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La mujer y los conflictos armados

Con información de Amnistía Internacional

La guerra es otro de los escenarios en los que el papel de las mujeres queda invisibilizado, pese a ser tan protagonistas como los hombres y sufrir las consecuencias. Vamos a hablar de cómo se ven afectadas las niñas y las mujeres en tiempos de guerra atrapadas muchas veces en un fuego cruzado entre dos bandos. La mayoría son separadas de sus familiares, detenidas o víctimas de la violencia. Muchas enviudan o pierden a sus hijos y tienen que encontrar la resiliencia y los recursos para hacer frente a los desafíos y traumas de la guerra. Su sufrimiento suele ser ignorado o directamente silenciado.

Ahmed akacha. Foto: archivo Pexels.

¿Cuál es el papel de las mujeres en tiempos de guerra y otros conflictos armados?

Ya sea como enfermeras, cuidadoras, madres, hijas, espías o combatientes activas, las mujeres han sido parte de los conflictos a lo largo de la historia. Normalmente las mujeres en tiempos de la guerra forman parte de la población civil, aunque al igual que hombres y niños, pueden ser víctimas de tortura, ataques indiscriminados, asesinatos, amenazas, secuestros, desapariciones forzadas, detenciones, encarcelamiento, violencia sexual, desplazamiento o reclutamiento forzado. Ellas, además, tienen que velar por la alimentación y la supervivencia de sus familias, encontrando el sustento y la atención médica necesarias en una situación personal de pobreza, pérdida de trabajo y destrucción del hogar.

Algunas mujeres participan activamente en la guerra. Por ejemplo, en las desmovilizadas Fuerzas Armadas de Colombia (FARC), cerca del 40% de los combatientes fueron mujeres. En el Kurdistán, las Unidades Femeninas de Protección contaron con más de 30 mil 000 integrantes. Estas guerrilleras kurdas combatieron para liberar Irak y Siria del autodenominado Estado Islámico y con el objetivo de lograr la igualdad.

Las mujeres en tiempos de guerra: ¿cómo se ven afectadas?

Las desigualdades de género se incrementan durante los conflictos y es por ello por lo que las mujeres en tiempos de guerra juegan un papel difícil. Según las Naciones Unidas, las niñas tienen un 90% menos de probabilidad de tener acceso a la educación que los niños en zonas de conflicto. También son víctimas de matrimonios infantiles, de trabajo esclavo o de ser reclutadas como niñas soldados.

En un intento de huir del conflicto o de sus consecuencias, muchas mujeres en tiempos de guerra se convierten en desplazadas o refugiadas, a pesar de los peligros a los que se exponen, como el tráfico de personas y la trata con fines de explotación sexual. Los conflictos las separan de sus maridos, hijos y familiares, las dejan solas y en el exilio, y las obligan a afrontar en solitario todas las responsabilidades y el cuidado.

Las mujeres en tiempos de guerra como “botín”

Las mujeres y las niñas en tiempos de guerra son tratadas como “botín”. La violación es una táctica utilizada como estrategia de terror y como forma de tortura. Las consecuencias físicas y mentales de estas agresiones dejan huellas emocionales y físicas imborrables. Esta forma de agresión también puede ser utilizada como parte de una limpieza étnica, tal y como se vio con las violaciones sistemáticas y los embarazos forzosos de la antigua Yugoslavia en los años noventa.

Otro genocidio fue el perpetrado contra la comunidad yazidí a manos del autodenominado Estado Islámico entre 2014 y 201. Los hombres y niños mayores que se negaron a convertirse al Islam fueron ejecutados y los que se convirtieron al Islam fueron obligados a realizar trabajos forzados. Las mujeres fueron vendidas como esclavas y, junto a miles de niñas, fueron raptadas, esclavizadas, torturadas, violadas y asesinadas.

La buena noticia es que el pasado 1 de marzo de 2021, el Parlamento iraquí aprobó la Ley de Supervivientes Yazidíes, que establece un marco de reparación para quienes sobrevivieron a los crímenes del Estado Islámico, incluidas las mujeres y las niñas que fueron objeto de violencia sexual, así como sobrevivientes de secuestros infantiles.

Otro de los ejemplos más dolorosos de la historia que sufrieron las mujeres en tiempos de guerra fueron las 200.000 “mujeres consuelo” o “mujeres de solaz”convertidas en esclavas sexuales por el ejército japonésantes de la Segunda Guerra Mundial y a lo largo de ella. Estas mujeres fueron llevadas a prostíbulos, encerradas y sometidas a violencia sexual por parte de los militares japoneses. Se estima que fueron torturadas y violadas por una media de 30 soldados al día durante un periodo de tiempo que osciló entre las tres semanas y los ocho años. A muchas las mataron o se suicidaron y, las que sobrevivieron y regresaron a casa, estuvieron decenios sin contar sus historias por temor a ser estigmatizadas. Muchas de las mujeres víctimas de violación y abusos viven con la marginación a la que son sometidas por la responsabilidad que les atribuyen en las sociedades más patriarcales.

Foto: Pexels. Ahmed akacha

¿Qué fue de las niñas secuestradas por Boko Haram?

Más recientemente, en Nigeria, 279 alumnas de una escuela de Chibok fueron secuestradas por el grupo armado Boko Haram en abril de 2014. La mayoría de las niñas escaparon o fueron liberadas, pero muchas permanecen todavía cautivas.

A día de hoy se siguen produciendo secuestros masivos de escolares en Nigeria, donde cientos de niños y niñas han muerto o son víctimas de violación u obligados a unirse a Boko Haram. El cierre de cientos de escuelas ha dado pie a un aumento de matrimonios prematuros y embarazos precoces de niñas en edad escolar.

Boko Haram y las fuerzas de seguridad nigerianas siguen cometiendo graves delitos en el nordeste del país. El conflicto ha creado ya una crisis humanitaria, con más de 2.000.000 de personas desplazadas.

Exhibición de atrocidades a niñas y mujeres en Tigré occidental, Etiopía

Según informes de Amnistía Internacional, soldados y milicianos han sometido a las mujeres y las niñas a violación, esclavitud sexual, mutilación sexual y otras formas de tortura en el conflicto armado de Tigré occidental, en Etiopía. Los delitos sexuales perpetrados a las niñas y a las mujeres en tiempos de guerra constituyen crímenes de guerra y posibles crímenes de lesa humanidad. La violencia sexual se ha cometido con escandalosos niveles de brutalidad, palizas, amenazas de muerte e insultos étnicos. Entre las supervivientes entrevistadas por la organización, 14 contaron que habían sufrido violaciones en grupo a manos de múltiples combatientes de Tigré, algunas violadas delante de sus hijos. Personal médico que las atendió explicó a Amnistía Internacional que dos de ellas habían sido tratadas por desgarros probablemente causados con bayonetas o fusiles introducidos en sus genitales.

Años de conflictos armados en Yemen, Afganistán y Siria. Las grandes víctimas: las mujeres y niñas en tiempos de guerra

En Yemen se vive la peor crisis humanitaria del mundo a causa del conflicto armado entre las fuerzas del Gobierno, respaldado por Arabia Saudí, y los rebeldes hutíes, respaldados por Irán. Más de 15 millones de yemeníes viven por debajo del umbral de la pobreza. Las tres cuartas partes de la población desplazada en el país son mujeres y niñas. Además, en una sociedad patriarcal como la yemení, el conflicto ha aumentado el riesgo de abuso y explotación al que están expuestas las mujeres. En este país, tres millones de mujeres y niñas en tiempos de guerra corren el riesgo de padecer violencia de género.

Siria no es buen lugar para ser mujer. Según el Informe Global de Brecha de Género 2020, que analiza los peores países del mundo para ser niña o mujer, este país ocupó el puesto 150 de 153. La guerra no ha hecho sino multiplicar los abusos, la violencia sexual, el matrimonio infantil forzado o la violencia machista.

En Afganistán, desde que en agosto de 2021 tuvo lugar la toma del poder por parte de los talibanes, la situación de los derechos de las mujeres y niñas se ha deteriorado enormemente. Las mujeres en la guerra de Afganistán han perdido todos sus derechos humanos fundamentales. Ahora no se les permite trabajar, no tienen acceso a la educación y se han implantado políticas estrictas contra el profesorado femenino y la circulación de las estudiantes. Las líderes afganas, activistas, artistas, deportistas, políticas y muchas más han tenido que huir del país temiendo por sus vidas. Decenas de ellas siguen atrapadas en Afganistán y se enfrentan a represalias de los talibanes.

Ahmed akacha. Foto archivo Pexels
Khaled Akacha, Arihah, Idlib Governorate, Syria. Libre uso Pexels

La invasión de Ucrania. Las mujeres en la guerra Rusia-Ucrania

La invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero supuso una conmoción para el país y para el mundo entero. Ucrania es uno de los países más pobres de Europa, donde las mujeres representan el 72,2% de las personas registradas para recibir asistencia social. También tienden a trabajar en sectores asociados con salarios más bajos y están infrarrepresentadas en los puestos de alta dirección.

Durante la pandemia de COVID-19, las mujeres experimentaron un mayor estrés económico causado por la doble carga de trabajo doméstico y de cuidados y los limitados recursos financieros. Y ahora, el conflicto armado solo va a disparar las desigualdades de género ya existentes.

A tenor de las estadísticas, la violencia de género afecta al menos a una quinta parte de las mujeres en Ucrania. Y, según informes de Amnistía Internacional “la policía sigue siendo reacia a registrar las quejas de sobrevivientes de la violencia de género intrafamiliar, y la impunidad generalizada disuade a muchas víctimas de denunciar”.

Foto: Archivo Pexels. Dmitry Zvolskiy

Resolución 1325 sobre las mujeres, la paz y la seguridad

En el año 2000, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 1325 sobre las mujeres, la paz y la seguridad, que supuso un hito histórico. Esta resolución reconoce que la guerra afecta de manera diferente a las mujeres, y defiende la necesidad de aumentar su papel en la toma de decisiones respecto a la prevención y la resolución de conflictos. Desgraciadamente, pese a que varias partes del mundo se han visto afectadas por luchas encarnizadas, los compromisos adquiridos siguen sin cumplirse.

Estas mujeres sobrevivieron a las horribles condiciones del campamento del Hospital de Bama, huyendo del conflicto armado en Nigeria. Cientos de personas murieron de hambre en este campamento. © Gbemiga Olamikan/Amnesty International

  • Las investigaciones demuestran que los países en donde hay más mujeres en las ramas legislativas y ejecutivas del Gobierno tienen menos gastos en defensa y mayor gasto social.
     
  • Entre 1992 y 2019, en promedio, solo el 13 por ciento de las personas negociadoras, el 6 por ciento de las personas mediadoras y el 6 por ciento de las personas signatarias en procesos importantes de la paz alrededor del mundo eran mujeres. Alrededor de siete de cada diez procesos de paz no incluyeron una sola mujer mediadora o signatarias.
     
  • Las investigaciones demuestran que a menudo la mención de las mujeres, niñas o género en los acuerdos de paz surge en la etapa de acuerdos globales. Ninguno de los acuerdos de cese al fuego alcanzados de 2018 a 2020 incluyó provisiones de género o la prohibición de violencia sexual.
     
  • <En todo el mundo, solo el 25,5 por ciento de todas las personas parlamentarias son mujeres. En países en conflicto y posconflicto, la representación de las mujeres en el parlamento es incluso menor, en apenas un 18.9 por ciento en 2020.<br />  
  • En 2020, las mujeres conformaron el 36,3 por ciento de los cargos electivos a nivel local globalmente, y el 25,9 por ciento en países afectados por el conflicto.
     
  • Naciones Unidas reportó 2500 casos verificados de violencia sexual cometida principalmente contra mujeres y niñas en 18 países en 2020.
     
  • En 2020, la ACNUDH verificó con datos 35 casos de matanzas de mujeres defensoras de los derechos humanos, mujeres periodistas y mujeres sindicalistas en siete países afectados por conflictos, superando los números reportados para 2019 y 2018.
     
  • Según la ONU Mujeres, las probabilidades de que un acuerdo de paz se mantenga como mínimo 15 años aumenta 35% si ellas participan efectivamente en los procesos de paz, tanto en las etapas de prenegociación, negociación e implementación de los acuerdos.

Texto publicado el 08 de marzo de 2022

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