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McCain y Obama ante migración: un problema dos caminos

Por Leticia Puente Beresford/corresponsal

Aunque los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos John McCain y Barack Obama no han tocado el controvertido tema migratorio, sus plataformas políticas exponen sus contrapuestas posturas.

La plataforma republicana, tajantemente, se opone a una amnistía para los 12 millones de mujeres y hombres indocumentados que viven en este país. Circunscribe la inmigración en un asunto de «seguridad nacional» y señala implacable que debe regir «el imperio de la ley».

En tanto, la postura demócrata afirma que buscará arduamente una reforma migratoria que «una al país» que «no la divida», alejada de «nuestros peores instintos y miedos». En sí, una reforma migratoria «práctica y humana en el primer año de gobierno de la siguiente administración».

Ambos partidos, con este tema de interés nacional, buscarán allegarse de por lo menos 10 millones de votos de la comunidad de origen latinoamericano.

Coinciden también en asegurar las fronteras, mejorando la infraestructura y tecnología, con más inteligencia y equipo para un mayor personal que vigile las fronteras, los puertos y puntos de entrada a los Estados Unidos, para así contrarrestar a la inmigración indocumentada.

A pesar de que la administración de Bush aceptó la infuncionalidad del actual sistema migratorio y de que prometió «sacar a la luz» a 12 millones de personas indocumentadas, el Partido Republicano en el Senado se dedicó a obstaculizar, rechazar y, en su defecto, enmendar la propuesta bipartidista de una reforma migratoria comprensiva, haciéndola más punitiva.

John McCain fue protagonista de esta actuación republicana pero hoy no la menciona y, en cambio, asienta que el rechazo del pueblo estadounidense a legalizaciones masivas es especialmente apropiado ante los fracasos pasados del Gobierno federal para hacer cumplir la ley».

SISTEMA DE VERIFICACIÓN

Los partidos contendientes están en acuerdo en la necesidad de contar con un sistema de verificación de trabajadores, pero difieren en cuanto a la forma.

Y en tanto, los demócratas exhortan a las y los indocumentados a salir de «las sombras», para que «se pongan a la derecha de la ley». Es decir, que paguen una multa y sus impuestos, que aprendan inglés y se formen en la fila para la oportunidad de convertirse en ciudadanos.

Ambos partidos también coinciden en que es necesario desmantelar a las organizaciones de tráfico de migrantes, combatiendo el crimen asociado con ese comercio. Solo que los republicanos señalan que «imponiendo castigos máximos en aquellos que contrabandean indocumentados ilegales en los Estados Unidos, a ambos, por quebrantar la ley y por la cruel explotación».

De lado Demócrata dicen que «es un problema cuando sólo hacemos cumplir nuestras leyes en contra de los inmigrantes, con redadas que son ineficaces, separando familias, y dejando gente detenida sin el adecuado acceso a accesoria de defensa».

Para los republicanos, «el imperio de la ley quiere decir, garantizar y hacer cumplir y valer la ley», «deportar criminales ilegales sin demora» y corregir las decisiones de la Corte que hacen de la deportación muy difícil.

Además, «aplicar la ley en contra de quienes permanecen con vencimiento de visas y dejar de darles preferencia a millones que les permitimos entrar generosamente y que desacatan abiertamente».

Para ello, de ganar la presidencia los republicanos, requerirán de la cooperación tanto federal, estatal y local, negar fondos federales a las ciudades que se autodenominan como «santuarios», las cuales tienen una postura de desafío a los estatutos estatales y federales que expresamente prohíben esas políticas y que ponen en peligro la vida de los ciudadanos de los Estados Unidos».

Contradiciendo a las propuestas de sus opositores demócratas, los republicanos señalan que seguir la ley no quiere decir dar licencias de manejo para los indocumentados ‘ilegales’, ni que los estados permitan desacato abierto de la ley federal» al reconocerlos como contribuyentes, tampoco quiere decir que reciban seguridad social u otros beneficios públicos «con excepción de los que provea la ley federal».

Los demócratas señalan, en contraste, que «los inmigrantes de hoy, como los anteriores a ellos, darán forma a sus propios destinos y enriquecerán el país. Pero «nuestro sistema migratorio actual ha estado roto por mucho tiempo», por lo cual necesita una reforma migratoria comprensiva y en ello se debe trabajar.

NO MÁS PERSONAS INDOCUMENTADAS

En lo que sí coinciden es en que no quieren más personas indocumentadas. Aunque los demócratas sostienen que pueden ayudarles para que se conviertan en pagadores de impuestos y sean miembros productivos de la sociedad.

En contraste, los republicanos aseguran que la política migratoria es un asunto de «seguridad nacional», por lo que Estados Unidos debe tener un sistema migratorio fuerte sin sacrificar el imperio de la ley, respetando su cumplimiento en la frontera y en toda la nación.

La seguridad en la frontera, señalan, es esencial para la seguridad nacional. «En una época del terrorismo, carteles de droga y bandas criminales, argumentan, permitir la entrada a millones de personas no identificadas y dejarlas en este país pone en grave riesgo la soberanía de los Estados Unidos y la seguridad de su gente».

Nuestro compromiso con el imperio de la ley, dicen más en detalle, significa hacer, con más inteligencia, que dicha ley se respete en los centros de trabajo en contra de trabajadores indocumentados y de empleadores que la quebrantan, en contra también de quienes practican el robo de identidades y trafican con documentos fraudulentos.

Explican que mientras Estados Unidos cuente con trabajos disponibles e incentivos para quienes entren sin documentos, el problema persistirá. Como solución, proponen «empoderar» a los empleadores para que puedan saber, a través del Sistema e-Virify (una base de datos en Internet) si las y los trabajadores que pretenden contratar tienen permitido hacerlo. El Sistema verifica también la identidad de las y los empleados­.

Pero mientras los candidatos inician el debate migratorio y uno de ellos es electo para aplicar su política de migración, 12 millones de mujeres y hombres indocumentados están a la espera.

08/LPB/GG

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