Ciudad de México.- En un hecho histórico, Dinamarca se disculpó con mujeres indígenas inuit de Groenlandia, ya que durante décadas las esterilizaron forzadamente, les aplicaron espirales anticonceptivas mejor conocidas como dispositivo intrauterino (DIU), para controlar la fecundidad sin su consentimiento de más de 4 mil 500 mujeres y niñas a quienes sometieron de manera ilegal desde 1960 hasta 1991.
En octubre de 2023, alrededor de 67 mujeres inuit —que provienen de pueblos que habitan las regiones árticas de América del Norte— demandaron al gobierno danés por un monto de 300 mil coronas danesas a cada una, lo que equivaldría a 800 mil pesos mexicanos. A ellas se sumaron 143 mujeres en marzo de 2024 quienes exigieron un total de 43 millones de coronas danesas en compensación por violaciones de derechos humanos ante la aplicación de anticonceptivos sin su consentimiento (124 millones de pesos mexicanos).
Este episodio en la historia de las mujeres de Groenlandia es conocido como «Caso espiral o caso DIU», en el cual se investiga la responsabilidad de Dinamarca en una campaña sobre fertilidad aplicada en mujeres inuit de Groenlandia. Cabe recordar que, aunque el país está ubicado en el continente de América, por tres siglos formó parte de Dinamarca hasta obtener su independencia parcial en 2009.
Por ello, el pasado 24 de septiembre y durante un evento público en Nuuk capital de Groenlandia, la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, ofreció una disculpa pública a nombre del Estado. Un mes atrás ya había enviado una disculpa porque el tema alentó la ruptura entre ambos países, lo que que se sumó a la tensión por las intenciones de Donald Trump en la «isla más grande del mundo».
En su cuenta de Instagram, Mette Frederiksen compartió el siguiente mensaje:
«Hoy ha sido un día especial. Aquí en Groenlandia me he disculpado en nombre de Dinamarca en el Caso de espiral. Hay un dicho groenlandés: si fortificas un fantasma, se hace más grande. Durante muchos años cerramos los ojos. Ya no hacemos eso. Muchos han vivido con genes físicos y mentales. Y algunas de ustedes perdieron completamente su capacidad de tener hijos. Apenas puedo imaginar algo más infeliz. A lo que todas ustedes estuvieron expuestas estuvo mal. Fue procesamiento sistemático de diferencias. Porque ustedes eran groenlandesas. Queridas mujeres. Queridas familias. Querida Groenlandia. Hoy solo hay una cosa real que decirte. Lo siento. Lo siento.» -Primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen.
Frederiksen también anunció la creación de un fondo de reconciliación para ofrecer ayuda económica a las mujeres afectadas por la campaña, esto a petición del Estado de Groenlandia para acompañar la disculpa con una indemnización. No obstante, hasta el momento ambos Estados no han discutido la forma de retribución económica.
La investigación que reveló el crimen de Dinamarca
La primera vez que se dio a conocer el caso fue en 2022 gracias al podcast «The Spiral Campaign» que incluye cinco episodios en el que dos periodistas siguen la pista sobre una campaña de DIU. Médicos daneses en Groenlandia instalaron el dispositivo intrauterino en mujeres y niñas de 13 años y los casos aumentaron hasta llegar a la mitad de las mujeres en edad fértil sin su consentimiento entre 1960 y 1970, aunque la campaña duró hasta 1991 cuando Groenlandia se hizo cargo de su sistema de salud pública.
Esto provocó la reacción de organizaciones de derechos humanos que solicitaron formalmente una investigación sobre el tema. El partido político Naleraq de Groenlandia propuso una legislación para investigar y más tarde el Parlamento votó a favor para que exigir al gobierno danés la investigación. Ambos Estados acordaron realizar las averiguaciones en un lapso de dos años para encontrar los antecedentes de la campaña, los principales responsables, las razones y programas de fertilidad relacionados.
Actualmente la investigación continua en curso, ya que se esperaba que concluyera en mayo de 2025, siendo que ahora el límite será el próximo 31 de enero de 2026 e incluye la participación de mujeres investigadoras de ambos países. Este mismo año, la periodista Sarah Andersen del medio France 24 sacó el documental «Les Ombres du Groenland» que reúne las historias de varias mujeres de varias partes de Groenlandia ganando así el premio Cuop de pouce 2024 en el Festival Figra de Francia.
Gracias a la ministra de Salud, Mimi Karlsen se proporcionó una línea directa de servicio de apoyo para las mujeres afectadas por el programa de control de fertilidad. Asimismo, la funcionaria del Parlamento de Dinamarca, Aki-Matilda Høegh-Dam calificó la campaña como un genocidio ante el deseo de prevenir embarazos por el aumento de la población.
La anticoncepción forzada
De acuerdo con el artículo «La esterilización forzada como violación del consentimiento informado: un estudio sobre su uso como medio anticonceptivo en mujeres durante el parto», la anticoncepción y esterilización forzada son delitos que implican procedimientos quirúrgicos, químicos o de cualquiera otra índole para hacer a una persona estéril sin su concentimiento.
Actualmente está tipificado por el derecho internacional en los códigos penales a partir de su reconocimiento como «crimen de guerra» durante los juicios de Núremberg en 1945, al terminar la Segunda Guerra Mundial. Quien realice este procedimiento está violando el derecho a la salud, igualdad, discriminación y autonomía reproductiva. También infringe pactos internacionales y se trata de un acto sistemático o generalizado visto como un acto de lesa humanidad.
Ya suman varias partes en el mundo donde se detectaron casos de esterilización forzada que van desde África, América del Norte, Ghana, Tanzania, Nigeria, China, Asia Central, Perú y hasta México. Casi siempre se aplica sobre mujeres de comunidades marginadas, indígenas o con alguna discapacidad.
La anticoncepción y esterilización forzada traen consigo consecuencias a la salud física y psicológicas en las mujeres, ya sea a corto o mediano plazo como dolor crónico, irregularidades menstruales, menopausia precoz, sentimientos de violación, pérdida de control, trauma e incapacidad para tener hijas o hijos en el futuro. Sobre todo, algunas quedan vulnerables sin poder tomar decisiones autónomas sobre sus propios cuerpos.
Históricamente, el sistema patriarcal ha justificado la dominación sobre los cuerpos de las mujeres quienes quedan sujetas de control sexual y reproductivo. Por ello, el consentimiento informado juega un importante papel, pues garantiza que las mujeres tengan la capacidad de tomar decisiones sobre sus cuerpos y salud reproductiva.