Ciudad de México.- El pasado 15 de agosto, durante la sesión extraordinaria, el Congreso de la Ciudad de México aprobó una reforma a la Ley de Educación Local que permite justificar inasistencias escolares por dismenorrea o síntomas incapacitantes relacionados con la menstruación.
Con 49 votos a favor, el dictamen en materia de salud menstrual, liderado por la diputada María del Rosario Morales Ramos, modificó la fracción XIII BIS del Artículo 111 de la Ley de Educación. En este se establece que las estudiantes tienen derecho a solicitar la justificación de sus inasistencias, sin que se afecte su desempeño académico ni se generen sanciones disciplinarias.
Asimismo, el apartado detalla que, cuando las inasistencias coincidan con eventos de evaluación o desempeño escolar, las estudiantes tendrán derecho a solicitar su reprogramación conforme a los lineamientos establecidos por la institución educativa.
Para magnificar el impacto positivo de esta resolución, es importante señalar que, de acuerdo con el censo de población del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) realizado en 2020, México cuenta con una población de 126 millones de personas, de las cuales el 34.2% son mujeres en edad reproductiva (10 a 54 años). Dentro de este grupo, 18.2 millones son niñas y adolescentes.
De este último sector, una encuesta realizada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) señala que 4 de cada 10 estudiantes que atraviesan su periodo menstrual no asisten a la escuela al menos uno o dos días cada mes.
Es por ello que esta nueva adición busca visibilizar la menstruación y atender las necesidades específicas de las mujeres dentro de las instituciones educativas, reconociendo su bienestar físico y emocional y su derecho a la educación.
Mecanismos implementados en CDMX
Este cambio a la legislación no es el único. Previamente, en febrero de 2024, el Congreso de la Ciudad de México envió al Congreso de la Unión dos iniciativas para reformar la Ley Federal del Trabajo y la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, con el objetivo de que las personas empleadoras otorguen dos días al mes con goce de sueldo a las mujeres trabajadoras que presenten dismenorrea en grado incapacitante.
Asimismo, estados como Colima, Hidalgo y Nuevo León han logrado modificar su legislación con la finalidad de que las mujeres puedan gozar de una licencia menstrual o justificar sus inasistencias escolares mediante un justificante médico. No obstante, aún faltan 28 entidades federativas por realizar estas modificaciones a su ley para garantizar que las mujeres puedan ausentarse sin miedo a represalias.
Estos cambios en beneficio de las mujeres que tienen periodos menstruales dolorosos son necesarios y urgentes, pues, de acuerdo con el artículo «Salud menstrual y su impacto en el rendimiento académico», la ausencia de políticas que validen la justificación de las inasistencias por salud menstrual puede provocar que las estudiantes enfrenten múltiples desafíos: la presión de asistir a clases en condiciones de malestar extremo, la imposibilidad de concentrarse en los contenidos académicos y la disminución en la calidad de su desempeño.
A ello se suma que las estudiantes que experimentan dolor menstrual severo tienen una probabilidad significativamente mayor de no poder concentrarse en clases y de experimentar ansiedad y estrés relacionados con la necesidad de cumplir con las expectativas académicas a pesar del malestar.
Limitaciones de la licencia menstrual
Según la Clínica Mayo, la dismenorrea se presenta en forma de dolor o calambres en la parte inferior del abdomen entre uno y tres días antes del inicio del sangrado. Estos dolores alcanzan su punto máximo el primer día y su intensidad varía: pueden ser muy fuertes o casi imperceptibles.
Sin embargo, esta afectación puede deberse a distintos factores que las instituciones de salud en México no suelen abordar de manera profunda, lo que provoca que no siempre se brinden diagnósticos precisos y certeros. Esta situación se convierte en una limitante para obtener una licencia menstrual, ya que, para ser válida, únicamente se extenderá bajo un certificado médico.
Muestra de ello es que, en el país, obtener un diagnóstico adecuado de endometriosis puede tardar hasta nueve años, según la asociación Endometriosis México. Esta enfermedad está directamente relacionada con la dismenorrea, pero la normalización del dolor durante la menstruación provoca que, por un lado, las mujeres no acudan a servicios médicos cuando presentan síntomas y, por otro, que minimicen dichas señales al considerarlas algo “normal” en el cuerpo de las mujeres.
Existen, además, otros padecimientos que se manifiestan con sintomatologías distintas a los cólicos menstruales. Uno de ellos es el trastorno disfórico premenstrual (TDPM), en el cual las molestias físicas se acompañan de malestares mentales como depresión, ansiedad e incluso ideas suicidas que pueden persistir hasta por una semana. Si la endometriosis ya es difícil de diagnosticar, el caso del TDPM resulta aún más grave debido a la falta de información y estudios especializados sobre el tema.
Si bien este cambio en la legislación representa un avance significativo al permitir que niñas, adolescentes y mujeres justifiquen sus inasistencias tanto en el ámbito académico como en el laboral, es necesario que esta medida se implemente en todo el país. Además, resulta vital que las instituciones médicas emitan justificantes médicos precisos que validen la sintomatología de las pacientes y garanticen el acceso real y efectivo a este derecho.