Inicio AgendaAsí es cubrir «La Mañanera» de AMLO como mujer periodista; un espacio de machismo y mordaza

Así es cubrir «La Mañanera» de AMLO como mujer periodista; un espacio de machismo y mordaza

Por Diana Hernández Gómez
CIMACFoto: Berenice Chavarría Tenorio

Ciudad de México.- Desde el inicio de su sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha ofrecido más de mil conferencias matutinas conocidas popularmente como «la mañanera». Según el mandatario, este espacio es una vía de comunicación directa para informar a la prensa y a la sociedad en general sobre los acontecimientos políticos de México. No obstante, hay temas intocables aquí que están rodeados por el silencio y por expresiones de machismo entre reporteros y el personal de la Presidencia.

El pasado viernes 25 de noviembre, quien escribe este texto tuvo la oportunidad de acudir a «la mañanera» en Palacio Nacional junto con otra compañera reportera de Cimacnoticias. En el ingreso todo transcurrió con normalidad: pasamos los filtros de seguridad a cargo de militares, confirmamos nuestros datos y esperamos pacientemente el sorteo para saber si podíamos ocupar un lugar en las primeras filas frente a López Obrador.

Pero una vez dentro del Salón Guillermo Prieto, y ya con AMLO al micrófono, el verdadero rostro de este ejercicio «transparente» de comunicación salió a la luz.

Entre risas y quejidos: la reacción en Palacio Nacional ante la violencia contra las mujeres

Para Cimacnoticias no pudo haber una mejor fecha para acudir a la conferencia matutina. Al ser 25 de noviembre, era de esperarse que AMLO tocara el tema de la violencia contra las mujeres en nuestro país. También, que las y los reporteros presentes en el lugar lanzaran por lo menos un par de preguntas sobre este tema en vista de la urgencia de hablar al respecto. Sin embargo, esto no sucedió… o por lo menos no de la forma en que lo imaginé.

Si bien Obrador recordó la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el presidente dedicó nada más que cerca de dos minutos para hablar al respecto. En su discurso, además, demostró su desconocimiento al afirmar que antes de su gobierno no había una clasificación del feminicidio cuando éste está tipificado desde 2012.

Pero las palabras del presidente no fueron lo único destacable de esa «mañanera». Cuando un colega del estado de Coahuila interrumpió a AMLO para cuestionarlo sobre las manifestaciones de mujeres planeadas para ese día, sin la menor muestra de vergüenza o recato, un hombre sentado a mi lado lanzó una clara expresión de aburrimiento, un «aaaaay» con la mirada al aire que parecía esconder un «lo mismo de siempre» secundada por su compañero de al lado.

A lo largo de la conferencia, este mismo hombre (que no portaba identificación de prensa o algo similar) se limitó a grabar a López Obrador en repetidas ocasiones cuando hablaba sobre su manifestación del 27 de noviembre, sus «acarreados» y lo que para él realmente significa ser anarquista comparando indirectamente a las mujeres con Ricardo Flores Magón. Lo mismo de siempre: el presidente y sus adversarios; el presidente y la criminalización de la protesta una y otra vez.

CIMACFoto: Berenice Chavarría Tenorio

Este hombre, sin embargo, no es el único al que el tema de la violencia contra las mujeres le incomodó aquel día. Cuando Cimacnoticias tomó la palabra para increpar al presidente sobre las cifras históricas de feminicidios y homicidios dolosos contra la población femenina, la expresión de camarógrafos y del personal encargado de dar el micrófono a las y los reporteros fue exactamente la misma.

Desde antes de que tomáramos la palabra, parte de este personal mostró su falta de respeto hacia nuestra labor. Esto fue evidente cuando una reportera cercana a la entrada del salón levantó la mano para solicitar la palabra. Es importante señalar que hizo esto después de que personal de presidencia se lo indicara. Al presenciar esto, decidí levantar la mano para tener la oportunidad de hablar.

Cuando se percataron de ello, un camarógrafo situado al lado de la reportera y un hombre portador de uno de los micrófonos para la prensa comenzaron a hablar entre sí y, también sin vergüenza, empezaron a reírse mirándome fijamente. ¿Por qué? no lo sé, pero sí sé que, para mí, eso desmanteló por completo la farsa de la supuesta libertad de expresión montada dentro de Palacio Nacional.

Esta farsa ha permitido que personajes como Carlos Pozos sean quienes ocupen un lugar destacado en las conferencias de Obrador (el mismo Carlos Pozos que dirigió miradas acusadoras durante la participación de Cimacnoticias el 25 de noviembre). También, es la misma que permite que sólo se le dé la palabra a quienes buscan hablar de temas financieros o de la manifestaciones del presidente cuando, afuera, las desapariciones, los feminicidios y un sin fin de temas más se quedan tras las puertas.

La violencia contra las mujeres no tiene voz en Palacio Nacional. Tan es así que el tema no se tocó en pleno 25 de noviembre. Por eso, antes de que la conferencia terminara, esta reportera tuvo que gritar todas sus preguntas sin que alguien acercara un micrófono aún cuando era evidente que el diálogo entablado con el mandatario mexicano no iba a cesar después del primer cuestionamiento.

Por otro lado, además de la falta de audio, el mismo camarógrafo que se burló evitó a toda costa tomar mi rostro contrario a lo que sucedió con los otros dos reporteros que iniciaron la ronda de preguntas.

Nuestras preguntas nos valieron un «regaño» por parte del personal de Comunicación Social, quienes nos identificaron a mi compañera y a mí y nos advirtieron que no podemos «gritar» en la conferencia o seríamos sancionadas restringiéndonos la entrada a Palacio Nacional dos días consecutivos. Me pregunto si esta observación también se hizo a quienes interrumpieron a AMLO en diversas ocasiones para preguntarle quiénes estarían al frente en su manifestación, si irían gobernadores y si Claudia Sheinbaum estaba invitada.

Supuestos reporteros y el personal de la Presidencia están evidentemente hartos de hablar sobre la violencia contra las mujeres. Las mujeres, por nuestra parte, estamos hartas de vivir con lo mismo día con día. Y como reporteras, además, nos cansamos de ver que la mayoría de quienes cubren este y otros eventos (incluyendo las manifestaciones feministas) son hombres. Sin embargo, de eso no se habla en Palacio Nacional: aquí solamente hay espacio para los temas del presidente, y las mujeres no estamos en la lista de prioridades.

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