Inicio Columna Cuando nos volvimos humanas

Cuando nos volvimos humanas

Por Lucía Lagunes Huerta

En días pasados leía el artículo de la jurista feminista Alda Facio, quien escribe a propósito de la conferencia mundial sobre derechos humanos que se desarrolló en Viena en 1993, que este año cumple 30 en donde las mujeres y sus derechos son reconocidas como tal.

Este reconocimiento hace 30 años hizo evidente que nada es neutro incluso los derechos humanos, pues en siglos de historia de la humanidad, la separación entre mujeres y hombres construyó la vara de medición de lo humano desde el lado masculino y provocó entonces que todo aquello que ocurre con las mujeres se hubiera quedado fuera de lo humano y por lo tanto de los derechos humanos.

Alda Facio, quien ha formado a cientos de mujeres abogadas en el mundo como feministas, nos deja ver en su artículo, que todo aquellos que se tuvo que nombrar en Viena como derechos humanos de las mujeres nos hizo humanas, porque se reconoció que todos los derechos se nos fueron negados simplemente por tener un sexo distinto al masculino.

Y esta pequeña gran diferencia, nos alejó de la posibilidad de acceder como cualquier humano a todos los derechos, así que la primera barrera a tirar en Viena era esta discriminación que genera el sexo. 

Y afortunadamente se logró y con ello, explica Facio, nace el sujeto “mujer” en el derecho internacional.

Este logro trae consigo mecanismos especiales en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para atender los Derechos Humanos de las mujeres y es a través de estos que la debida diligencia y la reparación del daño, que hoy son tan útiles y benefician a toda la humanidad nacen a partir del litigio de la violencia contra las mujeres.

Y traigo a cuenta esta historia, porque es importante tener claro el camino recorrido y lo que hemos ganado porque de acuerdo con el Índice de Normas Sociales de Género de la ONU tenemos graves retrocesos que impiden que la humanidad de las mujeres sea plena.

A ras de piso los prejuicios siguen jugando en contra de nosotras, todavía se cree que las mujeres no son suficientemente buenas como líderes políticas e incluso hay enormes justificaciones para que la violencia contra las mujeres siga cobrando vidas.

Estos prejuicios sexistas impiden que aún cuando en la norma ganamos el reconocimiento de la humanidad de las mujeres, en lo cotidiano los lastres de la división entre mujeres y hombres, sigue pesando en contra, pues la vara de medición sigue estando cargada desde la masculinidad. Donde el sexo pesa para la discriminación y para su justificación.

Porque no hay ningún país en el mundo que no tenga estos prejuicios en mayor o menor medidas, prejuicios sexistas que siguen siendo los diques, los muros que impiden una humanidad humana, especialmente vemos que sí bien las mujeres avanzamos en deshacernos de los prejuicios que nos limitan, en el caso de los hombres crecen estos prejuicios, especialmente cuando está de por medio el poder. 

Se desarrolla una ecuación inversa, de acuerdo con el Índice, a mayor avance de las mujeres, más prejuicios sexistas en los hombres que son esos muros invisibilizados por la costumbre que nos limitan.

En el caso mexicano el índice deja al descubierto el incremento entre la población del sesgo de género pues al comparar el periodo de 2010 a 2014 con 2017 a 2022, el sesgo creció en tres puntos porcentuales, en términos generales al pasar de 87 por ciento a 90 por ciento de la población que tiene por lo menos un sesgo de género, que es contrario a las mujeres.

Ahora bien, cuando enfocamos esta revisión al apartado de las mujeres en el ámbito político, que es uno de los indicadores, el sesgo en contra de las mujeres creció en prácticamente 17 por ciento al pasar del 41 por ciento al 58.

 Este crecimiento que casi alcanza al 60 por ciento de la población me lleva a pensar que hay una distorsión en la lectura sobre el ejercicio de poder de las mujeres en nuestro país que está alimentando más el prejuicio machista que señala que los hombres son mejor líderes que ellas.

Esto especialmente hay que ponerlo a reflexión cuando tenemos un tercio del país gobernado por mujeres.

Y vemos crecer la presencia femenina en el mundo público mexicano.

Qué mensaje se está mandando que no contribuye a eliminar el prejuicio contra las mujeres, me parece que es lo que debemos preguntarnos y tal vez una respuesta desde las mujeres en el mundo público es gobernar y moverse en el mundo político con autonomía explícita, no permitir ser miradas como las piezas de un ajedrez que es jugado por los hombres. 

Y en el caso de los hombres dejar de actuar como los únicos jugadores en el tablero.

No basta con ser más, el número no es suficiente, ahora lo estamos viendo, es necesario hacer evidente nuestros aportes desde nosotras y hacer evidente la diferencia al momento de tomar las decisiones y gobernar.

En este proceso electoral tan adelantado con mayor presencia femenina, las mujeres necesitan estar por si mismas, con sus ideas y su trayectoria, si queremos que el avance de las mujeres vaya de la mano de declive de los prejuicios es necesario dejar de ser piezas de ajedrez y convertirse en jugadoras.


When we became human

In recent days I was reading an article by feminist jurist Alda Facio, who writes about the world conference on human rights held in Vienna in 1993, year in which they celebrated its 30th anniversary, where women and their rights were recognized as such. 30 years ago, this recognition made it clear that nothing is neutral, not even human rights, because in centuries of human history, the separation between women and men has built the measurement of what is human from a masculine point of view, and therefore what happens to women has remained outside of what is considered human, therefore, also being excluded of human rights.

Alda Facio, who has trained hundreds of women lawyers in the world as feminists, shows us in her article that what was named in Vienna as women’s human rights made us human, because it acknowledged that before that rights were denied to us simply for having a sex other than male.

And this small difference distanced us from the possibility of accessing all rights like any other human being, so the first barrier to be removed in Vienna was this discrimination based on sex. 

Fortunately, this was achieved and with it, Facio explains, the subject «woman» was born to the lens of international law.

This achievement brings with it special mechanisms to the UN Human Rights Council to address the human rights of women and it is through these success that proper due diligence and reparation of damages -which today are so useful and benefit all of humanity- were born from the litigation of violence against women.

And I bring this story to mind, because it is important to be clear about the road we have traveled and what we have gained, because according to the UN Gender Social Norms Index, we have serious setbacks that prevent women’s humanity from being fulfilled.

At ground level prejudices still play against us, it is still believed that women are not good enough as political leaders and there are even huge justifications for violence against women to continue claiming lives.

These sexist prejudices prevent that even when in the norm we gain recognition of the humanity of women, in everyday life the burdens of the division between women and men, continue to weigh against us, because up to this date, the social standards are still loaded with masculinity. Sex is a heavy matter for discrimination and the way it is justified.

Because to a greater or lesser extent, there is no country in the world that does not have these sexist prejudices that continue to be the dams, the walls that prevent a humane humanity, especially we see that while women are making progress in getting rid of the prejudices that limit us, in the case of men these prejudices grow, especially when power is involved. 

An inverse equation develops, according to the Index, the more women advance, the more men continue to develop sexist prejudices, these are the invisible everyday walls that limit us.

In the Mexican case, the Index reveals the increase of gender bias among the population, since when comparing the period from 2010 to 2014 with 2017 to 2022, the bias grew by three percentage points, in general terms, going from 87 percent to 90 percent of the population that has at least one gender bias, which is against women.

Now, when we focus this review on women in the political sphere, which is one of the indicators, the bias against women grew by almost 17 percent, going from 41 percent to 58 percent.

This growth, which almost reaches 60 percent of the population, leads me to think that there is a distortion in the reading of women’s exercise of power in our country, which is feeding the machista prejudice that men are better leaders than women.

This is especially important to reflect on when a third of the country is governed by women.

And we see the female presence in the Mexican public world growing.

What messages are being sent that have not contributed enough to erradicate the prejudice against women, it seems to me that this is what we should ask ourselves and perhaps an answer from women in the public world is to govern and move in the political world with explicit autonomy, not to allow ourselves to be seen as the pieces of a chess game that is played by men. 

And in the case of men, to stop acting as if they were only players on the board.

It is not enough to be more, the number is not enough, now we are seeing it, it is necessary to make evident our contributions from us and make evident the difference at the moment of making decisions and governing.

In this electoral process so far ahead with greater female presence, women need to be by themselves, with their ideas and their trajectory, if we want the advancement of women to go hand in hand with the decline of prejudices, it is necessary to stop being chess pieces and become players.

También en Cimacnoticias

Este Web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerle una mejor experiencia y servicio. Al navegar o utilizar nuestros servicios el usuario acepta el uso que hacemos de las cookies. Sin embargo, el usuario tiene la opción de impedir la generación de cookies y la eliminación de las mismas mediante la selección de la correspondiente opción en su Navegador. En caso de bloquear el uso de cookies en su navegador es posible que algunos servicios o funcionalidades de la página Web no estén disponibles. Acepto Leer más

-
00:00
00:00
Update Required Flash plugin
-
00:00
00:00
Ir al contenido