Ser solteras fue la causa del despido de tres mujeres profesionistas, responsables de programas, en la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), a quienes ni siquiera les otorgaron finiquito o liquidación.
De cinco mujeres que laboraban en las mismas condiciones que ellas, el delegado de la CDI, Carlos Ramiro Sosa Pacheco, sólo despidió a quienes eran solteras. Esta vez el argumento para que las retiraran fue que no aprobaron una evaluación, a la cual no les permitieron tener acceso.
Las profesionistas, dos de ellas ingenieras agrónomas y una licenciada en trabajo social, fueron despedidas y sus cargos ocupados de inmediato por otras personas vinculadas con el delegado.
Sus nombres Elsa Benítez González, de Albergues Escolares; Ángeles Vivar Arenas, de Estrategia, y Norma Toloza Dzul, responsables de Proyectos para Mujeres y quienes denunciaron ante la Junta de Conciliación que su retiro, además de inesperado, obedece a criterios sexistas, pues les argumentaron que son «solteras» y no les perjudica perder su empleo.
A pesar de que el Delegado de la CDI en Campeche, de filiación panista, llegó en noviembre pasado con el ofrecimiento de no despedir a ningún empleado y no realizar modificaciones, el último día del mes de enero reunió al personal para dar a conocer el despido de las tres mujeres que eran responsables de programas, las otras dos son casadas y se mantuvo a otras cuatro mujeres con nivel de secretarias.
Las afectadas demandaron la intervención de las oficinas centrales de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y consideran su despido como una discriminación de género ya que la razón fundamental es que «son mujeres solteras» y supuestamente no tienen preocupación por una familia qué mantener.
08/AC/GG/CV