Enlas 12 mil 771 palabras utilizadas en la 53 cuartillas que la Comisión Especial para la Reforma Electoral de Tamaulipas ha elaborado, hay una ausencia persistente… evidente: las mujeres.
Como género, han sido borradas, desaparecidas, nulificadas de los cambios que en materia electoral cobrarán vigencia antes de que concluya el presente año
Esto solo es el resultado de la evidente ausencia de compromiso de género, de todas y todos los que ostentan el poder, de partidos, de instituciones e incluso de ciudadanos y ciudadanas que tomaron voz en los ocho foros donde, de acuerdo al reporte oficial, se recogieron 144 propuestas ciudadanas, ocho pronunciamientos de las diversas instituciones políticas y 16 temas abordados por los expertos invitados.
Si nos vamos a los números, de esta totalidad numérica, solo 17 mujeres tomaron la palabra, pero al igual que lo haría cualquier hombre, la mayoría de ellas hablaron de todo, menos de las asignaturas que están pendientes para las mujeres en materia electoral.
De estas 17, solo dos de ellas rompieron con el esquema –Mirna Terán Joch y Magali Balderas–, el resto, convertidas en cómplices, son las autoras de los cambios que se cocinan y en los cuales ni por mención están contempladas las mujeres.
Se dice que el machismo es una ideología de poder, una dominación simbólica, un mundo de significados donde los hombres se declaran por acción u omisión como un todo.
No voltear a ver una realidad femenina que reclama espacios, igualdad y equidad de género es fomentar la dinámica de lo no-existente, y en este sentido las tamaulipecas llevan todas las de perder.
¿Y las asignaturas pendientes que tienen las mujeres como género en materia electoral? Es la interrogante.
De acuerdo a lo publicitado, la reforma electoral es un proyecto que persigue perfeccionar la democracia en México… ¿Sin las mujeres…?
Hay quien ha dicho que la reforma es un pacto entre caballeros y cuando se analiza la propuesta que ya está para Tamaulipas, queda claro que se ha dejado fuera a las mujeres, en cuya agenda hay reclamos que van desde la alternancia y paridad entre los sexos en la integración de los órganos electorales, en las estructuras partidistas, equilibrio en el reparto de posiciones, y temas similares que han pasado de noche para aquellas y aquellos que han tomado la voz, pero manteniendo los ojos cerrados a una realidad que lástima, que duele: la segregación femenina en la vida política de Tamaulipas y del país.
CRÓNICA DE UNA REFORMA ANUNCIADA
Las mujeres participantes en los planteamientos de cambios electorales llevaron a la mesa temas tan recurrentes como: Integración y Funcionamiento del Instituto Estatal Electoral, Causales de Nulidad Electoral, Responsabilidades administrativas de los servidores públicos en materia electoral, Topes de gastos de campaña, financiamiento a los partidos políticos, La obesidad del ayuntamiento no es sinónimo de democracia, etcétera.
Mirna Terán JOC expuso el tema de la participación de la mujer en la vida política en el municipio de Río Bravo. Habló sobre la necesidad de que los partidos políticos y coaliciones se aseguren de que por cada tres fórmulas a diputados que se presente, por lo menos una candidatura sea de género distinto.
Por su parte, la victorense Magaly Balderas hizo referencia a establecer la cuota 60-40 en la elección de candidaturas a síndicas y síndicos, regidoras y regidores, presidentas y presidentes municipales y diputaciones locales. Puntualiza que hay un defecto legislativo en el Artículo 137 del Código Electoral del estado, que debe ser corregido.
Y es un hecho, todas y todos los que tienen la voz y el voto, deben ponerse los lentes de género y llevar a las mesas los reclamos que en materia político-electoral tienen las mujeres en general y las tamaulipecas en lo particular.
* Periodista de Tamaulipas, integrante de la Red Nacional de Periodistas
08/BC/GG
