las y los peritos, a la hora de tener contacto con las víctimas, se debe tener un enfoque de interseccionalidad, perspectiva de género y de derechos humanos. No como una política de aditamento, sino más bien, como una herramienta de análisis que arroja a la luz una visión más compleja de los hechos que, bajo otros parámetros, no es vista. Es reconocer las experiencias de las mujeres, sus necesidades, vidas y aspiraciones de forma diferenciada, y a menudo, asimétrica en comparación con sus congéneres: «Sí tenemos que usar las metodologías, pero también, ponernos las gafas violetas para identificar relaciones de poder».
Un cuestionamiento importante, considerando que, incluso dentro del sistema de justicia penal se gestan estas dinámicas de poder, refirió Anahy Rodríguez, señalando que el mismo sistema donde trabajan obedece a las pautas de desigualdad y es prioritario comenzarlas a neutralizar.
Un peritaje psicológico con perspectiva de género: ¿Qué propone?
Hablar de este asunto resulta complejísimo, porque demanda a las y los profesionistas ejercer su trabajo desde la interdisciplina de diversos conocimientos metodológicos, se trata de un esfuerzo monumental por
entender y cuestionar las dinámicas sociales, para después, aplicarla a la rama pericial y forense.
Por ello, un peritaje psicológico busca abrir un proceso reflexivo que coloque en la mira las prácticas patriarcales, la vulnerabilidad, los contextos, los estereotipos de género, la opresión sistémica como el clasismo, el racismo y la misoginia. Alrededor de esto, existe un debate profundo entre las y los péritos que consideran esta práctica como poco fundamentada, sin embargo, las especialistas ante la SCJN apuntan a que este trabajo debe desmarcarse de las viejas prácticas y comenzar a ejercerse desde los derechos humanos; no más dogmas en el sistema y más justicia feminista.
La maestra forense, Anahy Rodriguez Gonzalez reconoce que existen dos puntos elementales en los peritajes psicológicos cuando de violencia de género se trata:
Credibilidad del testimonio de la víctima: En situaciones de amenaza, los recuerdos responden a una estructura específica de lo que se ha llamado memoria traumática, cuyas características principales son la fragmentación, desorganización y el olvido. El recuerdo puede estar distorsionado, lo que no implica una negativa al narrar lo acontecido o una intención que apunte a querer alterar el desarrollo de los hechos.
Huellas del daño psíquico que dejan: La presencia de afectación psicoemocional como consecuencia de la violencia de género, ausencia de afectación psicoemocional debido a que cuenta con recursos psicológicos y psicosociales de apoyo para enfrentar como consecuencia de la violencia de género y la presencia de afectación psicosocial que no está relacionada con los hechos que se investigan.
Consultando el documento «Incorporación de la perspectiva de género en proyectos y programas en materia de Justicia» de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, se refiere que el las implicaciones para las mujeres y los hombres de cualquier acción planificada, incluyendo la legislación, políticas o programas, en todas las áreas y en todos los niveles. Es una estrategia para hacer que las preocupaciones y experiencias de mujeres y niñas, niños y hombres sean una dimensión integral del diseño, implementación, monitoreo y evaluación de políticas y programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales para que mujeres y hombres se beneficien por igual, y no perpetuar la desigualdad. El objetivo final es alcanzar la igualdad de género.
Un peritaje psicológico con perspectiva de género resulta una herramienta esencial, especialmente, cuando se abordan casos relacionados a la migración, infancias, adolescencias, víctimas de trata de personas, de abuso sexual, con discapacidad o que se vieron atravesadas por tratos crueles e inhumanos. Un peritaje con esta herramienta daría pauta para construir mejores hipótesis y consolidar un acceso a la justicia incluyente.
Tal como lo reconoce María de la Luz Estrada en Guía Metodológica para la construcción de peritajes antropológicos, psicosociales y socioculturales, citado por Anahy González en el documento ¿Cómo se prueba la violencia por razones de género en el proceso judicial?:
«El objetivo del peritaje será identificar y visibilizar hechos y/o circunstancias que se han naturalizado y se consideran “normales” y así entender cómo opera la discriminación contra las mujeres y visibilizar las razones de género que llevaron a la muerte [o a la violencia]»
A manera de autodefensa y como parte de una serie informativa de datos de extrema relevancia para garantizar un peritaje psicológico que no transgreda los derechos de las mujeres, Cimacnoticias resume 4 puntos esenciales que fueron expuestos por la catedrática Anahy González:
- Siempre se debe asegurar que la persona que será evaluada debe contar con la edad suficiente para expresarse; se debe respetar cualquier discapacidad de cuadro intelectual.
- La persona que realice las entrevistas debe contar con conocimientos en área clínica, psicología forense, atención y acompañamiento a víctimas. Se debe asegurar que se cuenta con cédula profesional antes de acceder a cualquier interrogatorio.
- En una entrevista forense, la persona experta deberá procurar un entorno idóneo para su realización. Por ejemplo, en el caso de niñas, niños y adolescentes, el espacio para el desarrollo de la entrevista debe permitir la narrativa libre; por esta razón, no debe tratarse de un espacio con muchos estímulos que puedan distraerle; debe ser privado, de tal forma que evite el contacto visual con personas que influyan o afecten su dicho y la presencia y el uso de instrumentos de grabación no deben ser ocultados, por el contrario, deben mostrarse y explicarse el motivo de su utilización.
- La persona especialista en peritaje, siempre debe explicar y cooperar durante todo el proceso; deberá dar los resultados de sus pruebas de una manera concreta y entendible para la persona involucrada. Asimismo, debe explicar todo concepto utilizado en su análisis y resolver posibles dudas, de no hacerlo, se incurre en una falta al acceso de la información.
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