Ciudad de México.- “Por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y promover los derechos humanos y la libertad para todos” la activista Narges Mohammadi recibió el Premio Nobel de la Paz 2023; este reconocimiento llega con la exigencia de que sea puesta en libertad, pues el régimen de este país la condenó a prisión y actualmente se encuentra privada de la libertad. Lo anterior pone en el ojo público a esta nación y el retroceso a los derechos de las mujeres que ha provocado represión y que muchas de ellas huyan en busca de garantías para su vida.
Narges Mohammadi ha entrado y salido de la cárcel injustamente desde hace más de 12 años debido a su trabajo en favor de los derechos humanos. Pese a ello, su labor no ha cesado, es por lo anterior que el comité decidió otorgarle el reconocimiento, cuyo galardón se acostumbra entregar de forma personal, esto pone en el foco de atención internacional la situación de la galardonada quien vive en condiciones de reclusión y además se han señalado las torturas a las que ha sido sometida.
Cada año, en el mes de diciembre las personas ganadoras del premio Nobel de la Paz, anunciadas por el comité noruego acuden a una ceremonia en el Ayuntamiento de Oslo, la capital de ese país para recibir junto con sus invitadas e invitados especiales de propia mano la condecoración. Situación que se verá interrumpida en el caso de Narges, de seguir en reclusión en Irán.
Por tanto, este premio en particular, expone la situación adversa que vive la galardona y se ejerce mayor presión mundial sobre Irán para que garantice que la historia de Narges deje ser la norma en un país donde incluso se han llegado a envenenar niñas para negarles el acceso a la educación.
En la década de 1990, cuando era estudiante de física, Narges Mohammadi ya comenzaba su labor como defensora de la igualdad y los derechos de las mujeres. Tras finalizar sus estudios, trabajó como ingeniera y columnista en varios periódicos reformistas.
En 2003 se involucró con el Centro de Defensores de los Derechos Humanos en Teherán, una organización fundada por otra mujer que recibió el Premio Nobel de la Paz, Shirin Ebadi.
En 2011 Mohammadi fue arrestada por primera vez y sentenciada a varios años de prisión por sus esfuerzos para ayudar a los personas activistas y defensoras encarceladas y a sus familias. Dos años más tarde, tras quedar en libertad bajo fianza, Mohammadi se integró en una campaña contra el uso de la pena de muerte.
Su activismo contra la pena de muerte provocó el nuevo arresto de Mohammadi en 2015 y una sentencia injusta. A su regreso a prisión, ahora comenzó su activismo en contra del uso sistemático de la tortura y la violencia sexualizada por parte del régimen contra los presos políticos, especialmente las mujeres, que se practica en las prisiones iraníes.
Juicios injustos y tortura en prisión
En enero de 2022 Narges Mohammadi nuevamente se encontraba en prisión y fue condenada a una sentencia de 10 años y ocho meses que la mantendrían privada de su libertad y a 154 latigazos por delitos relacionados con la “seguridad nacional”.
“El juicio fue injusto, duró cinco minutos y Narges no tuvo acceso a un abogado. En protesta por el carácter injusto del caso, Narges decidió no apelar la condena”, recordó Amnistía Internacional.
La organización Amnistía Internacional también recordó que Narges es víctima de tortura y violencia al interior de prisión, pues en más de una ocasión se le ha negado el tratamiento médico que requiere para el corazón y los pulmones.
Y es que, por ejemplo, el 3 de febrero de 2022, después de sufrir un ataque al corazón, el doctor de la prisión no le prestó una atención adecuada y la fiscalía prohibió su traslado a un hospital externo.
El 16 de febrero de 2022 sufrió una serie de ataques cardiacos, por lo que fue trasladada a un hospital donde la operaron de forma urgente. En contra de la opinión médica y antes de recuperase, el 19 de febrero fue llevada de nuevo a la prisión.
En las ocasiones anteriores que estuvo privada de la libertad, le negaron el contacto con sus hijos y en la cárcel su salud se deterioró gravemente.
Ante este panorama Narges continuó su exigencia. Así, noviembre de 2019, cuando las protestas y la represión contra las mujeres se extendían por todo el país, participó en una protesta junto a otras compañeras en la cárcel de Evin para denunciar las muertes de cientos de manifestantes a manos de la policía.
Por esta acción le abrieron una nueva causa que ahora la ha llevado de nuevo a la cárcel y a estar en riesgo de ser víctima de flagelación, la cual constituye un acto de tortura.
Por ello, tras ser nombrada como la acreedora del Premio Nobel de la Paz, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) recordó que el máximo galardón de la paz a la activista iraní de las garantías fundamentales es un recordatorio de que los derechos de las mujeres retroceden.
Premio Nobel de la Paz a un año de protestas en Irán
Cabe recordar que el pasado mes de septiembre se cumplió un año del asesinato estatal de Jina Mahsa Amini y el inicio de las protestas nacionales “Mujer, Vida, Libertad” en Irán.
Mahsa Amini fue víctima de elementos de una Patrulla de Orientación -policía de moralidad religiosa del gobierno de Irán– quienes la arrestaron por no usar el hiyab de acuerdo a las normas del país.
La policía aseguró que luego de trasladar a Amini al hospital sufrió un ataque al corazón y entró en coma; sin embargo, testigos afirmaron que la joven fue brutalmente golpeada y un grupo de observadores independientes determinó que Mahsa Amini murió como consecuencia de un derrame cerebral ocasionado por dicha agresión.
La muerte de Amini resultó en una serie de protestas en las que mujeres decidieron quitarse el hiyab y realizar diversas acciones. A ello las autoridades respondieron con violencia y represión.
Desde entonces hasta ahora no ha habido rendición de cuentas por parte de las autoridades respecto a las personas que han sido asesinadas en el marco de las manifestaciones, entre las que se encuentran 68 niños y 49 mujeres. Además, al menos 22 iraníes, entre ellos cuatro niños y ocho mujeres, se han suicidado en circunstancias sospechosas, acusó la organización Iran Human Rights (IHRNGO).