Inicio AgendaEn Guerrero, juez dicta 45 años de prisión a feminicida de Maurilia, adulta mayor me’phaa

En Guerrero, juez dicta 45 años de prisión a feminicida de Maurilia, adulta mayor me’phaa

Por Arantza Díaz

Ciudad de México.- El 7 de octubre del 2021, Maurilia indígena me’phaa de 73 años fue víctima de feminicidio en Majagua del Toro y tras una lucha de años por justicia en el juzgado de Tlapa, Guerrero, se ha logrado una sentencia condenatoria de 45 años en contra de Rogelio «N» a quien se le acusa por el delito de feminicidio y tentativa de feminicidio en contra de la nieta de Maurilia.


En el juicio celebrado el pasado 14 de mayo, se expusieron algunas de las pruebas periciales más esenciales, como los signos de violencia, las lesiones y causas de muerte. Tras un exhaustivo trabajo a manos de especialistas en criminalística, se determinó que la adulta mayor habría muerto por una fractura de cuello, apuntalando así, a una muerte violenta a manos de su agresor, Rogelio «N».


En Majagua del Toro, municipio de Tlacoapa vivía Maurilia en compañía de su nieta y su bisnieta; un hogar compuesto por 3 mujeres en contextos de pobreza extrema. La mañana del 7 de octubre, Maurilia se encontraba junto al fogón cuando Rogelio «N», acompañado de un segundo identificado como Ismael, irrumpieron en el hogar y sin mediar palabra, Rogelio comenzó a atentar contra la vida de la adulta mayor.


Según indicios recuperados por Tlachinollan, Rogelio intentaba persuadir a Maurilia de que adquirir sus terrenos. Así, la sacaron del hogar donde fue víctima de feminicidio a manos de Rogelio. Sucintamente, al notar la ausencia de su abuela, la nieta de Maurilia salió a buscarla a los alrededores y al encontrarse con el cuerpo de Maurilia, fue encarada por los agresores, quienes comenzaron a perseguirla armados con machetes.


La mujer salió corriendo del lugar y luchó para no ser atrapada por Rogelio e Ismael, sin embargo, los feminicidas alcanzaron a agredirla con el machete en algunas partes del cuerpo; la nieta alcanzó a refugiarse y ponerse a salvo luego de una persecución de más de 30 minutos. En sus brazos, cargaba a su hija, una niña de 3 años.
Fueron las mujeres de la comunidad y las autoridades comunitarias quienes exigieron la aprehensión de los feminicidas. Gracias a este empuje colectivo y a la rabia de la población, se logró la detención de ambos, quienes fueron derivados a las instancias competentes.


Tlachinollan denuncia las complejidades para alcanzar la justicia en el caso de Maurilia, pues mantener la lucha de pie implicaba un esfuerzo magnánimo para la pequeña familia; una familia en condiciones de pobreza extrema que, con dificultades, podía costear salir de su comunidad y acudir a los juzgados para dar seguimiento.
Majagua del Toro es una comunidad atravesada por el hambre y la precarización. Sostenida en la cosecha de frijol, la familia de Maurelia se dedicó a ponderar sus necesidades; el poco dinero ahorrado para la alimentación diaria se colocaba para el transporte y en ocasiones, sólo lograban asistir a las audiencias gracias a préstamos en su comunidad.


Tlachinollan sostiene que el feminicidio de Maurilia, abuela de una familia de mujeres, se da en un contexto adverso de pobreza extrema, una desigualdad colosal, marginación, olvido, discriminación en el que desde niñas tienen pocas oportunidades para su educación y acceso a la salud. El agresor sabía que en compañía de su nieta y su bisnieta era vulnerable en un desolado paraje apartado de los caseríos de la comunidad me’phaa, donde los abusos son recurrentes contra las mujeres.


Sólo en la región de Tlachinollan se han registrado 131 feminicidios en los últimos años, sin embargo, en la mayoría de los casos los perpetradores nunca son aprehendidos y si lo son, tienden a ser liberados. Existe una cuenta pendiente en las montañas de Guerrero, en donde las autoridades locales han ejercido la impunidad, la misoginia y cooptado a docenas de mujeres de acceder a la justicia. Entre la pobreza, el abandono y la falta de apoyo, el acceso a la justicia implica un privilegio para las comunidades de las montañas.


En aras de reconocer esto, se nombra que la sentencia en contra de Rogelio «N», bien podría ser punta de lanza en la región; una oportunidad que advierta a los feminicidas que ya no habrá tregua para la impunidad en las comunidades indígenas.


«No se puede seguir matando a las mujeres en la Montaña y de que se va a castigar a los agresores para que no se siga repitiendo la infamia. Es un minúsculo destello de esperanza de predominancia de la justicia, sobre todo, por la lucha de los familiares», Tlachinollan

Los feminicidios en Tlapa: ¿Y el gobernador Gilberto Solano?


Además del municipio de Tlacoapa donde se cometió el feminicidio de Maurilia, resulta urgente poner la mira en Tlapa de Comonfort, donde las mujeres han exigido de forma incisiva la intervención del estado de Guerrero.

Este 2025, Leuteria fue víctima de feminicidio el 5 de enero, cuando el presunto agresor, le causó heridas severas. Aún viva la llevaron al Hospital Comunitario de Alcozuaca. Ante la gravedad la trasladaron a Tlapa y luego a Chilpancingo, pero antes de llegar al Hospital falleció a las 6 de la mañana del lunes 6 de enero.

El caso ha avanzado y el 15 de enero el Juez de Control con jurisdicción y competencia en los distritos judiciales de Morelos, la Montaña y Zaragoza, con residencia en la ciudad de Tlapa de Comonfort, Guerrero vinculó a proceso a Herminio, policía municipal de Alcozauca, como probable responsable del delito de feminicidio de Leuteria, mujer Na savi. Tras las rejas es un paso para que los familiares accedan a la justicia.

Zacarías, padre de Leuteria lamentó que ninguna autoridad le dio información sobre su hija. Tuvo que ser personal del hospital quienes le avisaron. Los funcionarios del municipio no dieron parte al comisario de la comunidad Na Savi Cruz Fandango de donde es Leuteria: “no tengo miedo de estar hablando aquí, si a mí también me van a matar pues que me maten, de todas maneras, me voy morir. Reclamo a mi hija porque no es justo lo que le hicieron”.

En la comunidad, las mujeres fueron las más indignadas, la mayoría conocía a Leuteria y su feminicidio despertó digna rabia porque los casos de violencia contra las mujeres en el ámbito familiar son numerosos, pero ahora, además de no estar seguras en sus hogares, también temen a los policías.

“Aquí cuando una mujer denuncia violencia le dan más el lado al hombre, no hay apoyo para proteger a la mujer, es muy machista, se piensa que valemos menos. No es la primera mujer que matan aquí en Alcozauca, pero es como si no pasara nada. A pesar de que hay autoridades, ya no estamos seguras. Vamos a hacer justicia por nuestra propia mano si el gobierno no lo hace”, dijo una de las mujeres.

En Tlapa gobierna Gilberto Solano Arreaga, el primer presidente indígena y reelecto del municipio quien, si bien ha apostado por algunas mesas de discusión y mostrarse abierto a «compartir información» para prevenir el feminicidio, la realidad es que este municipio enfrenta una crisis importante en materia de violencia de género. De hecho, Mujeres de Tlapa A.C, denunció el pasado 3 de abril el feminicidio de una mujer en el centro de la ciudad y exigieron al Gobierno del Estado de Guerrero intervenir de forma expedita y aplicar las sanciones correspondientes a las autoridades municipales que han fallado sistémicamente en materia de prevención y atención contra la violencia.


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