Ciudad de México.- Si las parteras recibieran apoyo e inversiones de todos los gobiernos del mundo, en 2035, 4.3 millones de vidas que se habrían salvado, entre ellos, 1.9 millones de bebés que mueren después de 28 semanas de embarazo, pero antes del parto o durante este, al igual que 2 millones de muertes neonatales y 280 mil muertes maternas, así lo estableció el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés).
Samara Ferrara, consejera para las Américas de la Confederación Internacional de Matronas (ICM, por sus siglas en inglés), mencionó que la evidencia científica demuestra que la atención de las parteras podría tener como resultado la reducción del 60% de las muertes maternas.
Porque las parteras ponen el corazón para escuchar las necesidades de las mujeres de forma respetuosa, sin juicios y con información para fortalecer la toma de decisiones. Dijo, las parteras nos adaptamos a la cultura de las mujeres y nuestro acompañamiento nos permite fortalecer la confianza en sí mismas.
Con motivo del Día Internacional de la Partera, que se conmemoró el 2 de mayo pasado, el Fondo de la ONU consideró oportuno honrar lo que se puede conseguir cuando una mujer recibe los cuidados de calidad de una partera, quienes desempeñan un papel crucial al proporcionar recursos e información sobre sostenibilidad a mujeres y hombres en temas de cambio climático y crianza, al tiempo que ejercen acciones de abogacía y política pública en el sector sanitario en respuesta al cambio climático.
Según datos del UNFPA de 2023, 287 mil mujeres siguen perdiendo la vida al dar a luz cada año. Alrededor de 2,4 millones de recién nacidos mueren y otros 2,2 millones nacen muertos, gran mayoría por complicaciones y enfermedades que pudieron haberse prevenido si hubieran recibido una atención prenatal y obstétrica adecuada, es decir, algunos de los servicios que prestan las parteras. Lo anterior debido a que, en la actualidad, existen muchos desafíos para aumentar la disponibilidad de servicios de partería.
La atención dirigida por parteras profesionales es el modelo más adecuado para las mujeres, invertir en este y en la relación vital entre mujeres y parteras es el mejor camino para el acceso universal a los servicios de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal y lograr un futuro saludable para todas las personas, son la columna vertebral de los servicios institucionales y comunitarios de salud sexual, reproductiva, materno y neonatal, además que son la primera entrada a los servicios de salud, especialmente para las personas más marginadas, refirió el UNFPA.
UNFPA, enfatizó que México tiene la oportunidad de hacer un cambio en favor de las mujeres y sus bebés, si realizara inversiones para la atención del modelo de partería, al priorizar el establecimiento de entornos habilitantes en el ámbito laboral, normativo y en la prestación de servicios de parteras profesionales para mejorar la calidad de los servicios de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal (SSRMN).
A pesar de la enorme responsabilidad que asumen las parteras, con frecuencia no son retribuidas de una manera justa, sufren de una baja condición social y de falta de apoyo. Los sesgos de género son uno de los desafíos más comunes que tienen que afrontar, por lo que el Fondo de la ONU ha ayudado a los países a educar y formar a más de 350 mil parteras de acuerdo con las normas internacionales para ayudar a mejorar la calidad de la atención que prestan y el trabajo aún continúa.
UNFPA, reconoció la escasez mundial de casi un millón de parteras y la falta de compromiso internacional para invertir en su educación, capacitación continua, desarrollo normativo y legal de su práctica y apoyo para su desempeño, limitan su alcance y ponen en peligro a las mujeres y niñas que dependen de ellas para recibir atención, pese a que en 2021 el Estado de las Parteras en el Mundo mostró que esta práctica con formación profesional, al trabajar en un equipo multidisciplinario y un entorno propicio, podrían satisfacer alrededor del 90% de la necesidad mundial de intervenciones esenciales en el continuo de la atención de la salud sexual, reproductiva, materna y neonatal (SSRMN).
Precisó que la crisis climática conlleva amenazas específicas para mujeres y niñas, investigaciones muestran que temperaturas altas pueden provocar complicaciones en el embarazo y causar o empeorar resultados de salud materna, incluidos nacimientos prematuros y abortos espontáneos.
Cuando ocurren desastres como catástrofes climáticas, estalla un conflicto o se presenta una emergencia sanitaria, como la pandemia de COVID-19, las parteras son las primeras en responder con atención de alta calidad dentro de las comunidades y representan la forma más eficaz de evitar muertes maternas evitables.
El Fondo de la ONU expresó que las parteras desempeñan un papel decisivo para garantizar el acceso a servicios de salud, porque pueden llegar a las mujeres con la atención urgente que necesitan, incluso en medio de crisis y fenómenos meteorológicos extremos, ya que pueden llegar fácilmente a las zonas afectadas por catástrofes climáticas y prestar rápidamente servicios esenciales de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal.
Destacó que se conforman en valiosa red de información basada en evidencia y de distribución de suministros, que garantiza que las mujeres y los bebés tengan acceso a cuidados durante las peores consecuencias del cambio climático. Como heroínas comunitarias que fortalecen los sistemas de salud locales y promueven los derechos de las mujeres y las niñas, están liderando el camino hacia un futuro más verde y con mayor igualdad de género.
Las parteras salvan vidas
Durante la Conferencia de Prensa “Parteras: salvando vidas, protegiendo el planeta” se presentaron testimonios de parteras en la atención de las mujeres en situaciones de crisis y mostraron por qué se les considera como el personal de salud idóneo y especialista en la atención de la salud sexual, reproductiva, materna y neonatal durante el curso de vida de las mujeres.
La conferencia de prensa contó con la participación de Sandra Oyarzo, presidenta de la Confederación Internacional de Matronas, quien afirmó que, los efectos del cambio climático como las olas de calor pueden traer como consecuencias decrementos en la producción de alimentación esto provocaría efectos negativos en la salud de las mujeres y bebés, si no hacemos algo para revertir este daño inminente.
Por ello, las parteras deben tener un lugar en todas las mesas de discusión y toma de decisiones sobre el bienestar de la salud sexual, reproductiva, materna, neonatal y de adolescentes para velar los intereses de estas poblaciones.
Adaelia Campos, estudiante de partería de la Universidad Autónoma de Guerrero, compartió su experiencia durante y después del huracán OTIS, apuntando que como parteras no hay límite, no hay dificultad, no hay medios que nos interrumpan para poder brindar nuestro apoyo a todas las mujeres embarazadas. Explicó cómo llegaron a la ubicación de las mujeres embarazadas en Acapulco para dar su atención cercana y de alta calidad sobre todo en tiempos de crisis para toda la población.
Guadalupe Hernández, presidenta de la Asociación de Parteras Profesionales, apuntó que las competencias de las parteras incluyen las herramientas para un cuidado de alta calidad con el mínimo de materiales, equipamiento e infraestructura. Brindando una atención integral, adaptada a la cultura y a las condiciones y necesidades de las mujeres.
Hilda Vivanco, partera profesional en la ciudad de Tijuana, brindó su testimonio del trabajo con mujeres migrantes de diversos países durante la pandemia de COVID-19, señalando las dificultades de toda la población en el acceso a los servicios de salud y más aún con mujeres migrantes. Sin duda, la atención contribuyó al acceso a los servicios y puso en evidencia la resiliencia de las parteras para ayudar a las mujeres y sus familias en situaciones de alta vulnerabilidad.
