Ciudad de México.- Tras la denuncia sobre un grupo de Facebook integrado por más de 20 mil hombres que promovían el abuso sexual infantil, denominado “La princesa de papá”, la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León anunció que el espacio digital fue cerrado; sin embargo, aún existen otros grupos de pedofilia que operan no solo en esta plataforma, sino también dispersos en diversas redes sociales.
En este contexto, la Fiscalía de Nuevo León aseguró que los hechos relacionados con ese grupo de Facebook ya están siendo investigados, ya que varios de los integrantes residen en Monterrey, por lo que abrieron una carpeta de investigación para rastrear delitos vinculados con la trata de personas y el material de abuso sexual infantil, además de identificar a los agresores, muchos de ellos padres, profesores y personas cercanas a las infancias.
Cabe señalar, que de acuerdo a la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) los padres y padrastros figuran entre los principales agresores sexuales de niñas y mujeres adolescentes. Para ejemplificarlo, en el 2024, más niñas y mujeres adolescentes fueron agredidas sexualmente por sus padres y padrastros que por desconocidos.
La gravedad del caso adquiere mayor relevancia si se considera que México tiene responsabilidad internacional ante el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niñas y niños, la prostitución infantil y la utilización de ellos en la pornografía. Este instrumento obliga al Estado a implementar acciones para erradicar la explotación infantil en todas sus formas. Además, el Protocolo define el material de abuso sexual infantil como:
«Toda representación, por cualquier medio, de niña o niño dedicado a actividades sexuales explícitas, reales o simuladas, o toda representación de las partes genitales con fines primordialmente sexuales».
A ello se suma un contexto crítico: México ocupa el segundo lugar mundial en producción de este tipo de material y el primero en trata de personas. De acuerdo con el Balance Anual de REDIM, tan solo en 2023 se registraron 9 mil 802 casos de personas de 1 a 17 años atendidas en hospitales por violencia sexual, de las cuales el 92.3% fueron mujeres. Esta realidad evidencia el impacto estructural de la violencia sexual y la enorme vulnerabilidad de niñas y adolescentes.
La persistencia de la impunidad agrava la situación. No todos los casos logran denunciarse y, cuando lo hacen, enfrentan investigaciones deficientes y ausencia de reparación integral para las víctimas. Esta falta de respuesta institucional contribuye a que la problemática se mantenga sin freno.
Ante ello, el secretario de Seguridad, Gerardo Escamilla, aseguró que la policía cibernética mantiene una vigilancia constante y promueve activamente medidas de prevención para proteger a los menores. No obstante, usuarios de Facebook reportaron que tras el cierre del grupo, la red de pederastia migró a otros espacios digitales. Se especula que muchos de sus integrantes se trasladaron a la red social de Telegram, lo cual evidencia que el cierre aislado de un foro no es suficiente para frenar estas prácticas y que persisten fallas en las medidas de prevención.
Es importante recordar que Meta, empresa dueña de Facebook anunció este año avances en seguridad infantil, prometiendo medidas contra cuentas dañinas, comentarios sexualizados y solicitudes de imágenes por mensajes directos.
Sin embargo, esto no ha sido cumplido por la plataforma digital ya que continúan apareciendo grupos similares que vulneran los derechos de las infancias y permanecen activos y de fácil acceso. El colectivo feminista We women On Fire, advirtió que pese a que se cierren estos espacios donde se perpetúa la violencia contra las niñas, suelen desaparecer temporalmente, pero reaparecen después con otro nombre.
No es un hecho aislado
La experiencia demuestra que los agresores sexuales no se limitan a una sola red social, pues plataformas como WhatsApp y Telegram también son utilizadas para distribuir contenido sin restricciones ni controles efectivos.
Telegram, en particular, se ha identificado como una de las más peligrosas. Sus funciones como chats secretos, mensajes que se autodestruyen, búsqueda por nombre de usuario y grupos privados sin moderación facilitan el intercambio clandestino de material y representan un riesgo para infancias y adolescencias.
Prueba de ello es el caso documentado recientemente por el colectivo DLR, que identificó un grupo de más de 300 integrantes en Telegram donde incluso padres compartían imágenes de sus propias hijas. Gracias al análisis de las publicaciones, se determinó que varios de los participantes radicaban en Oaxaca.
No obstante, pese a la denuncia pública, en ningún momento las autoridades correspondientes se hicieron presentes para investigar y sancionar a los hombres involucrados.
Asimismo, desde Cimacnoticias también se registró un caso en Zacatecas, donde mujeres denunciaron la existencia de grupos de Telegram y WhatsApp integrados por más de 2 mil hombres que intercambiaban imágenes íntimas de mujeres sin consentimiento. Tanto las víctimas como colectivas feministas exigieron justicia, pero las autoridades actuaron sin la debida diligencia, dejando nuevamente a las víctimas sin respuesta.
Estos casos, lejos de ser excepciones, evidencian el incremento de la violencia sexual contra niñas, adolescentes y mujeres, así como la falta de compromiso por parte de plataformas digitales y autoridades para implementar acciones efectivas que detengan y sancionen estas redes de explotación.




