Ciudad de México. – En marco de la temporada anual de celebraciones por las graduaciones escolares, se han viralizado múltiples videos donde se observan niñas usando ropa y maquillaje que las hacen lucir de edad adulta y las coloca en un contexto sexual insano porque sus cuerpos y mentes aún siguen en desarrollo; este es un fenómeno estructural denominado hipersexualización de las infancias, mismo que ha sido normalizado y se ha potenciado con la llegada de las redes sociales las cuales alteran la mirada que tenemos de las infancias y distorsiona su realidad, por eso es necesario mencionar que también se considera maltrato infantil.
La hipersexualización de las infancias no se detiene solo en la distorsión de percepción y autopercepción de las niñas y los niños, este fenómeno puede traer consigo efectos perjudiciales que vulneran, fracturan o violan sus derechos humanos, es decir, esta problemática afecta principalmente al desarrollo de su autoestima y de su salud mental, pero también desencadena posibles delitos.
Es importante mencionar que la hipersexualización de las infancias tiene consecuencias negativas y deja secuelas en el desarrollo de la etapa infante, por ello muchos especialistas de la salud consideraran a este fenómeno como una expresión de maltrato infantil que precede posibles delitos como el ciberacoso y la violencia sexual, ya sea de forma ligada o aislada.
Según el Gobierno de México, la hipersexualización de las infancias se refiere a la tendencia de sexualizar a las niñas y a los niños, atribuyéndoles características sexuales correspondientes a personas adultas.
La hipersexualización en las infancias puede manifestarse de diferentes formas, una de ellas es la vestimenta y comportamientos; actualmente es muy común ver a niñas maquilladas o usando ropa que no corresponde con su edad, tal es el caso de los videos viralizados en internet, en donde se podía apreciar a niñas de entre 11 y 12 años usando vestidos escotados para denotar bustos abultados, aunado a las canciones elegidas para sus “vals” con letras violentas que incitan comportamientos o actitudes sexualizadas.
Aunado a ello, los medios de comunicación y su fácil acceso para las infancias distorsionan la manera óptima en la que las niñas y los niños deben desenvolverse socialmente, la publicidad, los programas televisivos y el contenido en redes sociales contribuyen y estructuran a la hipersexualización al presentar imágenes, símbolos e íconos que erotizan la infancia normalizando tanto para las y los niños como para los adultos estas conductas sexualizadas.
Ese análisis es fundamental porque en México, cada dos horas una niña o un niño es víctima de violencia sexual, en su mayoría a manos de personas cercanas, esto, de acuerdo con el Museo Memoria y Tolerancia (MMyT), quien en aras de visibilizar la situación, inauguró la exposición Infancias en silencio, con el objetivo de hacer un llamado urgente para erradicar todo tipo de violencias contra la niñez.
Sin embargo, las cifras oficiales no dimensionan en su totalidad la gravedad del problema, ya que persiste una cifra oculta, debido a la ausencia de mecanismos que permitan a las infancias denunciar, sin enfrentar revictimizaciones. Además, cabe destacar que de aquellos casos que logran trascender a instancias jurídicas, se enfrentan la falta de investigaciones eficaces y una ausencia de reparación integral para las víctimas, por lo que se sigue perpetuando la no erradicación de este problema.
Violencia sexual en contra de las infancias
La violencia sexual ejercida contra niñas, niños y adolescentes es una problemática que pone en vulnerabilidad sus derechos humanos, pues afecta su integridad física, psicológica, y desarrollo integral. De acuerdo con el Balance Anual de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), indica que en 2023 se registraron 9 mil 802 casos de personas de 1 a 17 años atendidas en hospitales por violencia sexual, de las cuales el 92.3% correspondían a mujeres.
REDIM denuncia que este tipo de violencia afecta con mayor desproporcionalidad a las niñas y adolescentes, debido a que nos encontramos en un contexto nacional de violencia sexista y adultocentrista. Sin embargo, también hace énfasis en visibilizar los efectos de la violencia sexual ejercida contra los niños, pues a menudo quedan invisibilizados por estigmas.
El documento reporta que durante el periodo de 2010 a 2023 se contabilizó un incremento del mil 139.2 por ciento en la incidencia de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes (de 791 a 9 mil 802 casos). En 2023, los estados con mayores cifras fueron el estado de México, Jalisco y Veracruz, mientras que Coahuila, Veracruz y Chihuahua presentaron los mayores aumentos.
De acuerdo con la exposición Infancias en silencio del Museo Memoria y Tolerancia (MMyT), en México, cada dos horas una niña o un niño es víctima de violencia sexual, en su mayoría a manos de personas cercanas.
Según datos de la Fundación Freedom, en 2024, una de cada cuatro niñas en México ha sufrido abuso o violencia sexual. En el 86% de los casos, los agresores fueron familiares o personas cercanas. Además, 7 de cada 100 personas adultas han sido sobrevivientes de este tipo de violencia durante su infancia.
Las estadísticas muestran que las agresiones se concentran principalmente en niñas y niños de entre 6 y 8 años (36.21%). Le siguen las edades de 3 a 6 años (34.52%), 8 a 10 años (15.57%), 10 a 12 años (11.82%) y finalmente, de 0 a 3 años, con un 1.88% de los casos.
Además, contrario a lo que se podría pensar, los espacios educativos tampoco están exentos de ser entornos inseguros. En 2022, se registraron 550 casos de abuso sexual en planteles de educación básica y 268 niñas, niños y adolescentes fueron atendidos en hospitales por violencia sexual ocurrida en escuelas y guarderías. Pese a que la Comisión de Derechos Humanos emitió en 2014 una recomendación general para atender esta problemática, en 2023 todavía se registraron 286 menores hospitalizados por este motivo.
Sin embargo, las cifras oficiales no dimensionan en su totalidad la gravedad del problema, ya que persiste una cifra oculta, debido a la ausencia de mecanismos que permitan a las infancias denunciar, sin enfrentar revictimizaciones. Además, cabe destacar que de aquellos casos que logran trascender a instancias jurídicas, se enfrentan la falta de investigaciones eficaces y una ausencia de reparación integral para las víctimas, por lo que se sigue perpetuando la no erradicación de este problema.
Recomendaciones para el desarrollo integral infantil
La Red por los Derechos de la Infancia en México proporcionó una serie de recomendaciones con el propósito de proteger y garantizar los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes en México, pues pese a que en los últimos años han existido avances significativos, aún persisten graves desigualdades que necesitan ser atendidas.
Iniciando por incorporar el enfoque de niñez en la construcción del Plan Nacional de Desarrollo, tomando como guía las recomendaciones a México del Comité de los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) progresivamente todo el sexenio, orientando los recursos hacia los grupos de niñez, aunado a la mejora de la asignación presupuestaria en 2025 sosteniendo la meta.
Siendo fundamental, incrementar la prevención de la violencia sexual, mejorando la información, los contenidos de educación sexual integral y extendiendo las políticas de cero tolerancias, específicamente en escuelas y centros de asistencia social, así como, impulsar mecanismos de denuncia obligada, promoviendo la atención integral de las víctimas, garantizando su acceso a la justicia.
Finalmente, resolver con urgencia la crisis de desapariciones, atendiendo a niñez y adolescencias desaparecidas con enfoque de género e infancias, tanto en la búsqueda inmediata y coordinada, como en la ubicación y erradicación de las causas y violencias que la provocan.