Ciudad de México.- Las alumnas del Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Sur (CCH Sur) continúan organizándose para exigir seguridad y justicia después de un caso de abuso sexual ocurrido el pasado 17 de octubre al interior del plantel. No obstante, las autoridades reaccionaron a esto con presuntos actos de hostigando, denunciaron las mismas estudiantes organizadas e, incluso, siguiéndolas hasta sus domicilios según versiones de las propias afectadas.
En entrevista con Cimacnoticias, miembras de la colectiva Feministas Organizadas Independientes CCH Sur declararon que ha habido denuncias de compañeras suyas quienes han sido hostigadas o intimidadas tanto por personal directivo y administrativo del plantel como por las y los profesores.
Una de las alumnas (a quien llamaremos Frida para proteger su identidad) afirma que una de sus profesoras la amenazó con reprobarla si continúa «en el desmadre de las feministas». Además, afirma que esta misma docente aprovecha el espacio de sus clases para atacar al movimiento estudiantil organizado con comentarios pasivo agresivos.
De acuerdo con Frida, a otras compañeras suyas las han seguido hasta la parada del camión e, incluso, hasta su domicilio. La comunidad estudiantil ya ha denunciado estos actos a través de redes sociales. En el grupo de Facebook CCH Sur Oficial, por ejemplo, se lee el caso de alguien a quien supuesto personal de las Oficinas Jurídicas siguió en el transporte público el pasado 11 de noviembre.
Según la publicación, la persona afectada se percató de que una mujer con uniforme de la UNAM la seguía mientras viajaba en un camión que abordó en el metro Copilco. Al darse cuenta pudo grabar un video en el que se observa a dicha mujer, quien supuestamente la miró con mucha insistencia a lo largo del trayecto.
Pero los actos de hostigamiento comenzaron desde hace tiempo. De acuerdo con información difundida en el mismo grupo de Facebook, una profesora de Derecho amenazó a una alumna con tomar acciones en su contra si la veía participando en las asambleas y manifestaciones, o «atentando contra la propiedad universitaria». Esta amenaza tuvo lugar el pasado 25 de octubre; cuatro días antes, la estudiante asistió a una asamblea y fue identificada por la docente pese a que estuvo encapuchada todo el tiempo.
Esta misma alumna denunció que la noche del 26 de octubre —fecha en la que la comunidad estudiantil tomó la dirección de CCH Sur—, personal del CCH Sur llamó por teléfono a su hogar sin aclarar de qué área o departamento era. Los padres de la joven tomaron la llamada y les dijeron que si se encontraban pruebas sobre la participación de su hija en las manifestaciones o el daño patrimonial a la escuela le interpondrían una denuncia.
La estudiante no fue a la escuela durante los dos días siguientes por temor a ser identificada. Cuando regresó, su profesora de Derecho le pidió que la acompañara a un salón para hablar de su evaluación. En ese salón, estaban dos personas de la Oficina Jurídica; una vez reunidas, le hablaron a la estudiante sobre reconsiderar sus actos y la amenazaron con «poner en tela de juicio su lugar en CCH Sur» si no lo hacía.
Autoridades de CCH Sur hostigan a alumnos vendedores
El acoso institucional por parte de las autoridades y profesores de CCH Sur se ha enfocado directamente en el movimiento estudiantil organizado. De acuerdo con Feministas Organizadas Independientes CCH Sur, el hostigamiento ha llegado a tales niveles que personal de la escuela ha intentado entrar a los «cubos», espacios estudiantiles de organización política. No obstante, estas acciones intimidatorias también han impactado de manera especial a las y los estudiantes que venden diferentes productos para sustentar sus gastos.
«Es un privilegio estudiar sin tener preocupaciones económicas», afirmó la colectiva a Cimacnoticias. Sin embargo, las autoridades no lo ven de la misma forma. Supuestamente, cuando ven a una alumna o alumno vendiendo les piden su número de cuenta y su credencial, y les advierten que «a la próxima» les recogerán su identificación escolar.
Este acoso, sin embargo, no toca a vendedores externos a la escuela. Feministas Organizadas Independientes CCH Sur denunciaron que el personal de vigilancia en la entrada de la institución deja ingresar a personas ajenas a la escuela y éstas sí pueden vender dentro sin ningún problema. Aunque esto ya se ha colocado en diversos pliegos petitorios, las estudiantes afirman que los directivos no han atendido la situación.
Exigencias del alumnado siguen sin atenderse
En su pliego petitorio del 27 de septiembre, las y los estudiantes organizados pidieron que no hubiera represalias contra quienes han participado en las manifestaciones. Sin embargo, las acciones denunciadas por las Feministas Organizadas Independientes CCH Sur dejan ver que esta exigencia no ha sido respetada.
Tampoco se ha dado el seguimiento adecuado al resto de las solicitudes de las y los estudiantes. Según la colectiva de alumnas, el control de ingreso con la credencial de la escuela sólo se implementó un día y fue durante el turno matutino. Además, no se ha puesto vigilancia en la zona del estacionamiento y se sigue permitiendo la entrada de alumnos acusados de agredir y acosar a sus compañeras. A pesar de esto, las estudiantes siguen organizándose para exigir condiciones seguras para seguir estudiando.
«No hemos bajado la guardia. Hemos hecho manifestaciones pacíficas, se ha protestado y se ha hecho iconoclasia en varios edificios», relataron a Cimacnoticias. De igual forma, instalaron otro tendedero de agresores y pintaron murales con mensajes políticos que, no obstante, han sido borrados. Al parecer, lo único que han hecho las autoridades es instalar más luces y botones de pánico.
Las alumnas han asistido a mesas de diálogo y asambleas donde, lamentan, las y los directivos les cambian el tema o «les dan largas» para no atender sus demandas. Por otro lado, quizá debido al final del semestre, el apoyo de la comunidad estudiantil se ha debilitado. Pese a estas circunstancias, las estudiantes continúan organizándose y denunciando la violencia sexual y la inseguridad que se vive dentro de la escuela.