Ciudad de México.- De camino al 25 de noviembre, Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer, colectivas de todo el país alista su trinchera para producir movimiento; algunas mujeres, tomando la avenida Reforma, otras, produciendo incidencia desde el Monumento a la Revolución y docenas de colectivas más, realizando protestas artísticas en diferentes puntos de la República. Reconociendo el privilegio que representa estar activa en las manifestaciones, el apoyo por visibilizar y nombrar la violencia desde el espacio privado también constituye un acto político.
¿Cómo se puede abonar a la conversación sin asistir a los eventos públicos? A partir de este cuestionamiento, nace la necesidad de reconocernos como agentes de cambio, sin importar desde dónde y cómo conmemoremos el 25N.
Se debe recordar que este día pauta el inicio de los 16 días de activismo, es decir, que la conmemoración concluye el 10 de diciembre y que empata con el Día Internacional de los Derechos Humanos. Este año, las Naciones Unidas ha advertido sobre la escalada del feminicidio, pues en 2023, alrededor de 51 mil 100 mujeres y niñas de todo el mundo; una mujer víctima de feminicidio cada 10 minutos.

A raíz de esto, es que el 25N de este año pone la lupa en reconocer el fenómeno de feminicidio como un problema en la escala global, sin embargo, se debe apuntar a que el activismo y las luchas que se gestan en el marco de este día no son pautadas por las instituciones; el 25N es una lucha de a pie, donde se visibiliza toda violencia, asimetría e injusticia que atraviesa los territorios de las mujeres.
Desde Cimacnoticias se recopilan algunos ejes y acciones que representan un cambio de paradigma en el marco del 25N
Discutir y compartir desde casa
Por motivos económicos, geográficos, laborales, académicos, de violencia e incluso, emocionales, no siempre es posible estar en foros o acuerpándose a otras mujeres en las marchas, sin embargo, la visibilización y el solo nombramiento de este día puede aparecer y transformar desde diferentes espacios, no sólo en la esfera pública; colocar la agenda entre las personas que nos rodean ya implica revolución.
La teórica y ensayista feminista Carol Hanisch lo advierte en su postulado más importante: Lo personal es político. Esta idea refuta el pensamiento de que todo aquello que vivimos debemos guardárnoslo para nosotras mismas.
Hanisch reconoció en su ensayo que todas aquellas experiencias de vida y actividades que desempeñamos en el espectro privado debían ser públicas; debían ser nombradas en voz alta y compartirlas con otras mujeres. Desde el trabajo de cuidados, el aborto, la violencia, las agresiones sexuales, el trabajo no remunerado, nuestras preocupaciones y pérdida de autonomía ante circunstancias de violencia.
Sólo así, se lograron identificar patrones patriarcales; todo lo que se vive no es un acto aislado, sino el producto de un cúmulo de factores sistémicos. Una vez que podemos compartir con amigas, hermanas, compañeras, tías y toda mujer que nos acompañe, se pueden gestar redes de apoyo, o como dice, Hanisch: «Soluciones colectivas».
«Una de las primeras cosas que descubrimos en estos grupos es que los problemas personales son problemas políticos. No hay soluciones personales en este momento. Solo hay acción colectiva para una solución colectiva.”
Rumbo al 25N, una de las herramientas más poderosas que poseemos es, precisamente, reunirnos con otras, compartir miedos, resistencias y violencias que nos han atravesado. Reconocer las circunstancias dolorosas representa un cambio estructural, nos permite apoyarnos, identificar, acompañar y por supuesto, representa un acto de autocuidado.
El monologo de Pamela Palenciano
Con un poderoso monologo teatral de 2 horas y media, Pamela Palenciano narrará su experiencia en pareja; ¿cómo se puede sobrevivir cuando la violencia es asfixiante?
A lo largo de la obra, Palenciano pone sobre la mesa toda experiencia que la hirió, desde el sometimiento más pequeño, hasta el abuso más cruento. El punto más álgido de esta monologo llega cuando evidencia la masculinidad patriarcal y el rol de género; tierra de cultivo para la desigualdad, la pérdida de autonomía y la violencia. Y es que, aunque desde la mirada espectadora resulta evidente que algo está mal, desde la narración de Palenciano, se nombra la vulnerabilidad, el miedo, la manipulación y la imposibilidad de escapar de ese entorno profundamente violento.
Mirar «No sólo duelen los golpes» y compartirlo con nuestras amigas, compañeras, madres, hermanas puede convertirse en un activismo en el espacio privado; un activismo que puede salvar, alertar y sanar(nos).
«Nosotras» el cortometraje
Dirigido por Natalia Beristain, «Nosotras» es un cortometraje documental que sintetiza la normalización de la violencia; Beristain sigue los pasos de las mujeres en diferentes puntos de la República y todo aquello que las atraviesa.
Desde una mujer en la CDMX que narra cómo es tocada o perseguida en las calles más transitadas en la capital. La violencia emocional y manipulación que vive otra mujer al norte del país, para finalmente, concluir el cortometraje con la representación más extrema de la misoginia: El feminicidio.
Este último fenómeno, citado en Ciudad Juárez, Chihuahua donde diversas víctimas colaterales del feminicidio cuentan sus vivencias, la negligencia de las autoridades, la impunidad y la travesía por la justicia.
En el marco del 25N, mirar «Nosotras» constituye reventar la burbuja que normaliza las violencias más pequeñas y también, recordar que afuera, las mujeres luchan y resisten todos los días.
Consumir y compartir periodismo feminista
Una de las maneras en que se puede comenzar a incidir durante la llamada «Campaña de los 16 días», es a través de la información; consumir, compartir y discutir el periodismo que hacen las mujeres de forma independiente puede representar una importante revolución.
Estar informadas sobre lo que acontece día a día, las políticas que nos atraviesan y que poco son explicadas, las injusticias, la impunidad y cómo se mueve el panorama sociopolítico en México, implica -más allá de cualquier eje partidario- tener las herramientas suficientes para luchar y exigir mejores espacios y políticas por una vida libre de violencia.
Este ejercicio abre una ventana para informarse, no sólo desde el crisol del periodismo tradicional, sino desde un periodismo político, humano, cercano y con el poder transformador de armarnos en la defensa de nuestros derechos. Un 25N no estaría completo sin las mujeres que producen un cambio difundiendo la palabra; mujeres que discuten lo que leen con sus amigas y que comparten el periodismo feminista.