En América Latina son escasos los marcos normativos para proteger a las mujeres políticas en los espacios digitales, pues continúan enfrentando violencia la cual se enfoca principalmente en comentarios sobre su físico, sus capacidades y vida familiar, señalaron especialistas durante el Diálogo de alto nivel sobre violencia digital hacia las mujeres políticas, en el marco de la 67 sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) organizado por la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM).
Las democracias en la región continúan enfrentando importantes desafíos para lograr una participación igualitaria de las mujeres en la política y, en particular, en los cargos de gobierno, detalla la CIM. Dicha Comisión ha referido que entre los múltiples factores de género que impiden el desarrollo de democracias paritarias, destaca la violencia contra las mujeres.
“De acuerdo con una encuesta global de la Unión Interparlamentaria (IPU, 2016), el 81.8 por ciento de las mujeres legisladoras en el mundo declararon haber sufrido de violencia psicológica en algún momento de su periodo parlamentario. En este marco, la violencia digital es hoy una preocupación central para las mujeres y lideresas políticas de la región y se ha convertido en uno de los principales riesgos para la convivencia democrática, la libertad de expresión, privacidad y seguridad digital de las mujeres”, destaca la CIM.
Violencia digital niega derechos políticos de las mujeres
Nancy Rosalina Tolentino Gamarra, ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables de Perú, destacó que el impacto de las redes sociales en la vida de las mujeres políticas “es muy fuerte”, pues en este espacio los ataques son inmediatos, rápidos, es difícil obtener pruebas y lograr sanciones.
“Se niegan nuestros derechos a participar en este medio, cuando no somos impostoras, debemos estar, permanecer y tener éxito”, explicó.
La funcionaria añadió que incluso las mujeres jóvenes enfrentan estas violencias al intentar incursionar en la política en espacio escolares. Recordó el caso de una mujer, quien aspiraba a un cargo en Consejo Universitario, pero un compañero suyo hizo público su número telefónico acompañado de un mensaje en el que ofrecía “servicios sexuales”. Esto provocó que ella intentara quitarse la vida.
Ante este panorama Paola Cabezas Castillo, política y periodista ecuatoriana, señaló que “hacer política no debe ser un acto de valentía”, por eso explicó que el primer paso es “reconocer que los espacios políticos no son amigables con las mujeres”, para de esta forma construir mecanismos para enfrentarlo.
La CIM destaca que la violencia digital contra las mujeres no es un problema aislado, sino que se localiza en un contexto social más amplio de desigualdad y discriminación de género contra las mujeres que participan en la vida política, bien sea como candidatas electorales o cuando ocupan un cargo de gobierno, se ejerce también contra las defensoras de los derechos humanos, así como también contra las mujeres que están al frente de organizaciones políticas.
Esta violencia es una expresión dinámica que abarca prácticas muy diversas de violencia facilitadas o reconfiguradas por las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y que se dirige contra las mujeres que participan en la política, con base al género y causa en las mujeres que la enfrentan daños y sufrimientos psicológicos, físicos, sexuales y/o económicos, y tiene efectos familiares, sociales y colectivos e implicaciones para la calidad de la democracia y el ejercicio de los derechos y las libertades.
