Ciudad de México.- La Guardia Nacional continúa ganando espacios en territorio mexicano. Primero, la jefa de gobierno de la Ciudad de México anunció que sus elementos estarán vigilando el Sistema de Transporte Colectivo Metro temporalmente. Y, ahora, el presidente Andrés Manuel López Obrador nombró a un excomandante de dicha institución como el nuevo subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana. Con esto, el gobierno nacional continúa un proceso de militarización del que ya han alertado organizaciones como Equis Justicia.
Este fin de semana, Ricardo Mejía Berdeja dejó su puesto como subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana para competir por la gubernatura de Coahuila. Ante esta ausencia, Lóprez Obrador tomó la decisión de nombrar como nuevo encargado del puesto a Luis Rodríguez Bucio, quien fue Comandante General de la Guardia Nacional desde su fundación en 2019 hasta el 16 de enero de este 2023.
La formación de Rodríguez Bucio es completamente militar: ingresó como cadete al Heróico Colegio Militar en 1973 y se graduó en 1977 como subteniente de infantería. Más tarde cursó la licenciatura en Administración Militar en la Escuela Superior de Guerra, a la que siguieron una maestría en Seguridad y Defensa Nacionales y un doctorado en Defensa y Seguridad Nacional por parte del Centro de Estudios Superiores Navales.
Tal como ha explicado Nancy Carmona Arellano —coordinadora del área de políticas públicas de la organización Equis Justicia— a Cimacnoticias, la inclusión de personal militar con perfiles como los de Luis Rodríguez Bucio en las instituciones de seguridad pública nos permite hablar de un proceso de militarización.
A grandes rasgos, este proceso se define como aquél en el que el Ejército comienza a tomar atribuciones que no le corresponden y que son propias de otras instituciones como los cuerpos policiales. Pero la militarización también surge cuando funcionarios con trayectoria militar comienzan a ocupar altos mandos en los organismos de seguridad, tal como acaba de suceder con Luis Rodríguez Bucio.
Una de las consecuencias de este tipo de decisiones es que las instituciones de seguridad tienden a adoptar jerarquías y modos de actuar militares. En un país como México, donde el Ejército acumula cientos de quejas por violaciones graves contra derechos humanos, esto supone un riesgo, pues quiere decir que hay varias conductas violentas que pueden reproducirse desde dentro de los organismos encargados de cuidar de la población.
Luis Rodríguez Bucio ante las acusaciones de acoso en la Guardia Nacional
Desde su fundación en abril de 2019 hasta agosto de 2020, la Guardia Nacional (GN) acumulaba 219 quejas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por abusos de todo tipo perpetrados contra la sociedad civil. Además, han salido a la luz diversos casos de mujeres integrantes de la propia GN que han acusado a sus superiores de acoso y hostigamiento sexual.
En un caso ampliamente difundido en junio de 2022, la Secretaría de la Función Pública detectó estas conductas violentas en las áreas de la Dirección General de Inteligencia y la Unidad para la Protección de los Derechos Humanos, Disciplina y Desarrollo Profesional de la GN.
Por su parte, trabajadoras del área de Derechos Humanos de la institución difundieron sus testimonios a través de redes sociales. En ellos denunciaron a Lucio Arizmendi Flores como su presunto agresor, y afirmaron que este funcionario presumía de su impunidad por ser amigo de Luis Rodríguez Bucio. Frente a esta situación, las trabajadoras pidieron el apoyo de Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, y del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ese mismo año, en el mes de noviembre, María Elena Morera (directora de la organización Causa común) exigió a la Secretaría de la Defensa Nacional atender el acoso y la violencia laboral perpetrados contra cadetes y personal administrativo de la Guardia Nacional en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Según declaraciones de Morera en ese entonces, su organización tuvo conocimiento de casos de mujeres agredidas sexualmente en la GN. Además, aseguró que intentó acercarse con Luis Rodríguez Bucio para ofrecerle un curso gratuito de género dirigido a los altos mandos de la Guardia; no obstante, Rodríguez Bucio rechazó la propuesta.
Ahora, el nombramiento del excomandante como subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana implica acarrear todos estos antecedentes a las instituciones de seguridad pública. De esta forma, la militarización no solo significa volver más inflexibles a dichos organismos: también, legitimar las violencias que ocurren dentro del Ejército y permitir que se sigan reproduciendo sin ninguna consecuencia para los culpables.
