Al inicio de la pandemia de Covid-19, filósofos como Byung-Chul Han vieron la crisis sanitaria con ojos de optimismo y consideraron que este podía ser el fin del capitalismo, un sistema marcado por la desigualdad económica. Desafortunadamente, sus predicciones quedaron muy lejos de la realidad: por lo menos en México, los súper ricos incrementaron sus fortunas en un tercio, mientras 44 de cada 100 personas en el país alcanzaron niveles de pobreza de acuerdo con Oxfam México.
Según el informe ¿Quién paga la cuenta? Los mitos detrás de los impuestos a las grandes fortunas en México, por cada 100 pesos de riqueza generados entre 2019 y 2021, 21 se fueron a los bolsillos de los más ricos, quienes representan el 1 por ciento de la población. Por su parte, el 50 por ciento de los mexicanos (es decir, la población pobre) se quedó con apenas 0.40 pesos de estas ganancias.
De esta forma, mientras los ricos se hacían más ricos, los niveles de pobreza en el país alcanzaron a 44 de cada 100 personas, y 9 de cada 100 se encontraban en condición de pobreza extrema hasta 2020, un año marcado por los largos periodos de confinamiento, la pérdida de empleos y el aumento de carga de trabajos no remunerados en los hogares.
Una de las esferas más afectadas por estas desigualdades económicas fue la de las mujeres. De acuerdo con datos del Inegi, en 2021 en México, cada mujer del país realizó trabajos de cuidados no remunerados equivalentes a 71 mil 524 pesos anuales.
Carlos Slim, el hombre más rico de América Latina
Pongámosle un rostro a estas cifras con el súper rico más rico de nuestro país: Carlos Slim Helú. De acuerdo con Oxfam México, este hombre (dueño de Inbursa, Grupo Carso, Sanborns y muchas otras empresas) concentra más riqueza que la mitad de toda la población mexicana. Esto quiere decir que posee mucho más dinero que 65 millones de personas juntas. Incluso, Slim es más rico que 14 súper ricos mexicanos juntos.
El empresario ya era rico desde antes de la pandemia de Covid-19. Sin embargo, desde el inicio de la emergencia sanitaria en 2019 su riqueza se incrementó un 42 por ciento. Desde entonces hasta ahora ha ganado cerca de 25 mil 500 millones de dólares (o, lo que es lo mismo, ha ganado casi un millón de dólares por hora). Lo anterior convierte a Slim en el hombre más rico de América Latina y El Caribe.
Mientras tanto, en esta misma región, la tasa de ocupación entre las mujeres se redujo en un 9.4 por ciento debido a la crisis sanitaria según Oxfam. La misma institución apunta, además, que será muy difícil que aquellas que perdieron su empleo o vieron mermados sus ingresos se recuperen rápidamente.
Por otro lado, incluso en los hogares donde sí hay empleos se presenta la pobreza laboral, esa situación en que las familias tienen ingresos laborales, pero éstos son inferiores al precio de una canasta básica. Este fenómeno está presente en 4 de cada 10 personas en México y es fuente de angustias y problemas para quienes gestionan las responsabilidades en el hogar (en su mayoría, mujeres).
No se trata de “echarle ganas”
Uno de los mitos más grandes detrás de estas desigualdades es que los ricos formaron sus fortunas únicamente con base en su esfuerzo y sus aptitudes personales. No obstante, Oxfam México desmiente esto.
Según datos de 2022 la institución, en México hay 15 personas súper ricas o milmillonarias, entre los que se encuentran Slim, Ricardo Salinas Pliego, y Carlos Hank Rhon. En la lista de los primeros diez, por cierto, solo figura una mujer: María Asunción Aramburuzabala. De estas 15 personas terriblemente multimillonarias, diez consiguieron su riqueza a través de herencias, pues muchas de ellas pertenecen a dinastías que van perpetuando su riqueza y poder de generación en generación.
Al respecto, vale la pena retomar lo que explica el filólogo Martín Alonso Pedraz acerca del término “patriarcado”. La raíz de este concepto hace referencia a una organización social en la que el jefe varón es quien ejerce la autoridad de cada familia y, por lo tanto, se apodera de y administra los ingresos del hogar. Además, su linaje se transmite de generación en generación. Pero este concepto no solo aplica en casa, sino que se extiende a la configuración de la sociedad en general según la teoría marxista.
Así pues, podemos afirmar que las riquezas de estos diez ricos súper ricos es una cuestión eminentemente patriarcal. Lo mismo sucede en el caso de 3 de los 15 supermillonarios mexicanos. Estos tres heredaron la totalidad o una parte de la fortuna de sus padres. Por otra parte, 8 de estas 15 personas —además— consolidaron sus ganancias gracias a la ola de privatizaciones en la banca, las telecomunicaciones, los aeropuertos y las carreteras del gobierno mexicano durante la década de 1980-1990.
Finalmente, 6 de los 15 súper ricos adquirieron sus millones a través de concesiones del Estado en ámbitos como las telecomunicaciones y la minería. Sea cual sea la vía de ganancias, estos multimillonarios mantienen sus fortunas por medio de la precarización de sus trabajadores, la concentración de mercado y, por supuesto, los impuestos insignificantes que pagan en comparación con el dinero acumulado en sus cuentas bancarias.
Mientras estas condiciones no cambien (es decir, mientras tengamos un sistema patriarcal que perdona sus deudas a quienes más tienen), en México, las ganancias precarias seguirán iguales para la mayoría. Para otros, como Slim, el dinero seguirá llegando sin importar que las crisis azoten al mundo.