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52 años del voto: crónica de la lucha por la ciudadanía

Por Gladis Torres

Este año, las mexicanas celebramos 52 años del reconocimiento de nuestra ciudadanía que se dio mediante la adquisición del voto; sin embargo, en nuestro país sólo contamos con una gobernadora -en el estado de Zacatecas, Amalia García- quien forma parte de la larga lucha que las mujeres han realizado a través de los años.

Haber logrado el 17 de octubre de 1953 que se reconociera oficialmente el derecho de las mujeres a elegir a sus gobernantes y a ser electas no fue una concesión y mucho menos un obsequio, sino el resultado de movimiento nacionales e internacionales en favor de la equidad de género.

La lucha femenina en México tuvo sus primeras manifestaciones importantes durante los años 1884 y 1887, cuando por primera vez la revista femenina Violetas del Anáhuac, fundada y dirigida por Laureana Wright González y escrita solamente por mujeres, demandó el sufragio femenino.

Más adelante, en 1910, diversas asociaciones se unieron a Francisco Madero; entre ellas, el club femenil antireeleccionista Las hijas de Cuauhtémoc. Poco tiempo después, las integrantes del club protestaron por el fraude en las elecciones y demandaron la participación política de las mujeres mexicanas.

Años más tarde, en Yucatán, el 13 de enero de 1916, se realizó el primer Congreso Feminista, mismo que fue impulsado por el general Salvador Alvarado, gobernador de ese estado. Uno de los principales acuerdos a los que se llegó en esa primera reunión fue demandar que se otorgara el voto ciudadano a las mujeres

Del 20 al 30 de mayo de 1923, la Sección Mexicana de la Liga Panamericana de Mujeres convocó al Primer Congreso Nacional Feminista, llevado a cabo en la Ciudad de México con la asistencia de 100 delegadas. Las principales demandas políticas fueron la igualdad civil, para que la mujer pudiera ser electa en los cargos administrativos, y el decreto de la igualdad política y la representación parlamentaria por parte de agrupaciones sociales.

Ese mismo año, Elvira Carrillo Puerto, Beatriz Peniche de Ponce y Raquel Dzib Cicero figuraban como candidatas a diputadas al Congreso del estado de Yucatán. Elvira Carrillo Puerto resultó la primera mexicana electa diputada al Congreso Local por el V Distrito el 18 de noviembre de 1923.

Posteriormente, y como consecuencia del Congreso Nacional Feminista, el 13 de julio de ese mismo año el gobernador de San Luis Potosí, Aurelio Manrique, expidió un decreto en el que se concedía a las mujeres potosinas el derecho a votar y a ser elegidas en elecciones municipales.

En 1937, el presidente Lázaro Cárdenas envió a la Cámara de Senadores la iniciativa para reformar el artículo 34 constitucional como primer paso para que las mujeres obtuvieran la ciudadanía. En 1938 la Reforma se aprobó, y ese mismo año fue aprobada también en la mayoría de los estados.

El 24 de diciembre de 1946, la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa enviada por el presidente Miguel Alemán en la que se adicionó el artículo 115 Constitucional, misma que entró en vigor el 12 de febrero del siguiente año. En ella se establecía que en las elecciones municipales participarían las mujeres en igualdad de condiciones que los varones.

Siendo candidato a la Presidencia de la República, en 1952 Adolfo Ruiz Cortines prometió, ante 20 mil mujeres asistentes a un mitin de campaña, la ciudadanía sin restricciones para ellas. De esa manera, el 17 de octubre de 1953 se publicó en el Diario Oficial el nuevo texto del artículo 34 Constitucional: «son ciudadanos de la República los varones y las mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años, siendo casados, o 21 si no lo son, y tener un modo honesto de vivir».

Así, en 1953 se reconoció el derecho al sufragio femenino gracias a la organización y participación de las mujeres en los foros feministas donde demandaban sus derechos ciudadanos; ese avance no se materializó sino hasta por lo menos dos décadas después, debido a que, en la mayoría de los casos seguían siendo los hombres quienes decidían lo que sus esposas, hijas o hermanas debían hacer.

Dos años más tarde, en las elecciones del 3 de julio de 1955, las mujeres acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto para elegir diputados federales para la XLIII Legislatura.

A pesar de estos avances, se considera que fue hasta los años setenta cuando en realidad las mujeres empezaron a ejercer cabalmente sus derechos políticos; en esos años se constituyó el concepto de género como categoría de análisis para explicar los mecanismos de opresión contra las mujeres, y a partir de ahí se abrió la posibilidad de superarlos, lo que en la práctica sembró la semilla de la democracia entendida como la igualdad entre los géneros, conservando la diferencia sexual.

Ya en los años noventa, la reivindicación de los derechos fue más allá: se inició la lucha contra la violencia; ésa que se ejerce dentro del hogar por medio de golpes, actitudes y palabras; ésa que diariamente maltrata y asesina a muchas mujeres.

Actualmente, en México, las mujeres tienen un papel cada vez más protagónico, tanto en los movimientos de clara rebeldía, como el zapatismo en Chiapas y la pasada huelga en Universidad Nacional Autónoma de México, como en la política nacional, donde ahora figuran entre las competidoras.

*Periodista mexicana

05/GT/YT

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