Inicio AgendaTrabajo de cuidados, una barrera para la participación política de las mujeres: Sandra de los Santos

Trabajo de cuidados, una barrera para la participación política de las mujeres: Sandra de los Santos

Por Wendy Rayón Garay

Ciudad de México.- Si bien la paridad de género en cargos de elección ha sido una medida para ampliar los espacios de las mujeres en la toma de decisiones las mujeres, es una realidad que el trabajo de cuidados continúa siendo una de las principales barreras para aumentar su participación política y el desafío es mayor en entidades con alta población indígena como Chiapas.

De acuerdo con Sandra María de los Santos Chandomi en su artículo «La participación política de las mujeres y el trabajo de cuidados: una reflexión desde el sur de México», se trata de un tema central en las democracias contemporáneas y en la agenda de equidad de género.

El concepto de democracia supone el derecho a la participación equitativa de la ciudadanía en la toma de decisiones, Sandra María de los Santos Chandomir apunta que la noción de ciudadanía ha excluido a las mujeres desde su creación, negándoles sus derechos políticos y limitando su capacidad de representación.

Aunque poco a poco se ha ido modificando este panorama, desde la perspectiva feminista se trata de un proceso en donde se generan condiciones para generar un cambio real que lleve a las mujeres a acceder a los espacios de poder, ya que es una realidad que al no estar representadas se tomas decisiones que invisibiliza las necesidades de las mujeres.

«La representación política es fundamental en la democracia y se refiere a la capacidad de un grupo para influir en la toma de decisiones mediante el ejercicio de cargos públicos. Sin embargo, la representación de las mujeres ha estado históricamente subordinada» – Sandra María de los Santos Chandomir

Esta exclusión ha llevado a implementar medidas como las cuotas de género y posteriormente la paridad de género siendo no solo una medida afirmativa, sino una nueva forma de gobernar, según señaló Sandra María de los Santos Chandomir. Sin embargo, para llegar a este resultado, las mujeres atravesaron años de lucha:

El camino a la paridad

1953

Voto de la mujer

Se reconoció el derecho de las mujeres a votar y ser votadas. Su primera participación fue en 1955 con la elección de diputados federales para la XLIII Legislatura. Tres años después, estuvieron presentes en la elección presidencial.

1993

Campaña «Ganando espacios»

Se introdujo la campaña nacional de acciones afirmativas ‘Ganando Espacios’. En ella se recomendaba a los partidos la inclusión de las mujeres en sus postulaciones y no hubo sanciones si estos llegaran a incumplirlo. 

1996

Cuotas de género

Se estableció que los partidos no podían postular a más del 70% de personas del mismo género.

2002

Cuotas de género

Se exigió el 30% mínimo de las candidaturas a las mujeres y por lo menos una persona del otro género en las candidaturas de representación proporcional (conformadas por 3 personas).

2008

Cuotas de género

Se incrementó el umbral de la cuota de género a 40% de representación femenina y 60% masculina. Además, se aumentó el segmento de representación proporcional a 5 candidaturas y se aclaró que no podían figurar más de 3 personas del mismo género.

2014

Paridad de género

Se abandonaron las cuotas de género para consagrar la paridad, la cual estipula que los partidos deben proporcionar sus candidaturas de forma paritaria para los congresos locales y federales.

2019

Paridad de género

Se asentó la paridad de género y tuvo una influencia en los tres poderes del Estado y en los entes constitucionales autónomos.

2024

Paridad en todo

Se reformó la Constitución Mexicana en materia de igualdad sustantiva. Entre sus propuestas incluye la obligación de nombramientos de las personas titulares del poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial desde el principio de paridad de género. 

Sin embargo, la implementación de la paridad de género no ha sido suficiente, ya que las mujeres continúan enfrentando barreras para ejercer sus derechos políticos, evidenciando que, aunque cada vez aumenta el número de mujeres en los Congresos, las estructuras de poder masculinas encuentran diversas formas para obstruir los derechos femeninos.

Por ejemplo, uno de los métodos empleados por los partidos ha sido incorporar a mujeres bajo su control y con el único objetivo de cumplir los requisitos legales. Esto bajo la condición de obediencia y sin garantizarles condiciones de que puedan ejercer el poder, provocando violencia política en razón de género.

El caso particular que resalta Sandra María de los Santos Chandomir es el de Chiapas donde han surgido diversas denuncias de simulación en el ejercicio de los cargos, ya que, aunque gobiernan las mujeres, en la práctica los hombres acaparan el poder, «la mayoría de ellos con lazos familiares con las gobernantes» sobre todo en entidades donde hay comunidades indígenas.

Lo vuelven a hacer: relegan a mujeres en el Congreso de Chiapas – cimacnoticias.com.mx

El trabajo de cuidados

Mientras los hombres se recluyen en proveer recursos económicos, las mujeres han sido relegadas al trabajo de cuidados, considerado como una responsabilidad inherente a su sexo. Esta división de roles ha perpetuado la desigualdad, limitando sus oportunidades de profesionalización e inclusión en el mercado laboral, lo que refuerza estereotipos y roles de género.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hablamos del trabajo de cuidados cuando englobamos aquellas actividades que dan respuestas a necesidades físicas, psicológicas y emocionales de una o más personas en la esfera pública y privada, así como en la economía formal, informal, el cual no está remunerado. 

Datos de la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022 mostraron que en México hay 58.3 millones de personas susceptibles de recibir cuidados en los hogares. Entre ellos, la población infantil entre 0 a 5 años representó el porcentaje más alto de cobertura de cuidados llegando a conformar el 99%; pero también se encuentran personas con discapacidad o dependientes, infancias y personas adultas mayores. 

No obstante, son las mujeres de 15 años en adelante quienes mayormente se dedican a esta tarea conformando el 75.1% de personas cuidadoras. Además, ellas atienden principalmente a niñas y niños, así como se hacen cargo de los cuidados del hogar. De las mujeres que proporcionan cuidados, el 39.1% afirmó tener cansancio; 31.7% disminuyó su tiempo de sueño; 22.7% sintió irritabilidad; 16.3 sintió depresión y el 12.7% vio afectada su salud física. 

Algunas mujeres también tienen un empleo remunerado que balancean con el trabajo de cuidados. La encuesta reveló que la tasa de participación de las mujeres económicamente activas que brindan cuidados es de 56.3%. Además, personas de entre 15 a 60 años, el 42.7% estuvieron en desacuerdo con llevar a las infancias a una guardería o estancia infantil y el 50.6% manifestó no estar de acuerdo con dejar a las personas mayores a una institución para su cuidado. Esta situación muestra una negativa de delegar el trabajo de cuidados a terceros.

Debido a este panorama, el trabajo de cuidados se ha convertido en una barrera para el acceso de las mujeres al mercado laboral golpeando su autonomía económica. La CEPAL (2020) señaló que las mujeres dedican en promedio el triple de tiempo que los hombres a las labores de cuidado no remuneradas, lo que limita su acceso a empleos formales y bien remunerados.

Su impacto en la participación política de las mujeres

Sandra María de los Santos Chandomir apuntó que la distribución desigual del trabajo de cuidados se ve reflejado en la vida política de las mujeres. Por ejemplo, muchas mujeres deben asumir sus responsabilidades políticas y de cuidados a la par generando una sobre carga de trabajo al no contar con servicios de cuidado infantil y políticas de conciliación laboral y familiar. Esta situación es preocupante en el caso de mujeres indígenas, rurales y de sectores populares:

En México, las mujeres indígenas han luchado por el reconocimiento de sus derechos políticos en contextos donde persisten sistemas de usos y costumbres que restringen su acceso a cargos públicos. Aunque ha habido avances en el reconocimiento de sus derechos, la discriminación estructural y la falta de recursos siguen limitando su participación» -Sandra María de los Santos Chandomir

Al día de hoy, se ha notado un incremento de las mujeres a la vida política en el Congreso del Estado de Chiapas siendo que las cuatro últimas legislaturas fueron paritarias; no obstante, continua la brecha de género en los cargos del poder ejecutivo habiendo una gran diferencia en el número de gobernadoras y presidentas municipales respecto a los hombres.

La misma situación se repite a nivel municipal donde el acceso a la presidencia de los ayuntamientos excluye a las mujeres gracias a las estructuras patriarcales donde se obstaculiza su participación. Sandra María de los Santos Chandomir afirma que «si bien la legislación en materia de paridad continúa avanzando, aún persisten las barreras estructurales que dificultan la consolidación de la participación política de las mujeres».

Sandra María de los Santos Chandomir recopiló ocho testimonios de mujeres candidatas que compitieron en procesos electorales en Chiapas entre 2015 y 2024 que muestran cómo la carga de los cuidados influyó en su trayectoria política siendo que cinco de ellas provienen de zonas urbanas y tres de zonas rurales indígenas.

Las candidatas coincidieron en que el trabajo de cuidados es determinante para decidir participar o no en los procesos electorales. Aunque tres de ellas no tenía hijas o hijos al momento de participar, comentaron que en un escenario contrario no se hubieran animado. De las mujeres que ya contaban con hijos, en tres casos ya eran adultos y en dos infantes, sin embargo, contaban con redes de apoyo.

«El análisis de la democracia desde una perspectiva de género no puede ignorar la relación entre la participación política de las mujeres y el trabajo de cuidados. Mientras las estructuras patriarcales continúen delegando la responsabilidad del cuidado exclusivamente en las mujeres, su acceso a la política seguirá siendo desigual» -Sandra María de los Santos Chandomir

Por lo que señaló que se debe pensar en la redistribución del trabajo de cuidados y la implementación de políticas que promuevan la equidad para generar condiciones necesarias para garantizar una verdadera democracia paritaria e inclusiva.


También en Cimacnoticias

Este Web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerle una mejor experiencia y servicio. Al navegar o utilizar nuestros servicios el usuario acepta el uso que hacemos de las cookies. Sin embargo, el usuario tiene la opción de impedir la generación de cookies y la eliminación de las mismas mediante la selección de la correspondiente opción en su Navegador. En caso de bloquear el uso de cookies en su navegador es posible que algunos servicios o funcionalidades de la página Web no estén disponibles. Acepto Leer más