La niñez y la adolescencia, son las principales víctimas del crimen organizado, sin embargo, no siempre se visibilizan en las ejecuciones. El problema es más común en estados del norte y centro del país, y se les puede ver en cifras globales, nunca desagregadas por edad y sexo.
De acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de diciembre del 2006 a marzo del 2009, en la guerra entre cárteles y en las batallas entre sicarios y fuerzas se encontraron 610 menores de edad muertos, y al menos 3 mil 700 quedaron en la orfandad.
De estos 610 fallecidos, 110 cayeron víctimas del fuego cruzado durante enfrentamientos entre bandas rivales o sicarios y fuerzas del Estado; 73 fueron ejecutados en el momento en que integrantes del crimen organizado asesinaban a sus familiares; otros 427 que habían sido reclutados como sicarios.
Al respecto, la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) ha pedido información actualizada y desagregada a la Sedena, pero no hay información.
Gerardo Sauri, ex director ejecutivo de la REDIM, señaló en entrevista con Cimacnoticias que no hay forma de proteger a niñas y niños del crimen organizado, mientras no se generen políticas públicas que garanticen sus derechos, en medio de una política de seguridad que no esta funcionando y violenta sus derechos.
En las zonas donde hay más niñez y adolescencia asesinada, o que forma parte de las filas del crimen organizado, es donde hay carencias de políticas públicas, es decir, no hay acceso a la educación, al esparcimiento, a la salud, al trabajo, hay alto índice de suicidios y de embarazos. Y la estructura comunitaria y familiar no ofrece nada, puntualizó Sauri.
«Con las políticas del gobierno actual, nos quieren hacer creer que las y los adolescentes están participando en multitudes en el crimen, lo cual no esta pasando, pues los delitos por los que se sigue deteniendo a adolescentes son del fuero común; como robos simples y con arma blanca, lo menos es de crimen organizado.
Cuando se dice, que cada día hay más jóvenes en la delincuencia, se puede estar justificando la política de limpieza social, la violación a derechos humanos y la impunidad», alertó el especialista en derechos de la infancia.
Asimismo, añadió Sauri, quien hasta el viernes pasado se desempeñó como director de la REDIM, los asesinatos de la adolescencia no se están investigando, pues los propios militares o los medios, son los que declaran los fallecimientos por ajustes de cuentas, nunca el ministerio público.
CASOS RECIENTES
De lo anterior, hay múltiples casos, de los más recientes asesinatos, esta el de Silvia Tamara y Osvaldo Martínez de 16 años, así como de Jonathan Manuel de 17 años de edad. Todos estudiantes del Colegio de Bachilleres plantel la Mesa de Tijuana, los hechos ocurrieron el seis de enero del presente año afuera de dicho plantel.
Mientras tanto, en Ciudad Juárez, Chihuahua, un comando ejecutó a un adolescente de 14 años, testigos refirieron que una unidad militar pasó justo en el momento del tiroteo, pero nada hicieron, publicó El Sol de México, el siete de enero del presente año. Asimismo, el 11 de enero acribillaron a Eduardo de 14 años, junto a sus padres y su hermano, reportó El Diario de Chihuahua.
Sin olvidar, el asesinato de la niña Elizabeth Martínez Medrano en Reynosa Tamaulipas el pasado 27 de diciembre, ella contaba con un año cinco meses de edad. El deceso fue ocasionado por una bala perdida, que según testigos, procedía del Ejército Mexicano.
Aunado a lo anterior, cada día es más común que la niñez y la adolescencia presencie actos de violencia durante el horario del recreo, o a la salida de las clases, sobre todo en Chihuahua. Para estudiantes, maestros y padres de familia se esta haciendo cotidiano el escuchar balazos, sirenas y gritos de personas.
Al respecto, Gerardo Sauri, señaló que con las políticas de seguridad, lejos de desactivar las bandas organizadas, a las y los menores de edad se les esta enseñando que la violencia es una forma de sometimiento, de vinculación y de poder.
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