Ciudad de México. – El inicio del mes de abril trajo consigo la inauguración oficial de la Fundación Eufrosina Cruz; propuesta he iniciativa de la propia Eufrosina Cruz Mendoza, mujer Zapoteca originaria de la sierra sur de Oaxaca, precursora en la búsqueda y defensa de los derechos fundamentales de las mujeres y las niñas indígenas, siendo este el cometido de su fundación.
La Fundación Eufrosina Cruz, es una iniciativa dirigida a las mujeres y niñas indígenas; que mediante la educación pretende contribuir a erradicar la violencia y la discriminación institucionalizada en contra de las comunidades indígenas, garantizando que ninguna niña, joven o mujer sufra de falta de oportunidades por su origen.
“Esta lucha no ha terminado. Que el país escuche claro y fuerte: las niñas son niñas, no esposas. Que sus cunas no se conviertan en condenas. Que su origen jamás vuelva a ser una jaula, sino el punto de partida para volar”. – Eufrosina Cruz vía X
Hace 17 años, Eufrosina comenzó la lucha activa por los derechos humanos de las mujeres indígenas, levantando la voz para que tuvieran un lugar dentro las leyes mexicanas; gracias a ella se reconoció constitucionalmente, en el Artículo 2°, no sólo la existencia y el derecho a la libre autodeterminación de los pueblos indígenas, también el derecho de las mujeres indígenas al voto activo y pasivo.
El proyecto tiene como objetivo ser una realidad federal, que trabaje por medio de seis ejes primordiales: la educación, la salud, el empoderamiento, la erradicación de la violencia, el acceso a servicios básicos y la construcción de una nueva narrativa sobre los pueblos y de las mujeres indígenas. Haciendo de México un lugar en donde el nacimiento no determine el futuro.
La misión directa de la Fundación Eufrosina Cruz: es revindicar la percepción que tiene la sociedad sobre las comunidades indígenas en especial de las mujeres, fomentando el sentido de partencia entre las mismas, mientras se les proporcionan las herramientas necesarias para enfrentar y escribir su destino.
“Hoy no pedimos permiso. Hoy no pedimos perdón. Hoy tomamos la palabra. Y la convertimos en transformación”. – Eufrosina Cruz.
Eufrosina Cruz Mendoza
Mujer zapoteca, originaria de Santa María Quiegolani, un pueblo indígena de la sierra del sur de Oaxaca, Eufrosina Cruz representa a su comunidad siendo una importante activista en pro de los derechos fundamentales de las mujeres indígenas. Proveniente de una comunidad machista donde su futuro era ser “una buena esposa y madre” ella decidió romper con ese paradigma y prepararse profesionalmente.
Siendo contadora publica graduada con honores por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y maestra en Ciencias Políticas por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla; en 2007 se postuló como candidata a la presidencia municipal de Santa María Quiegolani, oportunidad que se le negó por usos y costumbres que impedían que una mujer ocupara un cargo de poder, siendo este el inicio de su lucha en los derechos sustantivos entre hombres y mujeres de su comunidad, estado y país.
“Me prometí ser la mejor de la universidad y me gradué con un promedio de 9.7. Demostré que las mujeres indígenas tenemos cerebro, lo que nos falta son más oportunidades”. – Eufrosina Cruz para Vogue.
Tras ser rechaza por tercer año consecutivo al cargo de presidenta municipal, en 2010, Eufrosina se convirtió en la primera mujer indígena en ocupar el cargo de presidenta de la mesa directiva del Congreso de Oaxaca, a finales del mismo año fue designada de la coordinadora de Asuntos Indígenas del Comité Nacional.
Entre el año 2012 y 2015, cubrió el puesto de diputada federal; creando e implementando reformas para nutrir los derechos de las mujeres indígenas, como el de poder votar y ser votadas en cualquier elección popular, puesta llevada a cabo en primera instancia en el estado de Oaxaca y plasmándola a nivel federal en la Constitución mexicana.
Para 2016, había sido reconocida por la revista Forbes México, en su conteo anual, como una de las mujeres más importantes del país.
Eufrosina, es un hito en el feminismo y en la lucha de la dignificación de la mujer indígena, visibilizando la cultura violenta que existe detrás de las tradiciones que rigen a cientos de comunidades indígenas, que a su vez atentan contra el desarrollo óptimo de las mujeres desde sus infancias.
En pie de su activismo como modelo de una política ética, Eufrosina ha sido galardonada con múltiples reconocimientos que aluden a su labor, incluyendo el de “Personas que mueven el mundo” por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“Lo que busco es que estas niñas vayan por sus sueños. No tengan miedo porque siempre va a estar. Quieren ser presidentas, regidoras, doctoras, ¡pues vamos! (…) Yo defiendo la libertad, ¿por qué? Porque la libertad es una posibilidad de vida para los que no nacimos con eso, y por ello, la amo”. – Eufrosina Cruz para Vogue
Mujeres Indígenas
El pasado 23 de diciembre, durante la mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, anunció que el 2025 será dedicado a las mujeres indígenas. Sin embargo, a pesar de su inclusión en el discurso político, la realidad es que actualmente ellas siguen siendo discriminadas y sujetas a distintos tipos de violencia patriarcal.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, se estima que de los 7 millones 364 mil 645 personas indígenas en México, el 51.4% son mujeres. Ademas, la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis) 2022 apunta el siguiente panorama de disciminación contra este sector de la sociedad, siendo las cifras de las mujeres más elevadas que la de los hombres indígenas:
- El 40.8% de ellas opinó que sus derechos humanos no se respetan.
- Entre los principales motivos de discriminación a las mujeres indígenas, se encuentran: forma de vestir (35.2%), peso o estatura (33.2%), por ser mujer (29.4%), por ser indígena o afrodescendiente (28.9%), creencias religiosas (28.3%), manera de hablar (27.4%), clase social (22.6%), edad (21.5%), lugar donde viven (21.4%), opiniones políticas (21.1%), tono de piel (17.1%), por ser huérfana o adoptada (16.8), tener alguna enfermedad (9.5%), tener alguna discapacidad (9.5%) y por su orientación sexual (6.2%).
- Las problemáticas a las que se enfrentan son falta de empleos (17.8%), obtención de recursos económicos (17.7%), atención médica (12.8%), discriminación por su apariencia (13.4%), educación (10.2%), discriminación por hablar una lengua indigena (8.8%) y falta de respeto a sus tradiciones y costumbres (6.4%).
- En cuanto a la búsqueda de información, el 44.4% de mujeres indígenas reportó que no le explicaron o se la negaron, 20.1% que las oficinas quedan lejos, 17% que solo se encuentra en internet al cual no tiene acceso, 15.1% se le dificulta usar una computadora, 12.6% desconoce dónde buscar información y el 8.8% no entiende lo que dice porque está en español.
- La Enadis 2022 estimó que al 26.9% de la población indigena se les negó sus derechos en los últimos cinco años. En el caso de las mujeres, el 54.4% no recibió apoyos sociales, 46% atención médica, 24.7% atención o servicios en oficinas de gobierno, 7.2% no se le permitió ingresar a un banco, negocio o centro comercial, 10.5% no se le permitió seguir estudiando, 15.2% a un trabajo y ascenso y al 10.3% a un crédito de vivienda, préstamo o tarjeta. Asimismo, la Enadis 2022 calculó que al 92.7% de las mujeres indígenas a la que se le negaron sus derechos, no denunció ante las autoridades porque pensaron que no les harían caso o era pérdida de tiempo.
- Finalmente, entre las situaciones y ocurrencia de discriminación hacia ellas, estuvieron miradas incomodas (15.8%), insultos y burlas (14.8), interrogación o detención sin motivo (1.2%), amenazas o empujones (5.8%), daño físico o vandalismo sus propiedad (2%), agresión intencionada (4.4%), rechazo o exclusión (3.5%) y obligación de salir de la comunidad (0.8%).
Conforme lo establecido por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), las mujeres de las comunidades originarias afrontan una situación de discriminación estructural.
Históricamente han sido relegadas en ámbitos como la salud, educación, justicia o el empleo, esto debido a los estereotipos que se asocian a ellas con la pobreza, falta de disposición y capacidad para trabajar. En consecuencia, se han reforzado la exclusión en lo público y lo privado, y ahora enfrentan obstáculos en el goce de sus derechos humanos.