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Educación, sexualidad y prevención de la violencia 

Por Cirenia Celestino Ortega

En un par de semanas, niñas y niños mexicanos comenzarán un nuevo ciclo escolar. La Secretaría de Educación ha preparado las listas de útiles y, aunque muchas y muchos profesores aún no conocen el contenido de los nuevos libros de apoyo para la educación primaria, los expertos en educación y las redes sociales se inundaron de críticas al nuevo formato de enseñanza. Ya no habrá un libro específico por materia, sino dos que incluyen las diferentes materias y tres libros de proyectos (en aula, escolares y comunitarios).

A decir de muchos, los nuevos libros de texto gratuito presentan errores ortográficos y de contenido, pero me centraré en los contenidos sobre sexualidad y violencia.

Si atendemos las definiciones que nos da la Organización Mundial de la Salud (OMS), la educación sexual integral permite a las y los jóvenes tener información precisa y apropiada para su edad sobre salud sexual y reproductiva, la cual es fundamental para su supervivencia. 

La misma OMS recomienda que los programas se basen en un plan de estudios que sea científicamente correcto; adaptado a las diferentes edades, y que sea integral, es decir, que abarque diversos temas sobre sexualidad, salud sexual y reproductiva a lo largo de la infancia y la adolescencia. En este sentido, es importante precisar que los libros del ciclo pasado hablaban de la sexualidad hasta el sexto grado y solo con ejemplos de noviazgo, mientras la reproducción era abordada con ejemplos de reproducción animal. 

En este sentido , los nuevos libros, el de sexto grado, Nuestros saberes, incluye definiciones como la de: salud sexual la cual se conceptualiza como el estado de bienestar físico, social y mental en relación con la sexualidad. 

Refiere el respeto al derecho de las personas a vivir experiencias sexuales informadas, seguras y placenteras; libres de discriminación, coacción, violencia. En la definicón de salud reproductiva, la define como el estado físico, mental y social relacionado con el sistema reproductivo, su desarrollo y procesos que proyectan buena salud. En consecuencia, la salud reproductiva entraña la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos de procrear, así como la libertad para decidir hacerlo o no, cuándo y con qué frecuencia.

También se aborda el conocimiento de los mecanismos de procreación, el funcionamiento de los órganos reproductivos y la libertad para decidir el número y espaciamiento de los hijas e hijos, así como la decisión de no tenerlos. ¡Enuncia el derecho a decidir!

Y aunque podríamos criticar las imágenes que lo acompañan, en la página 73, refiere el embarazo adolescente en el que “los hombres son corresponsables de la situación al contribuir social y emocionalmente de forma significativa, por lo que su prevención debe ser integral y reflexiva por parte de ambos». 

Consideremos que dl embarazo y la maternidad en la adolescencia son temas de salud pública porque vivir un embarazo en esta etapa de desarrollo tiene riesgos importantes para la salud y el bienestar, además de importantes desafíos en el desarrollo integral del plan y proyecto de vida de las y los adolescentes.

El libro también aborda temas relacionados con infecciones de transmisión sexual, autocuidado, vasectomía, entre otros contenidos científicos, de salud, de la naturaleza, de resolución de conflictos. Un gran cambio.

En los libros de quinto año encontramos mensajes sobre la paz, el derecho a migrar y la prevención de la violencia de género. 

El libro de cuarto año, aborda la importancia de escuchar para resolver conflictos, así como el papel de las mujeres en el trabajo de cuidados, el entendimiento de lo que me hace diferente y cómo se construye mi comunidad.

Y en el libro Nuestros saberes también de cuarto grado, en la página 78 explica los caracteres sexuales secundarios, también aborda la eyaculación en los hombres y la menstruación en las mujeres.

En el libro Proyectos de aula, página 174, se habla de “mi cuerpo está cambiando”, donde se invita a conversar sobre los cambios en la pubertad y la adolescencia y así puedan reconocer sus miedos para identificarlos y afrontarlos. Aquí es importante incluir una aclaración, porque también existe la eyaculación en las mujeres, pero aún estamos lejos del reconocimiento de ese placer.

En materia de violencia, se abordan los estereotipos de género para que alumnas y alumnos puedan identificar la marca de discriminación basada en la diferencia sexual y así puedan entender por qué la violencia contra las mujeres está anclada en la sociedad. No obstante, no retoman los tipos de violencia de acuerdo con la ley, pero sin duda, esto también es un gran adelanto. 

Si bien, hay mucho por mejorar, considero que hoy en día los libros de textos contienen importantes aportaciones para la educación sexual integral, incluso un calendario menstrual y habla de los tabúes que existen en algunos países para hablar de la sexualidad. 

El gran ausente es el consentimiento y los límites que podrían hacer la diferencia frente al alto índice de violencia sexual contra niñas dentro y fuera de las aulas.

Les invito a leer los libros de texto con un ojo crítico, porque invita a la enseñanza en colectivo, por supuesto hay mucho que mejorar, temas por incluir, enfoques novedosos, sin embargo este, me parece, es un gran paso.

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