Ciudad de México.- La también arquitecta, gestora cultural y periodista de la comunidad indígena K´iché de Guatemala, Ana Lucía Ixchíu Hernández, fue reconocida por el Festival de Cortos en Cannes, Europa, con el premio a Mejor cortometraje documental por su trabajo: Uq´axik b´ o Atravesar caminos, en español, historia que narra su proceso de exilio y la situación activa de su país.
En el documental, Lucía Ixchíu cuenta en 5 minutos su historia exilio; apoyándose de la poesía expone, con su caso como ejemplo, la situación que viven muchos defensores y activistas en Guatemala, al ser víctimas de persecución judicial y violencia política de todo tipo, aunado a la criminalización y difamación por su labor y compromiso social.
Lucía Ixchíu, fue obligada abandonar su país desde hace 4 años por su propia seguridad; en 2020 se encontraba documentando la tala ilegal en el bosque comunitario de Alta, en Totonicapán, Guatemala, ante esto sufrió múltiples amenazas e intentos de asesinato, no sólo en su contra, también contra su hermana y aliados activistas de la misma causa. Aunado a ello, sufrió de varios momentos de represión por su trabajo en documentación, así como retenciones paramilitares y criminalización, además de múltiples actos de violencia.
“Decidí hacer una película porque estoy exiliada, porque soy perseguida en mi país […] de mi parte creo que eso ha sido lo que ha inspirado contar mi historia, hacerme justicia, porque lamentablemente quienes estamos fuera del país en contra de nuestra voluntad hemos tenido que vivir campañas de difamación, violencia y pues yo tengo todo el derecho de contar mi propia verdad y el cine sin duda me ha ayudado a hacerlo”.- Lucía Ixchíu para Cimacnoticias.
Ana Lucía Ixchíu Hernández, mejor conocida como Lucía Ixchíu, es una mujer indígena maya de Totonicapán, Guatemala, hija de Pedro Ixchíu, líder indígena quien también fue presidente de la organización indígena “48 Cantones de Totonicapán”, siguiendo sus pasos, Lucía es gestora cultural desde los 12 años, además, gracias a su madre Aury Hernández, quien ha trabajo activamente por la economía y autonomía de la mujer indígena, también es parte fundamental del activismo feminista de su país.
“Encontré que el feminismo era una espacio donde yo encontraba respuestas en ese momento para las luchas de las mujeres, y bueno, definitivamente todo lo que yo realizo y hago esta interseccionado, por supuesto, por mi identidad como una mujer maya K´iché”. – Lucía Ixchíu.
Lucia, también es cofundadora de Mujeres en Movimiento, un encuentro feminista de “mujeres universitarias diversas” de la Universidad Pública de Guatemala y Festivales Solidarios, un proyecto que pone al arte al servicio de la defensa de territorio; Lucía Ixchíu, formada como arquitecta, actualmente cuenta con más de 12 años de experiencia en el campo de la comunicación y desde 2024 se ha dedicado a su carrera como cineasta, siendo Uq´axik su primer trabajo fílmico.
La activista es reconocida por su labor en defensa de los derechos humanos de las comunidades indígenas, incentivando el uso de las comunicaciones para preservar las lenguas indígenas, en 2015 denunció las amenazas y violencia física hacia la prensa comunitaria por visibilizar las manifestaciones indígenas en contra de la construcciones de una presa hidroeléctrica que atentaba contra el bienestar de la biodiversidad con un alto impacto ecológico y cultural.
Lucía Ixchíu fue reconocida en 2016 por The New York Times en el artículo Los rostros de la nueva política en Guatemala, en el artículo los y las activistas abordaron el acceso al poder como la única vía de cambio.
“Dadas las circunstancias de venir de uno de los países de Centroamérica más desiguales en la región, en el mundo, obviamente ser mujer ha sido un reto muy difícil muy rudo, pero que también ha sido hermoso”. – Lucía Ixchíu.
Ixchíu ha visibilizado, a lo largo de toda su carrera, las violencias e injusticias que sufren las comunidades indígenas y las mujeres de las mismas, denunciando abusos de poder por parte del Estado, el ejército y empresas poco éticas, actualmente, aunque se encuentra fuera de su país sigue siendo pieza fundamental en la resistencia de Guatemala.
“Vengo de la realidad de los pueblos originarios en el mundo, pero también vengo de los sueños de mujeres que fueron visionarias, que proyectaron en nosotras todos sus sueños de transformación de cambio, de que las mujeres indígenas si podemos estar en todos los espacios, para mí, esto es honrar a mis ancestras […] todo el silencio que mi madre, que mis abuelas, tuvieron que guardar es para que hoy yo pueda gritar”. – Lucía Ixchíu.
Mujeres en el cine
El mundo cineasta es solo otro de los tantos campos apropiados por los hombres, rezagando a las mujeres que no cumplen con la edad o estereotipos establecidos a pequeños papeles, sin mencionar que son pocas las mujeres cineastas productoras o directoras reconocidas.
Según un estudio de la Universidad Queen Mary de Londres, demostró que el 90 por ciento de las actrices esta propensa a vivir en condiciones de precariedad, mientras que sólo el 2 por ciento del resto puede sustentar una vida digna dependiendo 100 por ciento de la actuación.
En cuanto a la parte de producción de cine, según un análisis del Centro para el Estudio de la Mujer en la Televisión y el Cine de la Universidad Estatal de San Diego, el año 2020 fue el más representado por mujeres en el área de producción Hollywoodense, abarcando sólo el 16 por ciento de mujeres directoras de las 100 películas más taquilleras del año.
En el mismo año; de acuerdo con el Anuario Estadístico (2020) de Cine Mexicano del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) de 2010 a 2020 la contribución femenina representó el 37 por ciento de los proyectos dentro de la industria cineasta; con una alta tasa de participación en el área de producción con un 56 por ciento; dirección obtuvo 30 por ciento y guionismo 39 por ciento.
En relevancia temporal, según el Informe Anual CIMA 2023 “La representación de las mujeres del sector cinematográfico del largometraje español” se demostraron los porcentajes de distribución del trabajo por criterio sexual, siendo dirección una de las más bajas en representación femenina con 29 por ciento y maquillaje y vestuario las dos más altas con 81 por ciento y 85 por ciento respectivamente, demostrando la división sexual del trabajo en la industria cinematográfica.
