2.2 millones de mujeres en México se dedican al trabajo doméstico remunerado. Sin embargo, únicamente 37 mil se encuentran afiliadas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Además, ellas perciben menor remuneración que los hombres que realizan el mismo trabajo, señaló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En 1988 se declaró el 30 de marzo como el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, con el objetivo de favorecer la discusión en la agenda pública sobre sus condiciones laborales.
Sin embargo, en México, las trabajadoras del hogar trabajan en mayor porcentaje en el ámbito informal, sin prestaciones y percibiendo un salario menor al de los hombres, quienes obtienen mensualmente cuatro mil 399 pesos, mientras que ellas perciben sueldos promedio de tres mil 767 pesos.
Lo anterior pese a que en 2019 arrancó el Programa Piloto para la Incorporación a las Trabajadoras del Hogar a la Seguridad Social del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). El cual tiene por objetivo brindar a este sector de la población garantías como: seguro de enfermedades y maternidad; seguro de riesgos de trabajo; seguro de invalidez y vida; seguro de guarderías y prestaciones sociales; seguro de retiro y cesantía en edad avanzada y vejez.
Y aún cuando en diciembre de 2019 el Estado mexicano ratificó el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual busca que los gobiernos ofrezcan protección específica a las trabajadoras y los trabajadores del hogar por medio de una serie de medidas que garanticen un trabajo digno.
Pero a decir de María de la Luz Padua, secretaria general colegiada del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar, “continúa la resistencia por asumir una responsabilidad patronal, que como lo marca la ley es para garantizar un trabajo digno y reducir los riesgos de trabajo”.
En entrevista para el programa Análisis Feminista de Violeta Radio, Padua detalló que desde su experiencia en el sindicato ha podido observar desconocimiento sobre el programa piloto del IMSS y una serie de falencia que no garantizan el acceso pleno a sus derechos como trabajadoras.
“El primer hecho de que exijas la seguridad social ya es un riesgo a la pérdida del mismo, cuando haces la exigencia de tu derecho empiezan las molestias, la violencia para que dejes el trabajo. También vemos que hay resistencia en el tema de pago ante el IMSS”, esto, asegura, debido a que únicamente se puede realizar en un banco en específico.
Por ello destacó la necesidad de establecer una inspección laboral, es decir, un mecanismo que demuestre que en el domicilio se están cumpliendo las obligaciones de ambas partes: empleada y empleador o empleadora.
Trabajadoras del hogar, sin días de descanso y discriminación
María de Jesús López Amador, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, destaca que las trabajadoras del hogar laboran en jornadas largas y extenuantes, sin días de descanso, malos tratos y discriminación por parte de los empleadores, bajos salarios y falta de seguridad social.
La especialista destacó que este es uno de los «sectores con un alto porcentaje de mujeres acosadas laboralmente y abusadas sexualmente; muchas de ellas provienen de grupos étnicos y lo que ganan lo envían a su comunidad, transformando esto en remesas locales y nacionales. Además, su nivel de estudio es bajo y un buen porcentaje son jefas de hogar o madres solteras, quienes buscan salvaguardar y proteger a sus familias».
El tema de la discriminación es otro factor que enfrentan las mujeres trabajadoras del hogar. Tan solo de 2012 a 2018, el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred) calificó 26 expedientes como presuntos actos de discriminación hacia personas trabajadoras del hogar
A lo anterior se suma que los hombres que se dedican al trabajo del hogar remunerado gozan de mejores condiciones laborales que sus contrapartes mujeres. Por ejemplo, INEGI destaca que los hombres tienen un ingreso promedio de cuatro mil 399 pesos, mientras que las mujeres perciben tres mil 767 pesos. Es decir, ellos obtuvieron aproximadamente 632 pesos más que ellas.
Por ello María de la Luz Padua concuye que las mujeres trabajadoras del hogar deben ser consideradas como sujetas de derecho y el Estado debe garantizarles condiciones para desarrollarse en un trabajo digno.
