El pasado 19 de noviembre, durante la jornada de la 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se realiza en Brasil, se llevó a cabo la sesión “Mujeres: Voces que Guían el Futuro”, cuyo objetivo fue visibilizar la contribución de las mujeres a la acción climática y destacar la importancia de incluir sus perspectivas en el diseño y la implementación de proyectos ambientales.
Cabe subrayar que el papel de las mujeres en estos espacios es indispensable, pues de acuerdo a un análisis la Organización Mundial de la Salud, realizado en 141 países, detectó que en promedio, los desastres naturales matan más a mujeres que a hombres o matan a las mujeres a una edad más temprana que a los hombres, esto debido a que las mujeres viven condiciones de mayor vulnerabilidad por sus roles y responsabilidades socialmente construidos.
Ante ello, Jurema Werneck, médica y directora ejecutiva de Amnistía Internacional Brasil, destacó la urgente necesidad de actuar frente al cambio climático percibida en los territorios, pues señaló que las mujeres de distintas regiones expresan que la crisis debe comprenderse como una emergencia y que la respuesta institucional debe actuar en prontitud para proteger todas las vidas, todos los biomas y las culturas que en ellos proliferan.
“ Hemos visto fuego en la tierra húmeda, hemos visto sequía en la tierra inundada, hemos visto hambre donde antes había abundancia. Pero también hemos visto la insistencia de las mujeres en rehacer sus vidas», afirmó.
Es por ello que durante la reunión se abordó el avance del Plan de Acción en materia de Género que se negocia en la COP30, documento que actualiza el Programa de Trabajo Mejorado de Lima sobre Género, aprobado en 2014 durante la COP20.
La embajadora Vanessa Dolce, Alta Representante para el Género del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, subrayó que uno de los principales objetivos es evitar que el tema de género permanezca aislado en un grupo específico, pues esto limita la eficacia de la acción climática, por lo que se explicó que ya iniciaron las consultas ministeriales y se designó a Suecia y Chile para conducir las conversaciones con las delegaciones y los grupos negociadores.
Por su parte, la embajadora mexicana Patricia Espinosa, enviada especial de la COP30 para América Latina y el Caribe, señaló que, si bien se han registrado avances en la integración del enfoque de género en el debate internacional, el progreso ha sido lento. Recordó que mecanismos como el Fondo de Adaptación ya contemplan apoyos para proyectos comunitarios, muchos de ellos encabezados por mujeres.
Además, la primera dama, Janja Lula da Silva, destacó que el enfoque de género debe dejar de ser considerado un tema secundario dentro de las decisiones climáticas, pues cada avance en igualdad y participación de las mujeres contribuye a fortalecer la capacidad global de enfrentar la crisis climática y a garantizar condiciones de mayor dignidad para ellas.
Asimismo, hay que destacar que, en días previos, la respuesta institucional en la COP30 frente a esta crisis que afecta de manera desproporcionada a las mujeres incluyó la presentación de diversos proyectos orientados a fortalecer la acción climática. Uno de ellos fue la Declaración de Belém, una iniciativa que busca acelerar la transición energética, modernizar el sector industrial y generar nuevas oportunidades para los países en desarrollo dentro de la economía verde, especialmente para las naciones del Sur Global.
Lanzan Declaratoria de Belém sobre Industria Verde Global en COP30 Brasil
Vivencias
Sumado a la creación de iniciativas, es importante la realización de proyectos liderados por mujeres, como el presentado durante la sesión: «Voces de los Biomas», hecho por Janja Lula da Silva (para las Mujeres), Denise Dora (para los Derechos Humanos y la Transición Justa) y Jurema Werneck (para la Igualdad Racial). A lo largo del año, visitaron los cinco biomas brasileños para conocer las soluciones sostenibles desarrolladas por mujeres.
«En cada lugar encontré a decenas de mujeres que viven en primera línea de batalla contra el cambio climático. Son agricultoras familiares, quilombolas (cimarrones), indígenas, habitantes de la ribera, investigadoras, líderes comunitarias, gestoras públicas y emprendedoras que, a pesar de convivir con pérdidas, escasez, violencia y desigualdades, siguen creando soluciones para proteger la vida, garantizar derechos y mantener vivas las condiciones que sustentan a sus comunidades», contó Janja Lula da Silva.
Asimismo Denise Dora, abogada especializada en derechos humanos y activista feminista originaria de Rio Grande do Sul, señaló la importancia de incorporar las experiencias locales, al debate de la COP30, al recordar cómo las inundaciones en ese estado a las mujeres de su región
«El año pasado viví en primera persona cómo se inundó mi estado, con un gran número de personas que perdieron sus casas, sus recuerdos, sus cartas, sus libros… En particular, acompañé a las mujeres en este proceso de reconstrucción, que fue muy duro. La experiencia de ir a los refugios y sufrir violencia sexual y discriminación en el acceso a los alimentos fue muy dura», recordó la enviada especial de Derechos Humanos y Transición Justa.
Añadió por lo tanto, que escuchar cómo las mujeres de los distintos biomas brasileños estaban viviendo estas crisis y emergencias, cómo resistían y cómo buscaban soluciones para enfrentarlas era, en su opinión, el mensaje más importante que podían transmitir en la COP30.
Sumado a ello, la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, resaltó la tradición ancestral de las mujeres de colaborar para enfrentar situaciones adversas. Explicó que las mujeres comparten saberes, acciones y también el reconocimiento, y señaló que, aunque persiste una lógica cartesiana que reduce todo a la figura de un líder, el mundo necesita aprender a compartir.




