Ciudad de México.- Para la geógrafa Mercedes Sánchez Plasencia, todo se puede entender con un mapa en la mano, pero no cualquiera, sino uno que no borre a las mujeres. A lo largo de su experiencia laboral, ha tenido que enfrentarse a una cartografía moldeada por miradas masculinas, donde los territorios, los cuerpos y las experiencias femeninas son ignoradas, distorsionadas o silenciadas, por eso, ella dibuja otras formas de entender los fenómenos sociales, los cuales plasma en representaciones gráficas para compartirlas en sus redes sociales.
Ella aún recuerda, que cuando ingresó de la carrera de Geografía, la información sobre las mujeres era aún más escasa y estaba concentrada en el INEGI. Ahora, cada vez encuentra mayor información, aunque esta aún no sea suficiente para visibilizar y nombrar las problemáticas que atraviesan a las mujeres. En este sentido, parte de su trabajo es también un acto político en donde transforma la ausencia de las mujeres a través de sus mapas.
Desde negocios de uñas, sismos, casillas electorales, estudios de pilates, hasta cuánto el precio del kilo de tortilla o cuántos Oxxos hay por escuela, Mercedes lo mapea todo. Con humor, agudeza y una mirada crítica, sabe convertir lo cotidiano en una herramienta de análisis social. Pero también se adentra en temas duros como la violencia sexual en el metro, presencia o ausencia de padres y madres en los hogares, discriminación, o la incidencia de robos.
Su trabajo cartográfico no solo informa, interpela, incomoda y abre preguntas sobre la forma en que habitamos el espacio. Para construir sus mapas, Mercedes recurre a información públicas como los proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cuando se trata de datos duros o el Portal de Datos Abiertos de la Ciudad de México para consultar las carpetas de investigación. Aunque explora toda la información de fuentes abiertas que pueda analizar.
«Me gusta tener esta posibilidad de representarlo en una sola imagen (el mapa) y que las personas puedan comprenderlo a partir de una imagen» -Mercedes Sánchez Plasencia, geógrafa.
De acuerdo con el libro «Las Mujeres en la Estadística y la Geografía» del INEGI, los roles de género y estereotipos sociales son una barrera importante para que las mujeres se desarrollen en el ámbito científico, tradicionalmente dominado por hombres. Aunque, actualmente las mujeres participan más en instituciones científicas, siguen enfrentando obstáculos para acceder a puestos de liderazgo, ser reconocidas y obtener visibilidad en sus aportes y esto es algo que a Mercedes también le tocó vivir en persona.
Tanto las trayectorias profesionales, las oportunidades y los estímulos han sido diferentes entre hombres y mujeres a lo largo de la historia, incluso cuando ellas han hecho importantes contribuciones a la Estadística y Geografía. Además de la información escasa sobre ellas, la poca participación que han tenido es invisibilizada, por ejemplo, en la historia de la estadística solo cuatro nombres de mujeres fueron reconocidos: Florence Nightingale, Gertrude Cox, Florence Nightingale David y Elizabeth Scott.
Hoy, a esta geógrafa, los temas que más le interesan están ligados a lo social y económico, específicamente a cómo se manifiestan las desigualdades (de clase, género o acceso a derechos) en el territorio. Otro de sus intereses es la geografía física, como los sismos o desastres naturales que pueden impactar tanto en la Ciudad de México como en otras regiones del país, aunque reconoce que no es una línea que ha explorado con frecuencia.
Cuando aborda temas de género, como la violencia contra las mujeres, ha tratado de explorar qué se puede visualizar con los datos disponibles. Por ejemplo, uno de los ejercicios que hizo para su mapa de casos de violencia sexual en el metro, fue tomar en cuenta las carpetas de investigación por delito sexual por estaciones. Fue un tema que particularmente llamó su atención porque es un medio de transporte que utiliza para movilizarse todos los días.
Para el 8 de marzo de 2025, Mercedes intentó publicar un mapa sobre carpetas de investigación por violencia sexual en el estado de México. No logró publicarlo, pero detectó que había varios municipios con una incidencia alta. Esto la llevó a preguntarse qué condiciones existen en estos lugares y cómo podía contrastar los datos con otro tipo de información.
«Me enfoco en esta parte de delitos de tipo sexual hacia las mujeres justo porque yo lo vivo. O sea, no es que viva esta violencia todos los días, pero es algo a lo que nos exponemos como mujeres» -Mercedes Sánchez Plasencia, geógrafa .
Mercedes logra mapear su alrededor incluso cuando a veces no hay datos. Una de las críticas históricas del movimiento feminista es precisamente la falta de información estadística desagregada por sexo, lo que impide dimensionar la violencia, las desigualdades y las experiencias diferenciadas que viven las mujeres. Esta fue incluso una de las denuncias que las organizaciones civiles hicieron ante la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) para la sustentación del X informe periódico del Estado mexicano el pasado 17 y 18 de julio.
Mercedes llegó a la Geografía por intuición. Durante la preparatoria, mientras analizaba las opciones de carrera, descartó caminos tradicionales como Derechos y optó por una ruta menos transitada. Su elección no estuvo motivada por el ejemplo de alguna profesora o profesor, porque nunca tuvo alguien que le mostrara que la geografía podía ser una opción, sino por el contenido del plan de estudios. Asignaturas como geografía de Europa, geomorfología, climatología, geografía económica llamaron su atención.
Al graduarse, comenzó a desarrollar su carrera profesional en distintos ámbitos: la iniciativa privada, el sector público y la docencia. Inicio con el análisis de datos enfocado en el geomarketing. Su trabajo consistía en identificar los puntos estratégicos de las ciudades con mayor afluencia peatonal para distribuir propaganda o publicaciones como revistas de estilo, seleccionando intersecciones urbanas claves para optimizar su alcance.
En el ámbito educativo, trabajó como docente en niveles de secundaria y preparatoria, además de colaborar en la creación de contenidos inspirados en National Geographic. La enseñanza es uno de los espacios que más ha disfrutado, especialmente por la posibilidad de compartir su entusiasmo por la Geografía con las y los jóvenes. Con energía y compromiso, busca despertar el interés por el análisis del territorio.
Dentro del sector público, colaboró con diversas instituciones como el Gobierno de la Ciudad de México en la Agencia Digital de Innovación Pública, actualmente trabaja en la Secretaría de Gobernación en donde se desempeña visualizando datos, donde realiza análisis, limpieza y procesamiento de información para transfórmale en mapas o gráficos comprensibles y que permitan tomar decisiones informadas.

Las mujeres invisibilizadas en la Geografía
Para las mujeres en la Geografía la invisibilización también es una constante. Aunque en México se estima que alrededor de 270 mil personas se dedican a esta disciplina, según datos de la plataforma Data México, no existen cifras oficiales desagregadas por sexo que permitan conocer cuantas de ellas son mujeres, lo cual refleja una omisión estructural en la producción de estadísticas sensibles al género. Esta falta de información no es un detalle menor, la falta de datos en sí mismo es una forma de exclusión.
Para dimensionar su participación, el estudio «Mujeres en la Geografía universitaria mexicana actual: una aproximación cuantitativa» señala que para 2024 alrededor de 4 de cada 10 docentes o investigadores en departamentos y centros de investigación geográfica eran mujeres. Asimismo, al analizar 14 unidades del país en donde se imparte docencia se encontró una estimación de 142 profesoras y técnicas académicas (39.44%) de un total de 360 personas.
A nivel territorial, la Ciudad de México concentraba el 54% de las investigadoras en geografías del país, seguido de Michoacán con 13%, Jalisco con 12%, Veracruz con 7%, estado de México con 6%, Quintana Roo con 4%, Guerrero con 2%, San Luis Potosí con 1% y Chihuahua con 1%. En cuanto a sus niveles de estudios se encontró que el 51% de las mujeres profesoras investigadoras o técnicas académicas eran doctoras en Geografía, 40% contaban con una maestría y el 9% tenían el nivel de licenciatura.
Para ese entonces (2012), el estudio concluyó que aún era necesario impulsar una mayor inclusión de las mujeres en la Geografía, ya que seguían siendo minoría en diversos espacios académicos y profesionales. Las pocas que habían logrado posicionarse en el campo, formaban un colectivo realmente joven, lo que deba ver que su incorporación era reciente, y en muchos caos, resultado de luchas individuales más que de políticas institucionales de paridad.



A lo largo de trayectoria, Mercedes identificó una brecha de genero presente en el campo de la cartografía y el análisis de datos especiales. Noto que hay presencia mayoritaria de hombre, muchos de ellos en puestos directivos incluso sin contar con formación universitaria especifican, mientras que las mujeres con título profesional, como ella, avanzan con mayor lentitud. Esta experiencia la hizo reflexionar sobre las desigualdades estructurales que enfrentan las mujeres.
Por eso, una de sus inquietudes actuales es fomentar la participación de las mujeres (niñas, adolescentes y jóvenes) no solo en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), sino también en campo como la Geografía, cartografía digital y el análisis de datos. Para ella, visibilizar y motivar trayectorias femeninas es clave para construir un entorno profesional más equitativo y diverso.
Mercedes está convencida de que la mirada con la que se representa el territorio no es neutra. Desde su experiencia, existe una diferencia sustancial entre cómo las mujeres y los hombres abordan la cartografía. No se trata solo del uso de datos, sino de la forma en que se percibe el espacio y las decisiones que se toman para representarlo. Por ejemplo, ha observado que algunos hombres se mapean temas como el acoso sexual, omitiendo que no es una experiencia que alguna vez experimentaron, lo que genera una representación alejada de la realidad que viven muchas mujeres.
Esta no es una cuestión sobre qué género lo representa mejor, sino cómo las vivencias marcan la forma en que se produce el conocimiento. Históricamente la Geografia se construyó desde una mirada masculina, centrada en exploraciones, fronteras y dominación territorial dejando de lado las experiencias de las mujeres que también habitan y transforman. Por ello, Mercedes también dedica sus sábados a enseñar a otras personas que conoce en internet, en particular a las mujeres, a usar los mapas como una herramienta para entender, analizar y transformar su entorno.
«Me parece importante que tanto las niñas y mujeres busquemos la forma de encontrar estos modelos a seguir para impulsarnos y abrir el panorama para conocer qué otras formas de generar conocimiento existen. Que se abra el panorama para ellas, que no estén reducidas en su propio espacio geográfico, sino que vean que hay más posibilidades» -Mercedes Sánchez Plasencia, geógrafa.
