Ciudad de México.- Pese a que el trabajo del hogar remunerado contribuye al funcionamiento de las dinámicas familiares y la economía del país, el 97 por ciento de las mujeres que se dedican a esta labor lo hacen en condiciones de informalidad, tal como apunta la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres. Esto implica que las trabajadoras no tienen derechos declarados y se enfrentan a la precarización.
Por ello, actualmente se busca reconocer su derecho de afiliación al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), luego de años de ser invisibilizadas por un sistema que las ha explotado y mantenido en condiciones de inseguridad laboral.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México existen más de 2.2 millones de personas empleadas del hogar, de las cuales el 89 por ciento son mujeres: 1.94 millones.
Tras una incansable lucha por parte de mujeres y sociedad civil, en 2019 dio inicio el Programa Piloto para la Incorporación a las Trabajadoras del Hogar a la Seguridad Social del IMSS, ordenado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Sin embargo, hasta hoy únicamente hay 49 mil 482 inscripciones, lo que representa solo el 2 por ciento de los más de 2.2 millones de personas que se dedican a las labores del hogar remunerado.
De ahí la importancia de la reciente iniciativa que fue aprobada en comisiones de la Cámara de Diputados, la cual tiene por objetivo adicionar y derogar diversas disposiciones de la Ley del Seguro Social para garantizar el acceso efectivo de las trabajadoras del hogar al régimen integral de la seguridad social.
Con las modificaciones propuestas, las y los empleados quedarían cubiertos con el seguro de enfermedades y maternidad, riesgo de trabajo, invalidez y vida, seguro de retiro, cesantía y vejez, de guarderías y prestaciones sociales bajo un esquema simplificado.
Para la activista y directora del Centro de Atención y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH), Marcelina Bautista Bautista, esta reforma no bastará si no se realiza una correcta difusión con perspectiva de género sobre las obligaciones que tienen las y los empleadores con las trabajadoras.
“Es necesario que se haga una buena campaña de comunicación para que las trabajadoras del hogar tengan una vida digna. De no ser así, no lograremos que tengan el seguro con las prestaciones y los derechos que establecerá esta reforma”, aseveró Marcelina Bautista.
El próximo 22 de julio se conmemora el Día Internacional del Trabajo Doméstico, establecido en 1983 durante el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (EFLC). Con esta conmemoración, se busca reconocer la labor al interior de los hogares –tanto remunerada como no remunerada– y sus aportaciones económicas y sociales en cada país. Además, se pretende evidenciar cómo la desigualdad en este trabajo afecta principalmente a las mujeres.
En este sentido, dar un paso hacia el respeto y la protección de los derechos de las empleadas del hogar representará un avance en su travesía por una vida digna y segura.
