La fotografía revolucionaria de Elizabeth Díaz: resistir ante las violencias desde el arte

Nezahualcóyotl, Edomex.- En Ciudad Nezahualcóyotl, el arte se ha abierto un amplio camino por el que transitan jóvenes como Elizabeth Díaz Molina. La periodista audiovisual independiente –quien también colabora con el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco Vitoria (CDH Vitoria)– utiliza la fotografía como un arma de resistencia en medio del terreno violento en el que se ha convertido México.

La mujer de 23 años fundó la colectiva Sueña Dignidad en 2020, en ella ha tejido redes con otras seis colaboradoras entre las que se encuentran fotoperiodistas, artistas y defensoras. Juntas realizan trabajos de fotoperiodismo, reportaje, documentales e intervenciones fotográficas –entre otras expresiones artísticas– para dar visibilidad a casos de violencia que son poco atendidos por los ”grandes medios”.

Las y los protagonistas de estos casos son personas o familiares de víctimas que han experimentado graves violaciones a sus derechos humanos, persecución política, encarcelamientos injustos e incluso feminicidio. Pero para el lente de Elizabeth y sus compañeras, estas violencias no pueden seguir narrándose desde el horror o el miedo.

Poner los ojos donde nadie presta atención

Elizabeth Díaz ha tenido la oportunidad de acompañar a diferentes personas y colectivos en su trayectoria. Entre ellos se encuentran Hasta Encontrarles CDMX, una organización que apoya a familiares de personas desaparecidas en la capital del país. También ha brindado acompañamiento a Patricia Becerril, Irinea Buendía, Araceli Osorio y muchas otras madres de víctimas de feminicidio.

De igual forma, Sueña Dignidad ha realizado tres documentales de luchas que se dan en otras partes de México, lugares en los que pocas cámaras suelen enfocarse. Una de estas regiones es Eloxochitlán de Flores Magón, un municipio situado al norte de Oaxaca donde la asamblea comunitaria se opuso al nombramiento del presidente municipal Manuel Zepeda Cortés entre 2011 y 2013.

Hasta la fecha, siete personas han sido privadas de su libertad por haber hecho frente a este nombramiento injusto ante los ojos de todo Eloxochitlán. Con su documental Libertad para los presos, Elizabeth Díaz Molina y Sueña Dignidad quieren hacer eco a este abuso de poder.

Las jóvenes que conforman la colectiva tienen la convicción de que expresiones artísticas son necesarias para narrar desde otro punto de vista, uno en el que se abandone la pretensión de los discursos neutrales.

Desde esta postura, Sueña Dignidad –en colectivo– y Elizabeth Díaz –de manera individual– intentan trabajar involucrándose horizontalmente con las personas a quienes acompañan. Así, mezclan la técnica con el arte, pero también con la escucha activa de situaciones profundamente dolorosas y complejas.

Estas situaciones no le son ajenas a la propia Elizabeth: su familia ha sido atravesada por las mismas violencias que ahora retrata con su lente revolucionario. 

El arte como catarsis y resistencia

“La violencia en México está tan desbordada que es difícil no encontrar alguien que no haya vivido algún tipo, como un asesinato, un encarcelamiento injustificado o una desaparición”, opina Elizabeth Díaz. 

“Lamentablemente me ha tocado vivirlo con gente cercana, a la que quiero”, agrega la fotoperiodista. Pero esta violencia no la ha detenido, sino que la llevó a explorar la potencia del arte fotográfico para resistir y combatir.

Para Elizabeth, lo más importante de estas narrativas –también extendidas a otras plataformas como los pódcast– es que hacen más digeribles temas que algunos medios retratan con amarillismo y nulo respeto hacia las víctimas y sus familias. Así, tanto ella como su colectiva ofrecen contenidos dignos que buscan florecer la empatía y comprensión en medio de la indiferencia social.

En todo este trabajo, Sueña Dignidad evita caer en la revictimización de las víctimas. Además, procura que las familias sean capaces de replicar o seguir reproduciendo estos contenidos. ¿Su objetivo? Permitir que estas luchas alcancen la visibilidad necesaria para llegar a la justicia. 

Desde la perspectiva de Elizabeth Díaz, este proceso por sí mismo ya es sanador para las familias. En él se produce una catarsis, un desahogo de los dolores que no percibimos cuando leemos o escuchamos sobre feminicidio, persecuciones y el resto de crímenes que sucede día a día en nuestro país. Así, la escucha de la fotoperiodista y su colectiva configura una representación diferente de las víctimas, con un acompañamiento desde la humanidad.

Conoce el trabajo de Elizabeth Díaz Molina y de Sueña Dignidad

Elizabeth y la colectiva de la que forma parte han tenido varias colaboraciones con diferentes artistas de Ciudad Nezahualcóyotl, entre ellos el Taller Casa Esperanza y el pintor César solo César. También han trabajado con el CDH Vitoria y con el colectivo Huellas de la memoria, y han ofrecido talleres de intervención fotográfica entre otras actividades.

Actualmente, Elizabeth Díaz trabaja en un reportaje amplio sobre ex presos políticos de la comunidad de Eloxochitlán. Además, desarrolla un proyecto a largo plazo sobre memoria de mujeres en lucha. En él reunirá retratos de mujeres que resisten desde diferentes lugares de México sin abandonar su perspectiva: el arte como un modo de vivir, resistir y acompañar.

Puedes ver el trabajo de Elizabeth y Sueña Dignidad a través de sus redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.