Inicio Beatriz Paredes, polifónica, excéntrica, reformista

Beatriz Paredes, polifónica, excéntrica, reformista

Por Gladis Torres Ruiz

En su camino por la política mexicana, la actual la presidenta del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Beatriz Paredes Rangel, ha desempeñado cargos gubernamentales, como el de la segunda mujer gobernadora en México y en posiciones dentro de la estructura de su partido. En reiteradas ocasiones ha sido señalado su compromiso con las políticas públicas con equidad de género.

Entres las acciones realizadas por Paredes Rangel en favor de las mujeres, destacan el impulso que brindó para que en el presupuesto 2002 se autorizaran 50 millones de pesos para apoyar a las campesinas; su participación en la creación del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y la promulgación en 1998 de la Ley contra la Violencia Intrafamiliar.

Así, dentro del tricolor, Paredes ha formado un grupo compacto de mujeres políticas, entre las que destacan María de los Ángeles Moreno, presidenta del Comité Directivo del PRI en el Distrito Federal; la diputada federal Hilda Anderson y la senadora Silvia Hernández, entre otras. Todas ellas, con más de 15 años de ejercicio en diversas Legislaturas del Congreso de la Unión y con una marcada conciencia de género. Las cuales a través de los años han pretendido establecer políticas públicas desde esta perspectiva.

La ex candidata a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal en 2006 tomó la presidencia del PRI el 4 de marzo del año pasado luego de obtener el 68.53 por ciento de los 9 mil 410 votos emitidos por el Consejo Político Nacional.

Llegó al puesto con un amplio margen respecto de Enrique Jackson, quien fue su más cercano competidor al obtener 4 mil 173 voto, con lo que a decir de las y los analistas políticas, con la llegada de Paredes Rangel a la presidencia del PRI se marca el periodo de renovación más importante de la historia priista.

Al asumirse como triunfadora, Beatriz Paredes anunció que la nueva dirigencia de este partido promoverá el diálogo con el Gobierno federal y el resto de los partidos políticos.

«Habrá una relación de diálogo con las fuerzas políticas, con el gobierno federal, con los gobiernos estatales y del Distrito Federal y siempre con la certidumbre de que nuestra perspectiva de país animará nuestra posición», dijo a los medios de comunicación al encabezar su primer evento como presidenta del PRI.

MUJER, POLIFÓNICA, EXCÉNTRICA, REFORMISTA…

Beatriz Paredes Rangel nació en una familia de origen rural el 18 de agosto de 1953, en Tizatlán, Tlaxcala. Fue dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC) y cuenta con una carrera política meteórica que, a sus 55 años de edad, la distingue de otras líderes priistas contemporáneas.

Ha sido diputada local en Tlaxcala, a los 21 años (1974-1977), coordinadora del Congreso Estatal, presidenta de la Comisión de Hacienda, e integrante de las comisiones de Educación y Reforma Agraria.

Como diputada federal, a los 26 años (1979-1982), y presidenta del Congreso de la Unión respondió el tercer informe de gobierno del ex presidente José López Portillo y al primer informe de gobierno del ex presidente Vicente Fox, en su carácter de presidenta de la Mesa Directiva de la LVIII Legislatura de la Cámara de Diputados.

A los 33 años llegó a la gubernatura de su estado (1987-1992) y se convirtió en la primera mujer gobernadora de Tlaxcala, segunda jefa de un ejecutivo estatal en todo el país, después de Griselda Álvarez, quien gobernó Colima.

Como ella misma se define, Beatriz Paredes es una mujer «polifónica», excéntrica, reformista, «democrática de izquierda», aficionada a la poesía y de «espíritu emprendedor».

Socióloga por la UNAM, también fue subsecretaria de la Reforma Agraria (1982-1985) durante el gobierno de Miguel de la Madrid, y subsecretaria de Gobernación en la gestión de Ernesto Zedillo.

Entre otros cargos, ocupó el de Senadora (1997-2000), Secretaria General del Comité Ejecutivo Nacional del PRI (abril-diciembre de 1992), Embajadora en Cuba (1993-1994), integrante de las delegaciones gubernamentales a las Conferencias Mundiales de la Mujer en Pekín, China (1995), y en Copenhague, Dinamarca (1980).

Recibió el premio «Mujer del año» (1989) «por su trabajo sistemático, dedicación, capacidad creativa y aportación femenina al beneficio comunitario de nuestro país».

«La dama del folclórico vestir», como la definió el columnista Julio Hernández López, no sólo ha estado cerca del sector campesino y sus carencias, sino que también ha incursionado en actividades financieras.

De 1987 a 1992, más de la mitad del gobierno salinista, fue integrante del Consejo Directivo del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) y entre 1982 y 1985 participó en el Consejo Directivo del Banco Nacional de Crédito Rural (Banrural).

Fue dirigente de la fundación Luis Donaldo Colosio –candidato presidencial asesinado en 1994– y ha sido integrante de las delegaciones gubernamentales a las Conferencias Mundiales de la Mujer en Pekín, China (1995), y Copenhague, Dinamarca (1980). En 1989 se hizo acreedora al premio Mujer del año.

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