Inicio AgendaEn defensa Ante aumento de violencia feminicida, surgen colectivas feministas y grupos de acompañamiento a víctimas

Ante aumento de violencia feminicida, surgen colectivas feministas y grupos de acompañamiento a víctimas

Por La Redacción

Ciudad de México.- Ante el aumento de la violencia contra las mujeres en México, las colectivas feministas y los grupos de acompañamiento de víctimas se conformaron para demandar respeto a los Derechos Humanos, acceso a la justicia y atender las problemáticas que las autoridades dejan en el olvido, aunque en el proceso pongan su vida en riesgo. 

Al participar en el programa de radio “Análisis Feminista” de Radio Violeta, la defensora de la colectiva “Las Siempre Vivas”, Alejandra López Lujano, dijo que las colectivas y grupos de acompañamiento integrados por mujeres surgieron de la rabia y de la empatía que sienten hacia las violencia que afectan a otras mujeres, porque la mayoría de las mexicanas han sufrido algún tipo de violencia en cualquier lugar, circunstancia y tiempo. Juntarse se convirtió en una herramienta para sanar las emociones, explicó. 

López Lujano relató que estos grupos han ayudado a generar redes de comunicación que respondan ante cualquier agresión contra una mujer. Evidencia de ello es la creación del “Grupo de acompañamiento político a la familia de Lesvy Berlín Rivera Osorio” y las marchas que éste convocó, las cuales sirvieron para que más casos de violencia en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), otras facultades y de otros estados salieran a la luz y fueran apoyados a través de distintas acciones.  

Este grupo de acompañamiento, dijo Lujano, inició luego de que Lesvy Berlín Rivera fuera asesinada en mayo de 2017 en una caseta telefónica frente al Instituto de Ingeniería de la UNAM. Su cuerpo estaba semisuspendido con el cable del teléfono público enredado en su cuello, por lo que la Procuraduría General de la Justicia (PGJ) anunció que Lesvy se había suicidado frente a su entonces pareja, Jorge Luis. Desde entonces la familia y el grupo comenzaron la búsqueda de justicia para que el caso fuera investigado como un feminicidio. 

Luego de las movilizaciones del grupo de acompañamiento, en octubre de 2019 el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJ) sentenció a 45 años de prisión a Jorge Luis por el delito de feminicidio agravado contra Lesvy Berlín, sin embargo la familia de la joven apeló la sentencia, por lo que en octubre de 2021, la Quinta Sala del Tribunal Superior de Justicia de la CDMX confirmó la sentencia y aumentó a 52 años y 6 meses la pena de cárcel contra el feminicida. 

“El caso de Lesvy impulsa que los casos de violencia en la UNAM y en otras universidades salgan a la luz, de mujeres que también han sido asesinadas de esa manera. A dos años del asesinato de Levy, lamentablemente ocurre el de Aideé Mendona Jerónimo, joven de 18 años que recibió una balazo que acabo con su vida mientras asistía a una clase matemáticas en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) de la UNAM”, detalló López Lujano. 

Actualmente este caso sigue sin esclarecerse y existen diversas versiones de dónde provino el disparo. Una de estas versiones es que el disparo vino de algún punto del colegio y que el origen de todo había sido una riña por una supuesta venta de drogas, otras que era una bala perdida fuera del plantel y otra que el disparo fue dentro del salón, pero nada ha quedado claro para la familia de la joven que aún exige justicia.

Por su parte, la defensora del colectivo“Nos Queremos Vivas Neza”, Elsa Arista González, observó que las mujeres se organizaron en el Estado de México porque la violencia había alcanzado tamaños desproporcionados y agresivos, prueba de ello fue el caso de Valeria de 11 años, quien en junio de 2017 subió a una combi y el conductor la agredió sexualmente y asesinó. Su cuerpo fue abandonado dentro del vehículo en las calles de la Colonia Benito Juárez, el agresor fue identificado como José Octavio “N” y fue aprehendido.

Arista González detalló que cuando abrieron la página de Facebook del colectivo, llegaron a ellas muchos casos de violencia sexual, desaparición, agresiones y de muchas más violencias. Las denunciantes buscaban asesoría jurídica y la mayoría de las víctimas eran menores de edad. “Nos dimos cuenta que estábamos enfrentando un monstruo, que vive de una estructura patriarcal que mantiene a las mujeres en una condición de desigualdad frente a los hombres”, detalló la defensora. 

El sistema patriarcal, añadió, pretende que las mujeres dependan económicamente de los hombres para así ejercer ciertas agresiones contra ellas sin permitirles salir de esas situaciones. Esta vulnerabilidad aumenta por la negligencia de las autoridades en la atención de los delitos contra las mujeres, y los procesos de justicia dejan de ser prontos y expeditos para convertirse en un víacrucis sin salida porque no se reconoce el papel vital que tienen las mexicanas en la vida pública, derechos u opiniones.

Ejemplo de ello, enfatizó, es que las Alertas de Género, que son un mecanismo que busca proteger, prevenir y eliminar la violencia de género, no han desencadenado ningún avance. Esto, dijo Arista González, porque el personal que las implementa no ha desarrollado un cambio en su pensamiento. El Estado de México tienen declaradas dos AVG, una desde 2015 por el alto número de casos de feminicidio, y otra desde 2019 por desaparición de mujeres.

Hasta noviembre de 2021 se cuenta un total 23 mil 352 mujeres desaparecidas, de las cuales 22 mil 213 son originarias del Edomex, 7 mil 155 de Guanajuato, 4 mil 995 de Jalisco, 4 mil 744 de Michoacán, 5 mil 493 de Tamaulipas y 4 mil 993 de Puebla, según cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas.

Ambas defensoras coincidieron que es necesario que más mujeres se sumen a estas colectivas o grupos para demostrar que las violencias que viven son producto de pensamientos y acciones que están normalizados como “no agresivos”, pero en la realidad un insulto o un empujón pueden pasar en segundo a ser un caso de feminicidio. 

Para ellas estos grupos y colectivas han sido el refugio para no olvidar a las víctimas, reivindicar la memoria de ellas y de sus madres que luchan, fortalecer el uso de la voz, promover la actuación. “Nosotras buscamos cambiar la cultura, generar perspectiva de género y tomar las calles”, dijo Arista González. 

21/AEG/AJSE

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