En un nuevo golpe contra la salud reproductiva de las mujeres pobres del mundo, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush propuso fuertes recortes presupuestales a los programas internacionales de planificación familiar, aunque antes sostenía que eran «la mejor forma de prevenir el aborto.»
Este año fiscal se reduciría en 18 por ciento el apoyo en ese rubro a países en desarrollo al pasar de 436 millones a 357 millones de dólares, de acuerdo al análisis de la Fundación Kaiser, organización estadounidense de defensa a los derechos reproductivos con base en documentos oficiales de la cooperación internacional.
En comunicado, remarcan si bien en 2001 – cuando Bush puso en marcha la política internacional para no financiar organizaciones en favor del aborto—el mandatario prometió mantener el apoyo de 425 millones de dólares a la planificación familiar.
De acuerdo a un vocero de la Agencia de Desarrollo Internacional (USAID), citado por la Fundación Kaiser, el presupuesto reasignado en nuevas iniciativas para el combate a la violencia sexual hacia mujeres africanas o el combate a VIH o la malaria, por ser una estrategia más útil.
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